Hernan dijo...¿Y quién chicha eres tú para decirte a quienes considero jóvenes idealistas que se fueron “a luchar al monte”? ¿Eres soplón, quintacolumnista, policía? ¿O piensas hacer un informe como el que le hiciste a Kloaka y Mazzoti?
Porque en los predios en los que te has movido, siempre has dejado esa estela de delación por la que eres reputado. Promueves la sospecha y después no quieres que te lo digan en tu cara. Lloras como magdalena haciéndote la víctima, pobrecito Coral, todo el mundo te odia, nadie te quiere. Empleo la palabra soplón, porque ese es el adjetivo que te corresponde: eres un lumpen arribista travestido como poeta. Conmigo te confundiste, Coral: no pertenezco a ese ambiente literario cagón, mediocre y envidioso en el que has crecido. Yo vivo para la literatura, no de la literatura —como muchos de tus congéneres— estafando a noveles, birlando plata a mis amigos, intentando alzarme hembras cojudas por mis supuestos logros poéticos. No tengo la más mínima intención de justificar las palabras de la entrevista ante palurdo de tu calaña.
Acaba de escribirme una amiga poeta que vive y enseña en EU. Ha sentido vómitos por el post que sacas sobre mi persona. Es una formidable poeta de la década del ochenta que tiene excelentes recuerdos tuyos y me sugiere sabiamente no hacer caso a tu maledicencia.
La perversidad que llevas por dentro te hace escribir estupideces como las que has cometido. Y ahí lo dejo, no pienso rebajarme más. Suficiente con la cantidad de enemigos y ex-amigos que te has granjeado. Eres el Bienamado de la poesía peruana. Hay tanta gente que te quiere bien que tu nombre es sinónimo de inmundicia en los feudos literarios.
Rafael Inocente
vc dijo...una cosa más: para mí esta cuestión ya está cerrada. No te considero mi enemigo; pero si quieres hablar conmigo directamente y escuchar en tiempo real exactamente lo mismo que leíste aquí, escríbeme a mi correo para darte la dirección de mi casa y vayas a escucharlo.
Por mi parte, espero que lleves las pruebas del dinero que birlé a mis amigos (ja), los nombres de los "nóveles" que estafé (jaja) y las señas de las musas que intenté levantarme (jajaja). Lo que hay que escuchar cuando la gente pierde los papeles.
Y no te preocupes por mis amistades, que las tengo pocas y muy cuidadas, como conviene a gente que sabe lo que es vivir bien. Por supuesto, es extremadamente difícil que las conozcas siquiera de vista, por los lugares donde paras.
C'est la vie!