Tuesday, September 18, 2007

ENTRE EL CRITICO LITERARIO, EL ECOLOGISTA Y EL COMBATE POR LAS IDEAS

Antonio Brack Egg analiza el impacto ambiental de la minería en Majaz
(Agenciaperu.com)
Antonio Brack, uno de los ecologistas más estudiosos y respetados del Perú, compartió sus impresiones sobre el conflicto alrededor de la actividad minera en Majaz, Piura. A continuación, la transcripción completa de la entrevista que concedió a La Ventana Indiscreta, en la que aporta una voz autorizada por su vasto conocimiento del tema.

-Has estado en la cuenca del río Blanco, has visto toda la zona, desde Bayóvar hasta el propio Río Blanco, y has realizado un documental. Conoces como poquísimos en el Perú nuestra ecología, nuestra diversidad, nuestro ecosistema. Este proyecto que llegaría a ejecutarse, ¿contaminaría realmente la zona?
-No sólo he visitado la zona, he entrevistado a la gente, he ido hasta el último rincón en Majaz, he leído y revisado unos fajos enormes del estudio de línea de base del impacto ambiental, página por página, viendo qué tecnología aplicarían. Es una zona muy compleja, gente muy pobre, en Huancabamba, no en la provincia de Ayabaca, que está al otro lado de la cordillera de Huancabamba, donde está la mina que va a intervenir unas mil hectáreas nada más, a pocos metros de la frontera con Ecuador.(SIGUE EN EL PRIMER COMMENT)

37 Comments:

Blogger DINTILAKO said...

(SIGUE)

También depende de qué tecnología se aplique. Si van a hacer lo que dice en el estudio de impacto ambiental, y eso tiene que supervisarlo el Ministerio de Energía y Minas, van a aplicar la tecnología de relaves secos, antes se usaban relaves líquidos, que decían se rebalsaba, ahora son secos. Es decir: se les saca todo el agua (que se recicla en el proceso), se deposita en zonas e inmediatamente se puede reforestar. Luego, no van a usar sustancias tóxicas, no las usarían, ni mercurio ni cianuro, sino que son para separar la roca molida del mineral por flotación se usa sustancias orgánicas que son biodegradables, que no son impactantes en el ambiente, y todo el reciclaje del agua. Y además, alrededor de esto, se haría un área protegida de nueve mil hectáreas, porque las concesiones mineras a veces se dan por cinco mil, diez mil o veinte mil hectáreas, pero al final cuando se ha perforado y visto dónde está el mineral, lo que se aprovecha es un área bastante pequeña.
Otro asunto que hay ahí es una oposición. Hoy está de moda estar en contra de la minería, es un sector. Estás “in” cuando estás contra la minería. A mí me llegan correos electrónicos que me están dando palo, no le tengo temor a eso. Dicen que soy un ecólogo traicionero, etcétera. Y no me asustan. Hoy lo que necesitamos es ponernos de acuerdo por una minería limpia con responsabilidad social, que preserve el ambiente y no contamine, y hay toda una nueva legislación en la moderna minería del Perú, hay pasivos ambientales anteriores que sabemos que han sido muy malos, y que no ha habido leyes para eso, entonces hay varias cartas que no se ponen sobre la mesa, que en toda la discusión no aparecen.
Primero, en el río Samaniego, que va al río Blanco, a lo largo del cual va la carretera hasta Majaz, hay minería aurífera informal, y está aumentando, porque el oro ha aumentado a más de 700 dólares la onza y hoy existe minería aurífera informal por todos los Andes y la costa, que usa mercurio, que esta empresa no usaría, entonces por qué no se habla de eso. ¿Eso está bien? Hay gente lavando oro, usando mercurio, en el lecho del río haciendo huecos, con sus casitas de plástico, ¿eso está bien? Eso no aparece en la discusión.
También se están quemando los bosques en una forma terrible, he revisado hasta las memorias de Alexander Von Humboldt de 1801, 1802, cuando pasó por la zona de Huancabamba y describe magníficos bosques de cascarilla y todo el proceso de extracción de la corteza de cascarilla para la exportación. Hoy esa zona por donde pasó Humboldt para ir hacia Jaén de Bracamoros, no hay un solo árbol de cascarilla, todo ha sido quemado, uno cruza el aura del páramo de Chingila, hacia la cuenca de Majaz, Samaniego, Río Blanco, y ve que se están quemando los bosques desde abajo hasta la cumbre. Yo tengo todo grabado, ardiendo, quemándose. Luego, al otro lado, la margen derecha del río Samaniego, está el área de influencia del Santuario Nacional Tabaconas–Namballe, todo se está quemando, nadie habla de eso.
Hay imágenes del satélite de los últimos doce años, antes que aparecieran las mineras, de cómo han ido avanzando la quema de bosques, la tala, y van a barrer con el santuario nacional, con todo. Hay gente que dice que la actividad minera va a contaminar, bueno, hay actividad minera que ya no contamina, porque hay una serie de leyes y nuevas tecnologías. La gente de ahí es pobre, la producción de café no pasa de cinco quintales por hectárea, en Villa Rica se producen cincuenta quintales, entonces les falta tecnología, es una zona apta para la ganadería lechera, por ejemplo, entonces la minera quiere trabajar con Leche Gloria para hacer ahí una cuenca lechera. El dinero que recibiría la zona por regalías y canon minero sería de 60 millones de dólares anuales.

-¿Para el distrito o la región?
-Para la provincia de Carmen de la Frontera. Podría ser como Echarati, que está en La Convención, donde están los campos de Camisea, el distrito más rico del país, reciben un canon que no saben qué hacer. Después, ahí se puede reforestar, es una zona muy apta para reforestar todos esos cerros que se han quemado.
El otro asunto es que hay una confusión en toda la discusión, sobre que va a influenciar en la zona de Ayabaca, el río Chira, Piura, etcétera. Yo conozco la zona, no tiene que ver nada, en el medio está la cordillera de Huancabamba y esto está en el lado del Atlántico Amazonas a 2 mil metros de altura, y los páramos que son Las Huaringas, que es la esponja de agua del lugar, está por encima de los 3500 metros.
Ahora, el Estado sí es responsable. En la región no se toman medidas. Si Las Huaringas son tan sagradas, tradicionales, curativas, para los chamanes y los curanderos tradicionales, por qué no las protegen, por qué ahí hasta ahora no se ha hecho un santuario nacional o algo. Entonces sí hay cuadrículas mineras sobre esa zona, hay denuncias.

-Pero eso de ninguna manera debería permitirse.
-No debería, porque es la esponja de agua que va hacia el río Piura, hacia la cuenca del Atlántico, del Pacífico, etcétera, es una zona muy húmeda, lluviosa, donde hay especies raras, endémicas, que no existen en ninguna otra parte del mundo, como el oso de anteojos que vive ahí, entre otros.
Yo he revisado todo el estudio de impacto ambiental, desde Bayóvar, donde terminaría el mineroducto estilo Antamina, que termina en Huarmey, hemos revisado los errores, para mí la conclusión es la siguiente. Si se aplica esa tecnología, y todo lo que está propuesto ahí, con los relaves secos, que no haya afluentes, que se recicle el agua, la separación del mineral de la roca con los flotadores orgánicos, no habría contaminación. Pero eso depende de la estrictez del Estado también.

-Pero el gobierno se la está jugando, está defendiendo la política en la que claramente cree, y lo compromete el triple, con una vigilancia de la minería limpia, que no contamina o que no debe contaminar en el grado anterior. Además, ¿existe la posibilidad de que entrando una inversión de ese tamaño, la pobreza de los campesinos se atenúe en gran medida? ¿Cuántos puestos de trabajo podría generar la inversión en los próximos doce meses?
-El año pasado se hacía una mesa de conciliación (lo que vio en noviembre la Defensoría del Pueblo), cosa que yo en mi programa había propuesto hace un año. Dije que había que hacer una conciliación entre Estado, empresa y los intereses de las comunidades. Era cuestión de conversar. Pero hoy, el administrador del Estado, que es el gobierno, intervino cuando la mecha ya está ardiendo. Ha llegado tarde. Se ha permitido todo eso, porque no se previó a tiempo. Tenemos que aprender que nuestro Estado, nuestras instituciones tienen que comenzar a prever conflictos, no reaccionar cuando el conflicto ya existe. Hay varios conflictos que están surgiendo.
Lo único que han hecho es perforaciones para ver cuánto tienen de cobre y molibdeno, hasta qué profundidad, y es una mina muy grande, que para entrar en operaciones tiene que construir carreteras nuevas, hacer interconexión eléctrica, hacer todas las instalaciones generaría cinco mil puestos de trabajo. Cuando esté operando, van a ser 1200 puestos de trabajo, en ese momento, cuando estuve ahí, la mina ya estaba ocupando y capacitando a gente de la zona para que puedan trabajar en la fase de operaciones. Pero ahí hay un punto de gran intransigencia, es una mezcla de problemas ecológicos, sociales, políticos, religiosos, económicos.

-Es un resumen de todos los conflictos que hay en el país.
-Gente de la comunidad que trabajaba en la mina era azotada, los botaban de la comunidad, incluso hubo diez refugiados en Piura, que habían sido expulsados por haber trabajado en la mina, eso va contra los derechos humanos.

-Por haber trabajado en la exploración...
-Sí, porque todavía no hay explotación. Después otro mito es que va a contaminar 500 kilómetros a la redonda. ¡Por Dios! O que va a contaminar Piura y Chira. Muchas de estas cosas vienen de un ingeniero en Chulucanas, que es opositor a la mina. Yo respeto sus ideas, pero no son nada científicas. Me explicaba que el agua fluye a través de los Andes hacia la costa. Si eso fuera verdad, en Lima habría mucha más agua porque fluiría del otro lado. Entonces, ahí hay una mezcla de asuntos muy complicados. He entrevistado al obispo de Chulucanas, al alcalde de Huancabamba, a quien yo respeto que esté en contra de la minera. Es su decisión, yo no puedo decirle que no sea así. Pero como era tan opositor, le dije: “Señor alcalde, hoy he grabado a su volquete echando la basura al río Huancabamba, y todo desagüe de la zona va al río, ¿eso no es contaminación?”.
Hay que poner todo sobre la mesa. No, eso es costumbre en el Perú, es complicadísimo. Creo que ya hay una posición intransigente, quisiera tener en mi pueblo, en Villa Rica, esa mina, porque seríamos ricos y tendríamos enormes oportunidades.
Lo primero que tiene que hacer la gente es organizarse e informarse qué quiere hacer la minera. No les dejan ni siquiera exponer, es decir, va a haber un referéndum para decir sí o no, pero no hay información sobre el sí, es sólo sobre el no, no a la minería.

-María Isabel Torres, que está en la zona, nos contaba que no hay un solo aviso, un solo cartelón por el sí, están prohibidos.
-No es democrático para mí, hay que ser sinceros. Tienen que formar las comunidades su grupo, ver qué quieren y después decidir en de manera informada, y si se permite ir a la operación, monitorear con ellos, como se hace en otras mineras, para medir la contaminación del agua, va la empresa, toma su muestra, y al mismo tiempo la comunidad, hace la suya, y va a un laboratorio que ellos escogen para analizarlo, y se comparan los dos resultados. Hay una serie de formas.
Ahora, también tenemos que ser conscientes de que hay un temor de la gente, antes de llegar a Huancabamba hay una mina abandonada, un pasivo minero que se llama Turumalina, donde en el ladero de un cerro se tiró los relaves y todo lo demás que contaminó a la cuenca, en una zona cafetalera. Eso también cuenta, pero eso era en el pasado, ahora hay ley de cierre de minas, no se puede abandonar una mina cuando se termina, hay que depositar un fideicomiso durante los años de operación para después cerrar todo, reforestarlo, disponer los relaves como debe ser, es muy estricta la legislación hoy, pero esa información no existe en la zona porque no se deja presentar. Entonces, es una cosa complicada, pero creo que todavía hay tiempo para reflexionar, me preocupo por la ecología, las especies en extinción, estoy cuarenta y cinco años metido en eso, pero yo no puedo estar en la posición no a la minería, me informo, reviso sus estudios de impacto ambiental, y tomo una decisión. Ahora están interviniendo también la provincia de San Ignacio, en Jaén.

-¿No tiene nada que ver?
-Bueno, sí, por ahí pasa el río Blanco, dicen que va a comprometer la exportación de su café orgánico, bueno, el café orgánico no se riega con agua del río, sino con lluvia, porque está arriba en los cerros, no está abajo.

-Si no, no sería orgánico.
-Claro. Igual argumento se hizo con la Maniatan en Tambogrande, donde el 97% de la población tomó la decisión de que no querían a la minera, y ahora toda la zona está llena de minería ilegal, lo he grabado y presentado en mi programa, y los campesinos están preocupados, ellos decían vamos a perder mercado de nuestros mangos de exportación, ¿y con la minería ilegal, no hay ese temor? Hay una cosa medio rara ahí.

-Hay gente muy, muy sospechosa boicoteando, y sobre todo cultivando la pobreza.
Sí, y rechazando 80 millones de dólares para el desarrollo local de gente tan pobre, y usando la ecología como un mascarón de proa, simplemente porque ahora está de moda usar el verde, y sin presentar alternativas para que esa gente salga de la pobreza.

September 18, 2007  
Anonymous Anonymous said...

EN POCAS PALABRAS, ZAPATERO A TUS ZAPATOS FAVERON.

September 18, 2007  
Blogger Antonio said...

Lo que pasa es que los antimineros ganan plata con esto, de los extranjeros. Y los curas cojudos hacen de tontos utiles

September 18, 2007  
Anonymous Anonymous said...

segurito ahora favi se despacha con un análisis de la trascendencia del mosquito de piura y la metahuevada de la palabra "ecologista"...

como politico corrupto, favi se ha reciclado con ayuda de sus ayayeros... vamos a seguir permitiendolo???

DINTILAKOS, ESTO ES UN CLAMOR:

QUE SE REAPERTURE BASTA FAVERON!!!

September 18, 2007  
Blogger Celit San Marcos said...

Quisieramos invitarlo a difundir la convocatoria del Primer Congreso Nacional de Estudiantes de Literatura que organizamos los estudiantes de San Marcos y también de Católica. La fecha límite de recepción de ponencias y obras de creación es el 15 de octubre. Desde ya, gracias por la colaboración. Para más informacion la web es: www.proyectoperuanos.org/conelit

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Tras leer este post, solo queda decir que estoy convencido de que todo lo escrito por faveron sobre el tema son cojudeces. Y las porras de su amigo Salas igual. A ver, gordito platónico, ¿dónde quedó el mandamiento socrático de preguntar a quien sabe? Por dárselas de sabihondos, especialistas en todo, vendedores de sebo de culebra.. Arroz!

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Claro, la explotacion no contamina si y solo si el estado es ESTRICTO.

Y a ver que tan estricto es el estado cuando le aflojan el billete al mandamas de turno, en este caso, caballo loco que ya se ha puesto el uniforme y esta con pico y pala listo para hacer hueco

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

DINTILACOS, EL PLEITO SOBRE LA ANTOLOGIA DE ILDEFONSO ENTRE CHORAL Y EL GORDO PAOLO ESTÁ QUE ARDE!!!!!!! EL GORDO HA DICHO QUE YA SE CANSÓ Y LE HARÁ JUICIO A CHORAL.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La guerra contra las ideas
Les pido que le den una mirada a la columna de este sábado de Rosa María Palacios en el diario Perú 21. Les pido más: que la lean con cuidado. En la superficie y desde su título parece aludir a alguna forma de debate: “las ideas se combaten con ideas”, dice, y “la guerra de las ideas llegó a la minería”, y el lector, entusiasmado, piensa que lo que Palacios describe es el principio de la racionalidad como forma de discusión en el Perú.

Pero no es así: Palacios no ha identificado ningún debate de ideas, sino lo que más se puede parecer a un debate de ideas en la mente de un abogado promedio: una guerra propagandística destinada a promover o desprestigiar intereses. Y Palacios no sólo la describe: la propone.

¿Qué diferencia hay entre un debate de ideas y una guerra propagandística? Es obvio: nadie sostiene un debate intelectual partiendo del entendido de que su posición original no será modificada de ninguna manera: un debate de ideas es necesariamente un intercambio.

Una guerra propagandística, en la otra cara de la moneda, es un despliegue de estrategias destinadas a la imposición de mis ideas; en ella, las nociones y las propuestas ajenas existen sólo como objeto a destruir, reducir y descartar.

Según el diagnóstico de Rosa María Palacios, las empresas mineras están perdiendo “el combate de las ideas” porque, mientras que sus rivales del “activismo antiminero” han desplegado una efectiva y práctica estrategia de diseminación del discurso ambientalista, las mineras sólo son capaces de responder con prepotencias y caballazos.

Lo que las mineras deberían hacer, dice Palacios, es diseñar ellas también una estrategia similar, es decir, deben invertir “en convencer”. Suena excelente, suena democrático. No lo es tanto, sin embargo. El quid está en un aparente detalle que a los abogados suele escapárseles por deformación profesional: lo interesante (para nosotros, para la civilidad) no es cómo hacer para que gane uno de los bandos; lo interesante es que gane quien tenga la razón, o que ambas razones encuentren un terreno de intersección y elaboren una nueva vía a partir de ello.

En resumen. Lo que Palacios predica es algo así: ya que los ambientalistas dicen que las mineras dañan el medioambiente, colapsan el ecosistema y atentan contra la salud de las personas, las empresas mineras deben diseñar una estrategia que diga: “las mineras no dañan el medioambiente, no colapsan el ecosistema y no atentan contra la salud de las personas”. Y deben hacer que, tácticas propagandísticas mediante, ese discurso se imponga y reemplace al otro.

Muy buena idea, salvo por un detalle: ¿qué pasa si es verdad todo o parte de lo que dicen los ambientalistas? Entonces, de triunfar el discurso de las mineras, usando los métodos que propone Rosa María Palacios, se habría impuesto una gran mentira.

No es una paradoja: es que Palacios ha dejado de lado en su artículo, por completo, el factor crucial de una “batalla de las ideas”: el hecho de que el espíritu de un verdadero intercambio racional es la inclinación a descubrir una verdad y obrar de acuerdo con ella, no el espíritu de ganar mis litigios siendo siempre más vivo, más despierto y más rápido que mi rival. Razón y propaganda no son sinónimos; verdad e interés, menos aun. Palacios está confundiendo una “batalla de las ideas” con “la guerra de las cervezas”.

Las ideas no valen por el simple hecho de ser ideas: las ideas pueden ser verdaderas o falsas; moralmente no da lo mismo defender una verdad que imponer una mentira.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Tengo la misma impresión sobre el artículo de Rosa María Palacios, es decir, que convierte al debate en una pugna publicitaria. Dos aspectos deben estar en juego: legalidad y ética. En primer lugar, la empresa minera debe actuar siguiendo estos dos principios y solo después puede propagandear sus acciones y negociar con los campesinos. Ya he explicado en otros post que la desconfianza no es absurda ni irracional y que todo se solucionaría si se les diera a la comunidad campesina la propiedad del subsuelo. Deben ser ellos los que estén en capacidad de decidir con qué empresa asociarse y bajo qué condiciones. Mientras el Estado siga considerándose dueño del subuelo y monopolizando el "bien común", los conflictos van a continuar.

September 19, 2007  
Blogger Diabloguero said...

Este pata antonio azul azul está descalificado para opinar sobre cualquier tema. En otro blog acaba de proponer a Cueto para el premio Nobel de literatura. No me creen, léanlo en: http://carlosmsotomayor.blogspot.com/2007/09/entrevista-alonso-cueto.html

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Me parece que tu interpretación es correcta. No sé si en lugar de "convencer", Rosa Maria Palacios hubiera puesto "persuadir" el tenor habría sido distinto. Lo que me queda en claro es aquí hay un autoritarismo profundo, y eso no se va a poder transformar fácilmente porque es una manera estructural de relacionarse con el mundo, una forma de relación donde los otros no cuentan realmente. Cuenta uno mismo (los valores propios, los propios intereses, la particular forma de ver las cosas), y punto. Si el otro no cuenta, pues no estoy dispuesto a escucharlo porque no estoy dispuesto a reconocer y respetar sus valoraciones, ni a cooperar con él en nada que contradiga la forma en que yo veo y valoro el mundo. Y no lo respeto (como ya descubrio Piaget en 1932) porque no le doy el mismo valor que me doy a mí mismo (o a los que "se parecen" a mi) como individuo. Sin respeto mutuo, no es posible la coordinación de fines y medios, la comunicación verdadera, ni la cooperación para una finalidad común.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Revisemos línea por línea el artículo de la señora Palacios y el artículo del señor Faveron, lo que originó este asunto, frente a un experto en pragmática del texto y veamos si lo tergiversa o no. Pero yo creo que el asunto no es dividir la cosa en bandos, lo que usualmente hace este combo; eso es polarizarse. El asunto tampoco es de argumentos, me arriesgo a sugerir, como todos parecen creer. Cuando no se cree en la palabra de alguien, no importan los argumentos. Suponer que un buen argumento convence porque es bueno es como suponer que quien ve la luz al final de la caverna de Platón conoce el bien y no puede evitar seguirlo. Eso es absurdo. Si no crees, así te regalen la gallina de los huevos de oro o exista alguna gallina para regalar. Este debate es cuestión de creencias y no argumentos (como nos sugirió Kuhn, cuándo la ciencia, el conocimiento "certero", ha obrado por argumentación en sus más radicales transformaciones). Y cuando se trata de creencias se trata de persuadir o imponer. Como el segundo camino no se corresponde con la mejor idea que tenemos de nosotros mismos, queda el segundo. Pero el señor Faverón parece que obtiene más enfrentando "ideas" (producto de su discurso especializado) a propuestas prácticas, que transformando sus "ideas" para que tengan un impacto directo, claro, atendible y, sobre todo, interesante para las partes, en el asunto de Majaz. Desde ese punto de vista, no solo es un texto tergiversador, sino inútil. Pero como siempre existe la posibilidad de entender lo redundante como "significativo" de alguna forma, creo que puedo decir que el señor Favero, y el señor Salas, harían mejor hablando de temas de los que si tienen experiencia directa.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Despues de leer la entrevista a Antonio Brack, toda una autoridad en el tema ambientalista y ecologico, los desaguisados comentarios de ese combo de entrometidos, quedan sobrando, y quedan ademas en el ridiculo.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Gustavo dijo...
Habiendome educado en un colegio catolico y sabiendo que es muy dificil que los sacerdotes se pongan a polemizar con politicos y conductores de programas de TV me parece un deber refutar las barbaridades que ha dicho RMP.
Que habria de malo en decir Cristo es agua y la Mineria de deja sin agua, acaso no es verdad. Podria decir Compartir tu dinero con el pobre es solidaridad y apostarlo en los casinos es maldad. O miles de cosas mas. La Sra RMP dice que va a misa cada Domingo y yo me pregunto que aprende alli o para que va. Practicamente insulta a los sacerdotes al decir que ellos no saben nada de Mineria ni de contaminacion. Pero en que cabeza cabe esa idea. Yo como ex alumno de colegio catolico de la congregacion Mariknoll me consta que los sacerdotes que fueron mis profesores han estudiado en todos las profesiones y podria darle miles de ejemplos. Pero solo voy a darle la pagina Web para que se informe: http://society.maryknoll.org
Cuando un misionero se va a vivir a un pueblo como los de la sierra de Piura, el establece su parroquia y construye su iglesia y su pozo de agua potable y enseña a los comuneros el saneamiento de su localidad o RMP cree que el sacerdote contrata a Graña y Montero para que le haga el trabajo. Estos sacerdotes aparte de hacer trabajo espiritual saben muchos de muchas actividades.


Anónimo dijo...
Al susceptible comentarista Gustavo:

Aqui nadie ha insultado a ningun sacerdote, así que no ponga palabras en mi boca. Lo que he dicho es que no es obligación de un sacerdote saber de minería. Y no lo es, salvo que alguien me corrija porque ser geologo o ingeniero de minas no es pre requisto para recibir el sacramento de orden sacerdotal.
Opinar, pueden opinar lo que quieran. Condenar, eso ya es otra cosa. Y aquí hay condena a una actividad productiva sobre la base de pre -juicios, no sobre información técnica dado que no existe ni siquiera un informe de impacto ambiental.

La información sobre los burdeles no es invento, ni barbaridad. Es una preocupación real. Dese una vuelta por Cajamarca o preguntele a residentes de esa ciudad. Es tan real como la competencia con grupos evangélicos y la perdida de fieles que esta enfrentando la iglesia católica.

La contaminación puede ser contralada o denunciada. La existencia de un cambio significativo en la forma de vida de una comunidad debido a la llegada de foraneos con otras costumbres y otros negocios (no tan santos) es incontrolable por el Estado o por el proyecto minero y es una preocupación de fondo para los sacerdotes.

No puedo culparlo por vivir en Lima, pero primero pregunte y luego condeneme.

Finalmente, como educada en un colegio católico, debo decirle que lo que aprendo los domingos en misa, debe ser muy poco. En eso tiene toda la razón. Como decía Santa Teresa: yo, la peor de todas.

Rosa María Palacios

12:50 PM


Gustavo dijo...
Sra RMP:
Disculpe pero yo he opinado en base a lo que esta publicado, donde dice que Ud dijo. "Los curas no saben nada de mineria ni de contaminacion"; eso es una descalificacion. Ahora Usted dice que NO dijo eso y que solo dijo : "no es obligacion de un cura saber de mineria y de contaminacion". En que quedamos?
Con respecto a que los curas se oponen porque la minera atrae al pecado me sigue pareciendo una barbaridad. En todos los puertos del Peru que he visitado Callao, Ilo, Matarani y Paita hay discotecas, burdeles y lugares de strip tease para entretener a los marineros que llegan. No para entretener a los pobladores del lugar. No he escuchado nunca a un sacerdote oponerse a que lleguen barcos o se construyan puertos por que atraen al pecado. Su tesis si seria un verdadero giro de 180 grados, decir que los pobladores del lugar no temen a la mineria porque contaminan sus rios, sus animales y sus siembras sino porque traen con ellos vicio, casinos, prostitucion, drogas y corrupcion. Por ultimo me pregunto que si los Domingos en la iglesia aprende muy poco debo entender que se sabe la Biblia de memoria o que los sacerdotes tampoco saben enseñar bien la doctrina.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Vaya, así como responde Gustavo el tema se puede abrirse hasta cuántos ángeles caben en el cabeza de un alfiler. Por favor, eso es charlatanería. Se sale del punto. Majaz va o no va? Por qué? Si Gustavo quiere fundar un burdel que lo haga en Maine.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La Nueva Cruzada del Facho por llevar la batuta en todo

El judío de Maine ha iniciado una vez más uno de sus retorcidos esfuerzos por ser alguien que en realidad no es. Va a vender publicidad por amistad, o más bien clientelaje. Los links que ha vinculado a su blog tienen por función ganarse el servilismo de quien quiera venderse por la tribuna supuestamente autorizada que ganan. En su sueño de opio, ha concebido que sus tentáculos sean infinitos. Desprecia tanto a los críticos peruanos que los intuye capaces de prostituirse por figuración y de antemano los toma porque supone que se regalan a gritos. Se supone caficho de ese lenocinio de las letras, su factotum. Amo de los pensamientos. Rector de la inteligencia (esa para la cual Nena Neyra es un autor fundamental, por ejemplo, cuando no sabe escribir un artículo decente). Cuánta necesidad fálica. No solo debiera volver BASTA FAVERÓN. Debiéramos empezar NO ME LINKEES FAVERÓN. Apestas

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La minería, por definición, es una actividad contaminante. La contaminación minera puede paliarse, pero nunca evitarse. Daña a los propios mineros, quienes tienen derecho a jubilarse a los 55 años. La enfermedad silicosis, (polvo en los pulmones),es una enfermedad profesional, al punto que no es causal de indemnización.
En conclusión: donde haya minería, habrá contaminación. Por consiguiente, quejarse por la contaminación minera es un despropósito, pues la única manera de evitarla es que no haya actividad minera.

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Oigan: el gran combo banea todo. Es como en la canción de los prisioneros: aquí solitos la estamos pasando muy bien ia ia oh

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

MALDITO FACHERÓN CONTRASUELEA A POETA HÉCTOR ÑAUPARI

Hector Naupari dijo...
Estimado Gustavo,
Tal parece que la apreciación de las izquierdas culturales por la "violencia política" está teñida de un canon: tiene que citar la violencia textualmente, de lo contrario es cualquier cosa. Y eso no es así. De hecho, la historia del arte nos demuestra toneladas de alusiones absolutamente revolucionarias que pasaron absolutamente desapercibidas para los críticos de entonces, y que fueron explicadas mucho tiempo después, como por ejemplo las vírgenes pintadas en la época de la colonia en el Perú, o el cuy chacctado en las últimas cenas. Una lástima que las anteojeras ideológicas tuyas, de Paolo De Lima y de Victoria Guerrero (que ya las tuvo con la terrorista ayacuchana Edith Lagos) no se den cuenta de ello.
Atentamente,
Héctor Ñaupari

miércoles, septiembre 19, 2007 3:02:00 PM


Daniel Salas dijo...
Acaso sería mejor que, en lugar de tantos excursos, Héctor ñaupari nos ilustre y nos explique de qué manera los poemas citados son poemas sobre la violencia política. Por lo demás, resulta interesante que un liberal termine coincidiendo con la tesis del inconsciente político del marxista Frederic Jameson, teoría a la que, por supuesto, me adhiero.

miércoles, septiembre 19, 2007 3:45:00 PM


Gustavo Faverón Patriau dijo...
Pero tú, Héctor, que evidentemente no tienes anteojeras ideológicas, tú que ves la verdad sin mediaciones, tendrás la amabilidad de explicarme qué dicen esos poemas sobre la violencia política. Es decir, cuál es el cuy chactado en esos poemas de Rossella di Paolo. Hazme ese favor.

(Yo jamás he dicho que la violencia política debería ser citada directamente. No veo por qué tendría que decirlo y no veo por qué alguien tendría que ser de izquierda para decirlo. Cuando leas, si te provoca, mi antología "Toda la sangre", verás que no todos los cuentos que yo recogí hablan de manera explícita sobre el tema. Tu comentario, por lo tanto, es gratuito).

miércoles, septiembre 19, 2007 3:47:00 PM

September 19, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Anonymous dijo...
En todo este debate, como siempre, brilla el gordo Salas pidiendo moralidad. Aquí su curriculum vitae de monaguillo del Sodalitium:

1. Se comió las hostias de chiquito porque el desayuno le quedó chico.

2. Demostró la lealtad al trabajo intentando quedarse con el trabajo de quien se lo consiguió (el fantasma de Mavila te va a jalar las patas, gordo).

3. Martir de la no discrimanación, no vaciló en fungir de negro para quien le diera un chico (que no es lo mismo que fruncir el chico para que no se lo de un negro).

4. Paso hambre el Boulder, a tal punto que vivió en una caja chica (o más bien, de la caja chica del rectorado de la PUCP, de donde el gordo franelón disponía fondos sin dar cuentas a nadie obedeciendo al lema universidad chauchilla, ganancia de pescadores).

5. Consagrado a la moral, se dedicó a apoyar la cruzada de Faverón, ser honesto, gentil, dialogante y sincero, que ni el principe Charming en suspensores. El gordo busca su camino en esa selva de eticidad.

Opus, aquí hay uno de los suyos.
Les pide a gritos que lo tomen. El gordo no se alquila. Se regala.

5:22 PM

September 20, 2007  
Anonymous Anonymous said...

LA POETA ROSSELA DI PAOLO SAFA CUERPO Y DEJA EN CLARO QUE LES ADVIRTIÓ A LOS COMPILADORES SOBRE LA INCLUSIÓN DE SUS POEMAS, ETÁ QUE ARDE!!!!

""Hola Paolo: Te reenvío el correo que el 11 de julio les escribí a Roxana y a Miguel. Espero que ayude a entender la inclusión de los dos poemas en la antología Memorias in santas. Un abrazo, Rossella:

Queridos Roxana y Miguel:
Me piden unas palabras para contextualizar los poemas.
"No hay retorno" [Prueba de galera, 1985] es la angustia por la ausencia (o desaparición) de quien se ama; en otras palabras, la angustia del que se queda y sigue buscando o esperando al ausente, casi en delirio.
En "Las altas distancias" [Piel alzada, 1993], personas alejadas unas de otras que tienen la esperanza de un reencuentro.
Pienso que estos poemas pueden hablar a los que sufrieron al ver partir a los suyos a la guerra o a la muerte. A los que sufrieron al ver partir a los suyos a otras tierras, sea como desplazados, sea buscando oportunidades fuera del país. A los que se enrolaron escuchando "cantos de sirena". A los que no recuperaron los cuerpos de sus seres queridos. A los que se pelearon, pero anhelan un espacio de reconciliación...
Un abrazo grande, Rossella.""

September 20, 2007  
Anonymous Anonymous said...

http://faveronextraditable.blogspot.com

September 21, 2007  
Anonymous Anonymous said...

El e-mail de Di Paolo a Crisólogo e Ildefonso es una respuesta al pedido de ambos por "contextualizar los [dos] poemas" que fueron finalmente incluidos en la antología. Este primer dato llama la atención. ¿Por qué se realizó tal pedido? Responder esto, sobre la base exclusiva del e-mail arriba publicado, es entrar al terreno de las especulaciones. Arrojo una: quizá una forma de realizar su trabajo de compilación consistió en averiguar con las propias autoras por poemas suyos sobre la violencia política y, al recibir los poemas de Di Paolo, le escribieron pidiéndole unas palabras para contextualizarlos en el marco del tema propuesto.
En cualquier caso, entiendo que la clave en la respuesta de Di Paolo está en su frase "[l]os poemas pueden hablar", con lo que tácitamente dice que no es ese su origen ni la preocupación en el momento de escritura o publicación original, sino que a ella le parece que podrían leerse desde otro ángulo. Es decir, al mismo instante de autorizar que se los incluya en Memorias in santas realiza la invitación a una nueva lectura, antes (y en su contexto original) imposible. Es, pues, una perspeciva en la que cualquier poema sobre el alejamiento de un ser querido entraría en la antología con un criterio tan amplio que simplemente anula la especificidad de la violencia política como fenómeno concreto.
Por otro lado, resulta llamativo que Di Paolo hable también de la migración económica fuera del país como otra posibilidad de lectura, pues eso confirma que de nada de eso se ocupaban los poemas antes, es decir, en 1985 y en 1993 respectivamente. Con esto, Di Paolo les estaba diciendo a Crisólogo e Ildefonso que los poemas no tienen que ver originalmente con la violencia política, pero justifica su inclusión desde la idea de que los contextos de lectura pueden/podrían modificar los significados. Aquí, por supuesto, cabe discutir si es posible, desde los marcos de las experiencias más directas de violencia o migración económica, si ese registro intimista y amoroso podría ayudar a que el lector involucrado en ello se identifique realmente. Teóricamente, desde una amplitud de lectura muy parecida al deconstruccionismo derridiano, uno podría decir que sí. Sin embargo, lo que es cierto, en cualquier caso, es que Di Paolo obsequia a sus lectores (los lectores-compiladores Crisólogo e Ildefonso en primer término) un modo de lectura impensable desde su contexto original.
Lo curioso es que esto no es lo que sostienen ni Carmen Ollé (que en su prólogo habla de la posibilidad de alusiones veladas a la violencia política) ni Crisólogo e Ildefonso, quienes en su introducción afirman incluso que los poemas de Di Paolo forman parte "de lo que ha empezado a denominarse literatura sobre la guerra" y que ellos, junto a "varios poemas con esta temática", o bien originalmente "pasaron desapercibidos, [o bien] fueron ocultados por sus propias autoras o en su momento no fueron entendidos como representaciones del conflicto armado", con lo que dan por sentado una interpretación de lectura (en el momento de la producción en los 80 y 90, ya no de la recepción el 2007) que Di Paolo no expresa en su e-mail.
Quedan en el tintero (o en el teclado) varias preguntas. Pero, dado que me resulta evidente que usted, amigo lector, tiene sus propias respuestas sobre el punto que toca este post, pues simplemente pongo punto final aquí.

September 21, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La libertad poética y sus enemigos
Héctor Ñaupari *
La inclusión de los poemas de Rosella Di Paolo en el libro Memorias in santas: antología de poesía escrita por mujeres sobre la violencia política, ha sido cuestionada por poetas y críticos literarios con el mismo argumento: esos textos no son atingentes para la antología citada, ni se puede inferir de ellos que traten el tema de la obra. ¿En qué verso de estos textos, sostienen, hay alguna alusión, por lo menos implícita, a la violencia política? Concluyen su argumento señalando que resulta imposible descubrir en ellos una referencia reconocible, aunque sea velada, al tema en cuestión.
Este argumento no resiste el menor análisis. Si se realiza una lectura detenida de ambos textos, se verá que, en el primero de ellos, “No hay retorno”, se alude de modo sublime a los secuestros y desapariciones ocurridos en ese infausto período de nuestra historia: Pero los mapas desplegaron su canto de sirena / y te llevaron de aquí con fuerte encantamiento. A renglón seguido, se observa –en forma sutil, es verdad– la desesperación de los familiares de los desaparecidos, que son también víctimas: Te esperaron muros blancos puertas / sin conocer aldaba alguna / la vereda se tendía esperando tus pasos / para saltar sobre ellos festejante, para llegar a esa situación, de resignación y acongojamiento, tan nuestro, de no encontrarlos nunca: Pero de la niebla leve como un navío / no descendió tu cabeza solitaria / nunca tus manos solitarias, y al que la poeta brinda su sentida solidaridad, tanto en el inicio como el final del texto: Río de pena soy tu mar de cobijo / Río de pena soy tu mar de distancia.
En “Las altas distancias” se alude, con metáforas espléndidas, a la razón fundamental de la violencia política en el Perú: la fractura social que ha aislado y enfrentado a los peruanos, y que nos ha hecho incapaces de asumirnos, como mestizos que somos, con las terribles consecuencias que vivimos y que conocemos. Así, en una apuesta genial, Di Paolo subraya esta ruptura: Si yo escribo tu nombre en la arena / y tú escribes mi nombre en la arena / pero en otra playa, para dar cuenta a continuación de las fuerzas de naturaleza que irán contra nosotros por ello, cuando dice: es que hemos descuidado las cosas / hemos dejado crecer el mar como hierba mala, y, por último, culminar en forma breve pero poderosa con la tarea pendiente: reconocernos en el otro, en el excluido, en el marginado, en el pobre, en la víctima. Eso supone conocerlo, saber su nombre, el de sus padres, su ascendencia, sus sueños. Se trata, nos dice Di Paolo, de ser uno con él y hacer nuestra su tragedia, pero también su salvación, que es la nuestra: y habrá que arrancarlo con cuidado / hasta allanar la arena de esa playa / donde puedas escribir mi nombre y rozar el dedo / que está escribiendo el tuyo despacito.
En sus desafortunados comentarios, estos escritores y críticos, como los ciegos por propia voluntad de la cita bíblica, no han querido ver la delicada estructura que Di Paolo ha construido sobre un tema tan trágico y a la vez tan propio, y objetan desde el inicio la visión que la poeta nos quiere brindar sobre este controversial asunto. Y no lo hacen por razones literarias, o –como dos de ellos aluden– por defender los derechos de los lectores o la memoria de los desaparecidos. Lo hacen por razones estrictamente ideológicas, pues –y esto no es un secreto para nadie– los mentados autores tienen una posición de izquierdas. Veamos.
El marxismo–leninismo ha propugnado, como principio, que el arte, como todas las actividades superiores, pertenece a la “superestructura” cultural y está determinado por los condicionamientos sociohistóricos. En ese sentido, el arte, para los marxistas–leninistas , es un “reflejo de la realidad social”. De esta manera, los que han cuestionado los poemas de Di Paolo por no contener nada referente a la violencia política, son ortodoxos seguidores de Georgi Plekhanov y su estética materialista dialéctica –elaborada en su Arte y vida social– que impugna la doctrina del arte por el arte y el aislamiento del artista de la sociedad, tanto en la teoría como en la práctica.
Huelga decir que el debate que esta postura originó entre los propios marxistas se solucionó, como siempre lo han hecho los seguidores de esta doctrina, por una decisión vertical y nada respetuosa de opinión distinta de sus mismos correligionarios, de la nomenclatura de entonces, en el Primer Congreso General de la Asociación de Escritores Soviéticos, en 1934. De lo antes dicho, para estos autores, una antología que trate el tema de la violencia política –o cualquier antología o escrito, en realidad– debe ajustarse al siguiente canon: el artista ha de reflejar el movimiento de las fuerzas sociales y representar sus metáforas y creaciones como expresión de esas fuerzas, y, al hacerlo, debe fomentar el mismo proceso revolucionario. El que no se ajuste, sufre las críticas, como ahora. Cuando el defensor del canon es respaldado por el poder, el artista o creador disidente sufre la persecución, la cárcel o la muerte, como bien nos lo ha enseñado la historia.
Por supuesto, es dable conjeturar, dada la peculiar trayectoria de estos literatos y críticos –que tan bien se ajusta al perfil de fingimiento y barroquismo moral descrito por Mario Vargas Llosa en “El intelectual barato”, capítulo XIV de sus memorias– que las críticas vertidas contra Di Paolo y la antología se deban a razones personales y extraliterarias, siendo la postura estética de izquierdas antes descrita una coartada para ocultar otros propósitos, menudos y subalternos. Empero, respetuosos de la honestidad intelectual que debe guiar a todo escritor como principio, concedámosles el beneficio de la duda.
En buena cuenta, se trata de enemigos de la libertad poética. Mastines del verticalismo estético, nada que se encuentra fuera del canon por ellos mismos señalado puede ser llamado “literatura de la violencia política”. No dudan, por tal circunstancia, en cuestionar a sus propios compañeros de viaje, y en amonestar el criterio de selección de los autores de la antología, que son también de izquierdas. Esperar que una antología poética sobre la guerra total desatada por un Partido Comunista contra todos los peruanos que no comulgábamos con sus ideas, y sus nefastas consecuencias, sea la sucesión de textos parecidos a los publicados por Roque Dalton, Eduardo Galeano y Ernesto Cardenal, constituye una afrenta al buen criterio y al sentido común de cualquiera que se denomine poeta o artista. Más aún, representa la muerte del valor más preciado para un creador: su libertad. Ésta no debe estar sujeta, en lo que a este escriba concierne, a canon alguno. Si la inteligencia y sagacidad de los compiladores ha encontrado en los textos de Rosella Di Paolo una visión sutil, pero no por ello veraz, oportuna y legítima, de la violencia política, los felicito.
Finalmente, lo más grave de este asunto es que el canon que estos críticos quieren imponer, el de la estética materialista dialéctica, es la misma que la de los iniciadores de esta violencia que enlutó al Perú de un modo tan trágico. Los enemigos de la libertad poética pasan deliberadamente por alto lo ocurrido en la Alemania nacionalsocialista, en la Rusia soviética, en la China maoísta o en la Cuba castrista, con tantos poetas, literatos, creadores y artistas muertos, encarcelados, expropiados, exiliados, destruidos ellos y sus obras, o convertidos finalmente en sombras de sí mismos, porque no se ajustaron al canon del artista social. En la comodidad del primer mundo, donde viven y gozan de las libertades creativas que a Di Paolo y a otros niegan, de tener su propia visión sobre un hecho apocalíptico de nuestra historia, ciegos a todo, menos a su propia tenebrosidad, intentan revivir desde la cultura a un monstruo que, como Saturno a sus hijos, también los devorará a ellos. Para su propio bienestar, todos los que defendemos la libertad poética y artística, lo impediremos.
Santiago de Surco, 20 de septiembre de 2007


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* Poeta, ensayista y abogado. Autor de Rosa de los vientos (2006), Páginas libertarias (2004), Poemas sin límites de velocidad (2002) y En los sótanos del crepúsculo (1999).

September 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Interpretaciones 1

Sobre una lectura insostenible de Héctor Ñaupari

Jorge Luis Borges, para quien la escritura crítica y la creación eran un mismo ejercicio, imaginó a dos de sus personajes más censurables y bochornosos bajo la apariencia de dos lectores de literatura que no tienen el menor escrúpulo en inventar interpretaciones aberrantes para los textos que leen: uno es Carlos Argentino Daneri, el ridículo poetastro de "El Aleph"; otro es el fascista testaferro de Pierre Menard, que hace la absurda exégesis de los párrafos de Cervantes de los que su amigo se ha apropiado.

Coincidentemente, en ambos casos se trata de críticos circunstanciales que ven, uno en sus propios versos y otro en las palabras ajenas, sentidos que aniegan, desbordan y rebalsan el significado que es lícito encontrar en los textos interpretados: el primero les obsequia a sus poemas, en la lectura, una semántica que ellos no contienen, intentando engrandecer el mediocre cuadro original con el marco sobrecargado de su crítica; el segundo le impone a las páginas de Cervantes el retorcimiento de una lectura que traiciona enteramente el sentido del Quijote: no por nada ese segundo personaje es un facho evidente: su ejercicio es el aplastamiento arbitrario y caprichoso de la palabra de los demás.

La elección de ese rasgo común para dos de sus criaturas más aberrantes es sintomática de la ética literaria de Borges: en un universo que es una biblioteca inabarcable, en un mundo que es un infinito libro de arena, en un laberinto de mortales e inmortales para quienes la vida y la muerte son avatares de la lectura, pocas cosas son más oscuras y criticables que un lector que no es fiel a los textos, a los discursos y a los sentidos posibles, inteligibles, intuibles y probables de textos y discursos. Más aun quien los tuerce voluntariamente.

Los sosías de Carlos Argentino Daneri y del narrador de "Pierre Menard, autor del Quijote" no son escasos: crecen en los árboles, a racimos, están por todas partes; en la academia abundan, fuera de ella merodean. Un fruto notable de esa cocecha es el poeta Héctor Ñaupari, y la joya de su corona (su corona de espinas) ha de ser "La libertad poética y sus enemigos", recolección de infundios, texto amorfo, parodia de sí mismo, que ha publicado por todas partes en la última semana, y en el que ensaya una lectura inverosímil de los dos poemas de Rossella di Paolo a los que me referí en un post pasado.

Tenía la intención de desmontar la lectura de Ñaupari y de pronto me he dado cuenta de que no hace falta: viene desmontada, es una lectura peatona, no se sostiene sobre nada. En verdad, además, poco dice sobre los versos: les dedica dos párrafos e inaugura el primero con una perla desconsolada: tras citar dos versos de Di Paolo que aluden a la lejanía de un amante que ha partido de viaje ("pero los mapas desplegaron su canto de sirena / y te llevaron de aquí con fuerte encantamiento"), Ñaupari quiere imponerles un sentido arbitrario: los versos se refieren, dice Ñaupari, "de modo sublime a los secuestros y desapariciones ocurridos en ese infausto periodo de nuestra historia".

Nótese el absurdo: el poema de Rossella di Paolo habla de "cantos de sirena"; Ñaupari sostiene que esa es una metáfora para aludir a los secuestros y las desapariciones: Ñaupari --y no Di Paolo-- dice que los asesinatos eran "cantos de sirena", es decir, eran engaños hermosos, seducciones, mentirosas atracciones.

Esa no es solamente una lectura errada, forzada y falseada de los versos: es una lectura irrespetuosa y oportunista: estamos hablando de una guerra real, aunque Ñaupari parezca olvidarlo. Estamos hablando de más de 69 mil muertos. Que no murieron por haberse echado al mar como Ulises el encatado tras la voz de las sirenas: murieron abaleados, despedazados, acuchillados, incinerados. Ellos son los primeros traicionados por esa lectura insoportable. Y la siguiente traicionada es Rossella di Paolo, a quien Ñaupari atribuye un discurso que ella, poeta talentosa y persona inteligente, jamás podría ni defender ni siquiera sugerir.

Más lamentable incluso es el resto del artículo de Ñaupari: en seis párrafos abigarrados de prejuicios, en los que parece batallar con un ejército de enemigos a los que ni siquiera se atreve a nombrar, aunque en verdad solo combate contra las tinieblas de su propio desconcierto intelectual, Ñaupari sostiene, básicamente, que cualquiera que no encuentre en los poemas de Rossella di Paolo el sentido que él quiere ver en ellos, como poemas sobre la violencia política, es necesariamente izquierdista; y no cualquier izquierdista, sino un marxista-leninista; y no solo un marxista leninista, sino además un stalinista, un castrista, un maoísta (y, de paso, también un nazi), todo a la vez.

Curioso. Porque yo tengo entendido que si un rasgo comparten los stalinistas con los castristas, los maoístas (y, de paso, también los nazis), es el recurso a representar el mundo como si estuviera siempre dividido en solo dos regiones: la región propia, donde están los que siempre tienen la razón (llamémosle Ñauparilandia), y la región de las tinieblas, donde habitan todos los que no piensan como uno. También los senderistas pensaban así. Son las reducciones del fanatismo.

September 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Realmente es sorprendente que el sólo hecho de no entender de qué manera la violencia está presente en dos bellos poemas de la talentosa poeta Di Paolo, haya terminado generando tanta polémica.

En el post anterior, el Sr. Ñaupari menciona el nombre de la poeta: "Se trata, nos dice Di Paolo, de ser uno con él y hacer nuestra su tragedia, pero también su salvación, que es la nuestra..." ¿Oséa que la misma autora le dijo que éso es lo que ella quería transmitir en su poema? Si es así, pienso que el Sr. Ñaupari tuvo información de primera mano y por ésa razón pudo entender claramente el significado de las palabras del poema. Información que el resto, lógicamente, no tuvo.

Aún así, el hecho de no entender el mensaje "como se debe" no quiere decir que los que no capten "el mensaje real" tengan algo en contra de la poeta en mención, ni que estén inmersos en algún complot para discriminarla o sean parte de una ideología determinada.

En lo que a mi respecta, me reafirmo en que sigo sin entender la presencia de la violencia en los dos poemas materia de análisis y también en no tener absolutamente nada en contra de la autora de los mismos. Al contrario, los poemas en sí me parecen muy bien logrados, y me gustan. Y cuando los recite, lo haré en un contexto totalmente diferente al de la violencia. Me parece más bien hecho para reflejar la soledad, el dolor por álguien que no está, que no llega y -sobretodo en el segundo- que ni siquiera se conoce por circunstancias de la vida.

September 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

¡Esos antologadores! En vez de establecer un criterio de selección y elegir los poemas por sus méritos, su tema y su calidad, lo que hicieron fue pedirle a sus amigos que envíen los poemas que quieran. ¡Y después les pidieron que ellos mismos justifiquen la elección porque los antologadores no entendían qué hacían esos poemas allí! Eso es tomarse el tema a la ligera. Este tema no debería estar en manos de aprovechadores, es una burla contra la memoria de las víctimas.

September 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

no comprendo bien la actitud de rossella, primero participa de una antología que no conoce bien y envía sus textos, luego se vuelve contra la antología que le ha publicado sus poemas dejando en evidencia que no había razón para publicarlos

September 23, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Ñaupari cree saber más que Rosella y todos. Dirá, seguramente, que los poemas ya no le pertenecen a ella y que él es libre de interpretarlos como a él le parece. Hace unos meses patinó con otra intervención sobre "la libertad del escritor". Difícil creer que el tipo sea escritor, mucho menos poeta.

September 23, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Dinthilacos, hagan un post sobre el Gran Combo Club, al menos para incomodarlos un poco porque están que banean todos los comments que no les conviene mostrar.

September 24, 2007  
Anonymous Anonymous said...

CHORAL SE PONE AL FRENTE Y RETA A FACHERÓN-DE LIMA-THAYS:


Republico este texto sobre la poesía de Rossella, aparecido aquí mismo a principios del 2006, para ponerlo a disposición de quienes quieran "desmontarlo" o demostrar que es una "lectura errada, forzada y falseada" de la poesía de Di Paolo.

Para Rossella Di Paolo no es cuestión de juegos, aunque lo lúdico esté nunca ausente en su trabajo. Menos de pretensiones eruditas o excesivamente formales: es la sosegada búsqueda –pero claro, a veces inquieta, alerta– de un mostrar las costuras reales en su belleza delirante; algo como sumergirse en un río límpido, amable, y poco a poco sentir el abrazo de las algas subacuáticas, la mano tal vez melosa, insinuante de los seres que allí viven, según conocida leyenda amazónica.

Y hay más. Siempre hay más en una empresa donde razón y emoción y delirio maceran con leve borboteo de clara espuma el duro material de la poesía –a veces cercano al hueso duro de roer (Lezama), otras conviviente de una fibra efímera y austera (Ungaretti)– para proponer al lector el juego más serio del mundo, que llega a ser ya no juego sino espejeo de lo circundante: una poética.

Aquí la tesis central, en torno a la cual gravitarán cual astros muertos (Perse dixit) algunas otras específicas. El trabajo de Di Paolo está en constante diálogo con una visión de la poesía que se afina con el tiempo y los libros, pero que conserva rasgos esenciales previstos desde el primer poemario, Prueba de galera (Antares, 1985):

La orilla sumida en azul.
(Haz de olas
acertando a la isla).
Con la frente desplegada
y el sol anudado a la garganta
blande el rey su voz vertiginosa.
Castillos de arena lo defienden
flamean girasoles encendidos.

Victoria es con el rey.

Encorvado el mar se ciñe a sus pasos
musitando espumosísima súplica.

Ríe el rey, su verde inabordable.

¿Qué hay todavía su Eguren, su enigmatismo debutante? Puede ser. Pero ¿dónde un contracorriente tan claro, tan al desgaire afortunado? Ese lenguaje no tiene que ver con lo dominante ochentero. Ese lenguaje se deslava y suaviza como las pieles ante el brebaje curtidor que las modifica, adelgaza pero ennoblece a la vez.

Y no es que la poeta reniegue de preocupaciones temporales –de cierto las asumirá con brío en su siguiente entrega–, es que desde el principio, con radical tenaz honradez, muestra la base (el enigma), el claroscuro relevante sobre el que evolucionan sus anécdotas, sus personajes, sus poéticos sueños (claro, con ingenuidad, con "homenajes", con tanteos, pero, sobre todo, con ella misma).

Y es que a pesar de lo que afirma su yo poético –¿pero quién es el yo poético?–, Di Paolo no es la "virgen necia que ocultó sus talentos" sino la que puso en continua (Continuidad de los parques, Antares, 1988) enigmática danza algunos elementos centrales: el mar, los pájaros, el viento, incluso el rey aquél cuyo reinado anuncia su declive:

El castillo ha llegado con el viento
con la lluvia se han abierto las banderas
como soles.
(Pasa el rey con su sonrisa
incrustada en la corona)
Los muros estiran su piel de tambor
en tanto doblan cabezas las campanas
y la hierba arde tres siglos
bajo los pies de los hombres
enzarzados en la danza.
(Enigma, pp 29)

Esa continuidad, ahora afiatada, de la confianza en lo etéreo revelador, se entiende –como en los arriesgados amoríos intra castillos medievales– con discretas estampidas confesionales, lo suficiente para constituirse el lenguaje puente de sí mismo hacia una concreción mayor, en una continuidad que es a la vez un sutil cambio de clima, como cuando el viento se revuelve en torno a nosotros, inusitado, y las nubes sombrean el verdor y las aguas –estamos al borde del río de nuevo– generando(nos) un cierto presentimiento:

En cada vuelta de lápiz he ido cerrando la puerta
de este infierno encantado. Fábula de soledad
en que me encierro, abismo sin tregua al que me asomo
en cada palabra que escribo y que me sigue
como ala de ángel o cola de demonio.
(Sal si puedes, pp 53)

El siguiente cuadro (Piel alzada, 1993) nos azota con imágenes nuevas, con afanes acaso poco sospechados. Di Paolo asume su cuerpo para cantar y cantarlo con acierto. Aquí el cuidado formal equilibra el exceso de información, la palabra se tensa e inflama para contener esa lucha de dos clases: la poiesis, por un lado, la "conciencia de un cuerpo gozoso pero también condicionante", por otro (Gazzolo lo afirma en el prólogo).

Algo también relevante: entre lo lúdico y lo místico, la sección final propone una metáfora prestigiosa: el ser amado como figura de la divinidad; el amador como alma individual que ansía unirse por todo lo alto con todo lo alto:

En subiéndome a esta escala
para estrechar con mis ojos su llegada
se derramó mi corazón con sonido
porque allá de lejanías devuelto
se acercaba mi amado.

(...)

¡Tan magnífico mi amado!
Y yo alcancé la calle y corrí con viada.
Ya es de mi boca la boca del amado.
Entramos entrambos a la habitación..."

(Primera versión de la vuelta, pp 51)

Pues así como el juego intertextual está en el primer poema –celebrado con acierto por el respetable–, "La noche oscura" (...una mujer sola, en Lima, qué dirán/ salí sin ser notada/ qué dirán: puta en cierne/ estando ya mi casa sosegada"), así y mejor está en los "Poemas cautivos", donde el diálogo no se restringe al doctor carmelitano sino que se explaya hacia toda la tradición mística de Occidente.

Y ese diálogo continúa... Es verdad, hay cambios, hay un camino hacia lo mínimo, hay más presencia de lo humano-visceral-concreto mundano. Sea. Pero ello –que nítido está en la última entrega, Tablillas de San Lázaro (Fondo PUCP, 2001)– siempre sobre una trama de fondo que empuja hacia arriba lo ganado.

Como que Di Paolo cada vez se va acercando, en un curioso viaje hacia sus propios orígenes, a ello que ya gravitaba en su primer libro. Pero con más confianza, con más talento desplegado, con más know how poético que para eso están los creadores insertos en un mundo en el que casi nunca encajan del todo (tal como figuras en relieve en un muro medieval); a saber, para ir "de un lado a otro de las cosas/ enderezándolas suavemente hacia el delirio".

September 24, 2007  
Anonymous Anonymous said...

YO, EL CRÍTICO

Héctor Ñaupari

El tumulto que han originado los dos poemas de Rossella Di Paolo no acaba. Ello no obstante, la explicación dada por la poeta brinda mejores luces al respecto. Conviene citarla entonces. Sostiene Di Paolo que el poema No hay retorno es la angustia por la ausencia (o desaparición) de quien se ama; en otras palabras, la angustia del que se queda y sigue buscando o esperando al ausente, casi en delirio. Este autor señala que este poema alude de modo sublime a los secuestros y desapariciones ocurridos en ese infausto período de nuestra historia, así como la desesperación de los familiares de los desaparecidos, que son también víctimas.

Por otra parte, en Las altas distancias, Di Paolo se refiere a personas alejadas unas de otras que tienen la esperanza de un reencuentro. Quien esto escribe lo interpretó como la fractura social que ha aislado y enfrentado a los peruanos, y que nos ha hecho incapaces de asumirnos; del mismo modo, en la tarea de reconocernos en el otro, en el excluido, en el marginado, en el pobre, en la víctima. En todo caso, la autora, mejor que nadie –y, por supuesto, mucho mejor que yo mismo– resumió ambos indicando que estos poemas hablan a los que no recuperaron los cuerpos de sus seres queridos, y a los que se pelearon, pero anhelan un espacio de reconciliación.

Para cierto crítico, no obstante, esta interpretación –que, de su sola lectura se desprende, se acerca a la propia intención de la autora al escribir sus textos– me ha merecido de su parte un explosivo cóctel de insultos, desprecios e ironías un tanto logradas. Debo confesar que no es mi intención convencerlo que la misma pudiera tener, al menos, alguna coincidencia con la de Rossella Di Paolo. Tal aspiración es imposible, puesto que, al haber estudiado derecho –como él y tantos amigos suyos han insistido hasta la impertinencia en señalar– estoy definitivamente fuera del reino de la literatura y la interpretación poética que él, señor de horca y cuchillo, gobierna con mano de hierro.

Curioso argumento. De ser cierto lo que nuestro aludido y su séquito afirman, el poeta, ensayista literario y crítico Paolo De Lima, iniciador de todo este entuerto, y aliado del crítico en su duro cuestionamiento a la autora de Prueba de galera, debería compartir conmigo el frío de los extramuros de su reino literario, por haber sido él, también, un estudiante de derecho. De un modo menor, pero que no puede ser pasado por alto, están con nosotros en el mismo desierto del descrédito los coautores de la antología, Roxana Crisólogo y Miguel Ildefonso, quienes siguieron la disciplina de Couture, Recasens Sichés y Alzamora Valdez en la Universidad Nacional Federico Villarreal y la Pontificia Universidad Católica, respectivamente.

De un modo mejor elaborado que las falacias ad hominem con las que me insulta –descalificándome por mis estudios, como antaño su mentor ideológico Karl Marx lo hacía con sus adversarios por su posición de clase y no por sus argumentos– el crítico asume luego una postura de Catón, señalando que he traicionado con mi lectura insoportable a Rossella Di Paolo y a los 69 mil muertos de la guerra de Sendero Luminoso contra el Perú, acusándome a mí de la intolerancia que a él lo define.

De ninguna manera creo que mi personal manera de ver la literatura de la violencia política sea la única o la verdadera. Considero firmemente que pueden existir tantas visiones literarias sobre la violencia política como autores escriban sobre ella. Esto es tan cierto, que reconozco y aprecio el buen trabajo de Crisólogo e Ildefonso sobre el tema. Pero una diversidad de visiones sentaría el nefasto precedente de generar, igualmente, otras tantas interpretaciones, lo que mermaría seriamente el pequeño poder que le permite al crítico reinar: suya es la voz autorizada; la de los demás, es la de ignorantes, advenedizos y oportunistas que no han estudiado literatura. De vuelta al salón de clase con estos mediocres –nos dice– pues, para mí, es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo.

Sin embargo, con esas palabras destempladas, pretende hacernos olvidar que todo este debate se inició precisamente porque el crítico consideraba que los poemas de Di Paolo no se ajustaban a lo que él y sólo él definía como literatura de la violencia política, posición que no sólo ha mantenido sin el menor rubor, desoyendo las explicaciones que buenamente Di Paolo le daba sobre sus propios textos –pues le quedaba la misma duda: o no la entendió, o no la quiso entender– sino de llamar a la acción para definir el canon literario en el Perú, obviamente, con él como colofón.

Ni olvido ni perdón, estimado crítico. ¿Qué no te quedó claro de la explicación de Rossella Di Paolo? Si ella sostiene que esos textos son lo que más se acerca a lo que los compiladores le pidieron, no hay nada más que discutir. Ninguna visión literaria sobre un hecho histórico específico –la violencia política en el Perú, o la Guerra con Chile– o sobre el amor sensual exacerbado –el erotismo, por supuesto– es menos o más falsa que la otra. Son las explicaciones que el lector le dé las que le proporcionan ese carácter. Y ello está sujeto siempre a las propias visiones de quien lee. La consecuencia de ese ejercicio entre diversas visiones e interpretaciones, todas ellas más o menos parciales, se llama libertad: esto es, la posibilidad que cada quien se forme su propio criterio, y ello sólo ocurre como resultado de la confluencia de visiones e interpretaciones múltiples.

Para concluir, lo que sí violenta la memoria de las víctimas del terrorismo es que, quienes nunca lo enfrentaron en las aulas, o con algo tan frágil como un recital de poesía, vengan a posar ahora como los violentólogos, los únicos autorizados a decir qué era esa violencia y cómo se expresaba. Ellos nunca lloraron a un padre, a un familiar o un amigo asesinado por esa violencia. Nunca estuvieron en medio de ese fuego cruzado que enlutó a tantos hogares de nuestra sociedad. Las verdaderas víctimas no querían escribir un poema o un cuento: sólo enterrar a sus muertos y llorar su dolor a solas. Pero al crítico no le interesa esa pena imborrable: sólo incrementar su reputación académica encaramado sobre una pila de cadáveres.


Santiago de Surco, 24 de septiembre de 2007

September 24, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Pequeñas memeces del mundo literario

Héctor Ñaupari escribe versos, pero sabe tanto de crítica literaria como los escarabajos saben sobre entomología: nada. La diferencia es que los escarabajos no opinan. Y Ñaupari sí. Y peor aún: yo respondo. Pero esta vez mi respuesta será breve y será la última, y la dividiré en dos puntos para que sea más clara (a ver si ahora el señor la entiende).

1. Ñaupari sigue sin responder las únicas preguntas puntuales que le he hecho sobre su exégesis del poema de Rossella di Paolo: el llamarme comunista no sólo constituye una reducción y una mentira, sino que además no hace que su lectura sea súbitamente explicativa y pertinente. ¿Las desapariciones son "cantos de sirena"? Oportunismo vergonzoso.

2. Esta afirmación de Ñaupari merece perennizarse en una vitrina con las demás Pequeñas Memeces del Mundo Literario:

"Si [Rossella di Paolo] sostiene que esos versos son lo que más se acerca a lo que los compiladores le pidieron, no hay nada más que discutir".

En primer lugar, Rossella di Paolo admite que los poemas jamás fueron escritos con el tema de la violencia en mente. Eso sí que es un buen indicio, ¿no? Pero, además, es simplemente ridículo decir que la opinión expresa de un escritor sobre su obra es la interpretación definitiva del texto. Ñaupari es tan obtuso que ni siquiera se da cuenta de que al decir eso está diciendo que la crítica literaria bien puede desaparecer y ser reemplazada por un equipo de entrevistadores grabadora en mano. ¿Suena gracioso? Es que es una payasada.

September 25, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Gustavo, estás cayendo en el insulto. Adjetivos como "escarabajo", "obtuso" y demás no alimentan un debate. Y estas descalificando la capacidad crítica en general de Ñaupari y no sólo la interpretación en concreto del texto de Rossella.

Me parece mal que cierres el debate unilateralmente despues de insultar aunque sea tu blog, suena a "tirar la piedra y correr" o a "ya no juego, me llevo mi pelota".

Creo que Ñaupari tiene derecho a una duplica en el mismo breve espacio que tú mismo te has concedido por ser tu blog.

Lo sustantivo va para despues

September 25, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La crítica no puede ser el arte de hablar sinsentidos, sino el arte de comprender el sentido

September 25, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Poeta Ñaupari presenta primer cuadernillo contra extraditable Faverón
Anoche llegó a nuestra bandeja de entrada el primer cuadernillo contra el extraditable Gustavo Faverón. Lo presentaba el poeta y economista liberal Héctor Ñaupari. El documento solicita la extradición por atentado a la libertad de expresión y lesiones al honor, además de un anexo que pueden ustedes leer en el posteo anterior. Ñaupari alega además que Faverón lo llamó "obtuso" y lo comparó con un escarabajo. Estas podrían ser las variantes del "pobre idiota, pobre infeliz" que motivarían un nuevo cuadernillo inminente por un caso antiguo pero nunca olvidado.

September 25, 2007  

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