Monday, February 27, 2006

VANO QUIPU: THAYS / FAVERON O LOS ENREDOS DEL QUIPU

Daniel Samanez dijo...
Gustavo,
Creo que tu propuesta es justa: buscar ideas y ponerlas en práctica para superar el problema. Es fácil percibir que estas bajo cierto stress con todas estas acusaciones que si bien por un lado son fruto de una situación de discriminación que reconoces no logran dar nombres y configurar una imagen clara de la “mafia” que tanto se menta.
Por otro lado tú das la cara y estas dispuesto a responder o enfrentar las acusaciones. Sin embargo entre los acusadores parece que nadie puede dar nombres. De existir una mafia, dar nombres seria peligroso, podrían cobrárselas luego. Nota: a la gran mayoría de mafiosos se les condena no por pertenecer a una organización criminal –es muy difícil de probar, su estructura misma esta configurada para que lo sea- si no por crímenes puntuales: impuestos, estafas, etc.
Desde hace unos días, luego de leer algunos comentarios hechos aquí en Enero y a principios de este mes, le estoy dando vueltas a un asunto que no logro ver con comodidad porque creo que genera varias objeciones éticas que no se han señalado como tales y creo que deberían haberse planteado.

Creo que es apropiado plantearlas ahora.

Es respecto al programa Vano Oficio de Iván Thays. La situación es esta:

-Origen del programa:
El programa fue iniciativa del mismo canal. Se pensó primero en Abelardo Oquendo y en Fernando Ampuero para que lo conduzcan. Ambos refirieron a Thays como posible conductor debido a que no tenían interés en el proyecto. Thays acepto.

Observaciones:
1. Interesante ver como el canal de todos los peruanos, que opera con los impuestos de todos los peruanos, considera básicamente la opinión de solo dos personas para llevar a cabo la selección. Esta manera de elegir, que se puede calificar de típica en el Perú, levantan sin dudas suspicacias. Una convocatoria mas abierta hubiera sigo adecuada y hubiera asegurado que observaciones como esta no sean posibles.
2. Este tipo de nombramiento yo creo que no exime al nombrado de responsabilidad. Thays, al aceptar, creo también que acepta por defecto una responsabilidad mayor: la necesidad de incluir de algún modo a quienes no fueron incluidos en el momento de la selección. Notemos que es un programa auspiciado por el estado, con el dinero de todos.

Manejo del Programa:
Thays comenta las obras que considera valiosas pero no incluye a todos los autores que considera valiosos en sus entrevistas. Aquellos que le parecen “moralmente repugnantes” no son incluidos. Aun cuando uno de los repugnantes se lo pida públicamente.

Observaciones:

1. Este tipo de conducta se entendería solo si el programa fuera sólo suyo: es decir si fuese financiado enteramente por el.
2. El programa que tiene es finalmente un espacio público financiado por el público peruano.
3. Creo que Thays tiene una obligación ética con el público y con el estado peruano que no esta cumpliendo. Muy probablemente por que no lo ve de esa manera.

Esta manera de llevar el programa puede ser calificada de mafiosa. La calificación de moralmente repugnante es tan estirable como la imaginación. Y aún cuando yo mismo pudiera compartir ese criterio respecto a algún miembro de la lista de Thays, no creo que sea valido para discriminar a nadie.
Yo creo que toda persona con una posición de poder en nuestra sociedad tiene una responsabilidad por la discriminación social que existe en el Perú. Y creo que todos tenemos la obligación moral de hacer algo al respecto.
Confío en que plantear la discusión de este tema resultará en algo positivo. En todo caso dejará de rondarme en la mente. (de puenteaereo. Sigue en el primer Comment )

Friday, February 24, 2006

PROCHAZKA Y SU OTRO

Ese extraño señor llamado Enrique Prochazka

La primera vez que vi y oí a E. Prochazka fue, quién iba decirlo, en una entrevista televisiva. Para entonces no había leído nada de él, aunque estaba al tanto que en los ´90 había publicado un libro de cuentos llamado “Un único desierto” (recuerdo haberlo buscado tardíamente por algunas recomendaciones, pero jamás encontré un ejemplar) y que por entonces “promocionaba” una novela corta llamada “Casa”. De aquella entrevista, son dos las cosas que recuerdo con claridad: 1) La manera particular que tiene E. Prochazka de elaborar sus respuestas: entre esquiva y aleccionadora y 2) El deliberado propósito de mostrar cierto desdén hacia la literatura (en determinado momento aseguró, orgulloso y suelto de huesos, que la “ficción” no contaba entre sus lecturas prioritarias).

A la fecha, por obra y gracia de una eventualidad laboral, he sumado hasta tres o cuatro conversaciones personales con el señor Prochazka. Estoy tentado a precisar lo acertadas o distantes que resultaron mis impresiones iniciales respecto del personaje E. Prochazka (aquel que descubrí en una pantalla de televisión), contrastándolo con la persona con la que alcancé a intercambiar unas palabras (o ¿es que tal vez estamos hablando de una variante del personaje anterior?). Pero creo que eso no tiene ningún valor. El saldo que me interesa rescatar de esas charlas es el de la iniciación en la lectura de la obra de E. Prochazca.
(tomado del Blog Desvarios. CONTINUA EN EL PRIMER COMMENT)

Friday, February 17, 2006

LEO NO SE VA, NO SE VA, NO SE VA, LEO NO SE VA

Hasta la semana pasada, yo administraba un blog (o bitácora) cuyo título era mi propio nombre. En jerga blogueril, al autor de un blog se le denomina ‘blogger’ y, con mayor frecuencia, administrador. Lo cierto es que, por novato, administré mi blog con alguna torpeza.

No pude hallar el justo medio entre la libertad y la censura. Y muchos lectores (no sé si “muchos” o “pocos” que usaban distintas identidades) aprovecharon mi bitácora para ventilar chismes sobre personajes públicos (una peculiaridad del blog: los lectores acotan lo que el blogger escribe). Quise evitarlo usando un sistema de control que suprimiera los vocablos gruesos, pero los lectores se las ingeniaron para sortear ese filtro: con cierto refinamiento, continuaron difamando e insultando a terceros. El blog se me fue de las manos. Por eso dictaminé su muerte y escribí una despedida parca.

Pero ahí no acabó la cosa. Al mismo tiempo apareció otro blog: si es posible, la versión recargada de ‘Conventilador’ (ese mismo que expiró cuando Beto Ortiz desenmascaró a su autor). Esta nueva bitácora tampoco tiene blogger ni administrador conocido. Lleva el nombre del fundador de la universidad Católica, el reverendo Dintilhac, pero su propósito expreso es divulgar, sin confirmar, los pecados de escritores y periodistas.

Según he oído, y leído, está circulando un rumor que me acusa de ser el responsable de esa bajeza. Algunos lectores ingenuos han conjeturado una relación entre la muerte de mi bitácora y el alumbramiento del engendro. Rechazo tajantemente dicha conjetura. No tengo nada que ver con ese blog bastardo. Sea por egocéntrico, sea por honesto, siempre firmo lo que escribo; incluso cuando meto la pata.
Mil disculpas por usar este espacio para defender mi reputación. Pensé que bastaba con declarar la defunción de mi blog, pero algunos payasos reportan la aparición de mi fantasma en todos los rincones de la blogósfera. Suelo reírme de los payasos. Pero esta vez no quiero callar para otorgar. Como dicen los cubanos: muelto, pelo no desplestigiado. Y como reza el escudo de los Aguirre: piérdase todo, sálvese la honra.