PIMENTEL CUADRA A THAYS
Tantas Veces Thays
Que aceptemos el aforismo de Wilde y entendamos que la literatura, para ser tal, debe estar desprovista de toda utilidad, no significa que un programa dedicado a ella tampoco tenga ningún fin. Por ello no se sabe bien a santo de qué se le ha encomendado a Iván Thays un programa de literatura en el Canal 7. Por razones que sería ocioso desarrollar, y que resultan obvias al televidente, no se debe a sus virtudes propiamente televisivas (fluidez del discurso, manejo de cámaras, etc.). La única razón posible es que su conocimiento literario y sus dotes comunicativas lo hagan merecedor de un sueldo pagado por todos los peruanos por el servicio que ofrece. Pues bien, esto es cuestionable. Thays posee una personalidad caprichosa harto reflejada en su visión literaria sectaria y sesgada, personalidad que por lo general traiciona toda objetividad en aras de saciar, en un penoso laisser-faire permitido por RTP, su agenda personal. Esas son las contradicciones de un personaje tan contradictorio que desde la blogósfera reclama hipócritamente altura y nivel en el debate intelectual, pero que no ha tenido problemas para resolver sus duelos privados insultando públicamente, como aquella vez que denigró desde estas mismas páginas (CARETAS 1877) a un respetable catedrático de la misma universidad que auspicia su programa, la PUCP. (SIGUE EN EL PRIMER COMMENT) (ULTIMO MINUTO EN PUERTO AZANGARO FAVERON Y EL SINDROME TARATA)
Que aceptemos el aforismo de Wilde y entendamos que la literatura, para ser tal, debe estar desprovista de toda utilidad, no significa que un programa dedicado a ella tampoco tenga ningún fin. Por ello no se sabe bien a santo de qué se le ha encomendado a Iván Thays un programa de literatura en el Canal 7. Por razones que sería ocioso desarrollar, y que resultan obvias al televidente, no se debe a sus virtudes propiamente televisivas (fluidez del discurso, manejo de cámaras, etc.). La única razón posible es que su conocimiento literario y sus dotes comunicativas lo hagan merecedor de un sueldo pagado por todos los peruanos por el servicio que ofrece. Pues bien, esto es cuestionable. Thays posee una personalidad caprichosa harto reflejada en su visión literaria sectaria y sesgada, personalidad que por lo general traiciona toda objetividad en aras de saciar, en un penoso laisser-faire permitido por RTP, su agenda personal. Esas son las contradicciones de un personaje tan contradictorio que desde la blogósfera reclama hipócritamente altura y nivel en el debate intelectual, pero que no ha tenido problemas para resolver sus duelos privados insultando públicamente, como aquella vez que denigró desde estas mismas páginas (CARETAS 1877) a un respetable catedrático de la misma universidad que auspicia su programa, la PUCP. (SIGUE EN EL PRIMER COMMENT) (ULTIMO MINUTO EN PUERTO AZANGARO FAVERON Y EL SINDROME TARATA)
56 Comments:
(SIGUE)
De la misma forma, habría que desglosar múltiples minucias para explicar a los amantes de la literatura por qué Thays no invita a un considerable grupo de escritores destacados a ‘Vano Oficio’, o por qué ellos no están dispuestos a participar en el show de quien los menosprecia sistemáticamente, para entender por qué una importante parcela de artistas de todas las edades y escuelas no tienen la posibilidad de participar en el único programa de literatura que se permite la televisora del Estado. La lista de literatos es tan amplia que sus nombres juntos sólo renuevan la vergüenza: en narrativa, desde el genial Miguel Gutiérrez al prometedor Alexis Iparraguirre; en poesía, desde el consolidado Tulio Mora al talentoso José Carlos Yrigoyen. Luego, el contraste con sus colegas dobla la indignación: ¿A qué historiador Tony Zapata es incapaz de citar por que lo encuentra moralmente cuestionable (“Sucedió en el Perú”)? ¿Qué carnaval peruano no puede ser cubierto por Sonaly Tuesta en virtud de qué desarreglo con cuál alcalde, regidor o mayordomo (“Costumbres”)?
Cuando ‘Vano Oficio’ tuvo algún mérito, haciéndose merecedor de un premio incluso (que no compartió), fue gracias a que la estructura de su programa, así como la pre y pos producción del mismo, eran tan originales que trascendían el pobre desempeño del anfitrión. Pero cuando los directivos de aquel entonces se dieron cuenta que el resultado se debía a los méritos del productor Hernán Medina, y decidieron otorgarle una oportunidad para que realice una propuesta más inclusiva que la del autor de ‘La disciplina de la vanidad’, el escritor que es mejor contactólogo que escriba, y que en nada desaprovecha su status público de Skármeta wanna-be, confeccionó una carta colectiva en la que renombradísimos del panteón de las letras intimidaron con sus firmas al directorio de RTP, que de literatura sabe lo que Melcochita de etiqueta.
Thays ha hecho de esas relaciones públicas un método de disuasión con penosos resultados, por efectivos. Pontificando y denostando con ligereza y mala fe, ha aprovechado su espacio para dar rienda suelta a groseras vendettas, como aquella vez que calificó de “peor ensayo del año” una obra de divulgación que se permitió destacar a uno de sus blancos recurrentes y que, oh casualidad, le daba el discreto lugar que merece a su propia obra narrativa. Con décadas a la cabeza de ‘Presencia Cultural’, ¿con cuántos artistas se ha enemistado el buen Ernesto Hermoza? ¿Quiénes son los pintores o escultores imposibilitados de salir en ‘De Arte’, de Claudia Chumbe? ¿A quién le negó conversación Guillermo Giacosa en ‘Mapamundi’?
Ahora que Alfonso Salcedo se encuentra a la cabeza del Canal 7, el publicista, que no es ajeno al mundo de la poesía, debería aprovechar la oportunidad de replantear la cobertura literaria que realiza la señal estatal. (Jerónimo Pimentel)
Estupendo Pimentel.
¡¡¡ay mama pulpa!!!
sres dinthilacos:
les pediria que me expliquen que paso con el famoso premio, sé que se acusa a thays de quedarse con todo el merito, cuando mucho de él fue prestado. es esto así? alguien me podría dar mayores alcances?
DÉDALO (revista de lingüística y literatura), diciembre de 1993, entrevista a un chico llamado Ivan (en verdad un tipo patético, insulso a más no poder, en fin, vano, vano ofidio):
DIJISTE QUE Alejandra Pizarnik te salvó.
Sí... es algo que quería decir cuando hablamos de la muerte pero pensé que iba a sonar muy patético. El suicidio es una de mis alternativas, pienso en el suicidio casi todos los días. Seis veces he tenido intenciones de suicidarme, con todo ya preparado, porque así tiene que ser. Si el suicidio es una muerte voluntaria tiene que ser bien preparada. Un día preparé todo, quería morir con un texto que hablara de mí, tenía que ser un texto que me viniera a las manos; busqué en el fichero y vi un libro de alejandra pizarnik, lo abrí y leí "todo hace el amor con el silencio". Pensé que esa frase hablaba del suicidio, es la frase que dice una persona antes de suicidarse. Soy una persona muy erótica, el suicidio es hacer el amor con el silencio no con la muerte. El suicidio no es muerte, es silencio. Saqué la frase, cerré el libro y vi "se suicidió". Pensé que eran demasiadas coincidencias, me puse a leer a Alejandra, a cada frase me decía "este soy yo", "no me puedo suicidar hasta que conozca todo de Alejandra", ya he leído su obra completa ocho o diez veces, hasta he leído fragmentos de su diario, además fui a Argentina sólo para conocer la casa de Alejandra y viví a tres cuadras de donde vivió ella, soy un fanático ABSOLUTO.
Bueno, si ya leiste la obra, el diario, y hasta orinaste en el mismo water... qué esperas? cumple tu promesa iván.
Es encomiable la actitud de Pimentel. Creo que es imperativo respaldar su postura tanto en la opinión pública como en las estafetas de revistas y periódicos.
Por favor, en el año 93 Thays era un veinteañero imberbe, a esa edad es normal, hacer tonterías, no me parece justo que se burlen de él, y menos que lo inciten al suicidio. ¿Y si se deprime y termina cumpliendo con esa terrible promesa?
Buceando en la red encontré esta reseña escrita por Faverón. Diganme si no se trata de un ataque personal disfrazado de reseña:
NO SE LO DIGAS A NADIE
AUTOR: Jaime Bayly
Ed. PEISA. Lima (Perú), 1999.
Por favor, díselo a todos
Por Gustavo Faverón Patriau
Reproducción del artículo del crítico peruano, publicado en la red por Ed. PEISA (www.desco.org.pe/).
Jaime Bayly tiene el mérito de la oralidad, una facilidad enorme para yuxtaponer sucesos llamativos y una considerable puntualidad en la sencillez de su lenguaje. Carece, sin embargo, de cualquier idea de composición que no sea la de las escenas casi inconexas, rasgo que la novela picaresca -desde Quevedo hasta Thackeray- prestigió como un calculado dispositivo de tensiones y distensiones, pero que, en más de una variante de la narrativa contemporánea -un segmento de la última generación hispanoamericana, por ejemplo- se ha convertido en un ejercicio ocioso y autocomplaciente. El resultado de esa escasa preocupación por las estructuras narrativas, por la organicidad global del texto, es una fragmentación dolosa de las historias contadas y una frustración de los personajes en su posibilidad de aparecer como caracteres coherentes: cada uno se vuelve un títere inverosímil, unidimensional, irreflexivo y, todos en conjunto, lucen como una comparsa de guiñol destinada sólo a resaltar la figura del protagonista, único personaje que -más por acumulación y omnipresencia que por elaboración- alcanza a rozar alguna solidez. Desde No se lo digas a nadie hasta Fue ayer y no me acuerdo y Los últimos días de La Prensa, hay una total ausencia de búsquedas lingüísticas: la norma es la medianía; la rapidez que ofrece la lectura parece directamente proporcional al apresuramiento de la escritura misma. La noche es virgen, en cambio, muestra una moderada preocupación formal, que traslada el texto del coloquialismo de primera mano de los libros anteriores a un cierto afán de reelaboración, enfocado crucialmente en los ritmos narrativos y en los discursos monológicos. Ray Loriga, Bret Easton Ellis y Alberto Fuguet, escritores de talentos muy distintos, son las fuentes más obvias de Bayly en cuanto a esta leve mejoría estilística. Pero son fuentes que terminan abaratadas por la imitación y allanadas hasta el extremo de lo esquemático. Y habría que notar aun que ellos mismos son, en buena parte, reediciones afeitadas de Kerouac, Salinger y Bukowski. Nada sorprende en el descenso de esta escalera: es el mismo mecanismo de reducción que conduce del drama al melodrama, de Dumas a Flemming, de la novela al folletín, de la literatura al marketing. No hay nada extraño, pues, en el éxito de Bayly, salvo el hecho de que, en la literatura peruana, nunca se habían conjugado los factores que propiciaran la aparición de un típico best seller: escándalo, controversia superficial, apropiación de usos artísticos para la confección de productos no artísticos, facilidad de consumo, identificación con un conjunto limitado de referentes próximos. A lo que cabría añadir, en este caso particular, el aprovechamiento de una celebridad previa, conseguida con mejores armas, en otro campo. Las novelas de Jaime Bayly tienen, ciertamente, una favorable acogida pública, pero carecen en sí mismas (me aventuro a pensar que también en la intención de su autor) de cualquier ansia de perdurabilidad: no ostentan la inevitable audacia estética que es requisito de cualquier intento creativo, y que resulta muy diferente de la falaz audacia social de desnudar chismes y exponer pecaminosas trastiendas. Esto es explicable porque jamás han existido best sellers experimentales, de vanguardia, ya que no hay nada que fuerce más a un escritor al conservadurismo que las ganas de éxito inmediato: es imposible pensar en los libros de Bayly como factores de debate acerca de cualquier asunto trascendente, y con esto no supongo que toda la literatura deba ser intelectual, densa o meditabunda, pero sí sospecho que, al arte en general y a lo que quiere presentarse como tal, no está prohibido reclamarle de vez en cuando alguna idea detrás de la apariencia, algún poder de sugestión, cierta inteligencia.
Midiendo a Faverón con su misma vara
(o “¿Ya se olvidó la Vaca cuando fue Ternera?”)
Considerando la exagerada reacción de los chicos buenos de la blogósfera a raíz de unos comentarios un tanto ladillas publicados en Caretas (la nota “Demasiado Ampuero”, escrita por Maribel de Paz) , hemos decidido, a manera de ejercicio de redacción, aplicarle a la reseña del libro de Bayly escrita por Faverón, el mismo rigor que Gus le inflige a la novata Maribel.
BAYLY , LA CRITICA Y LOS INQUISIDORES
Por Gustavo Rastrerón
Leo la reseña de Faverón y me quedo perplejo. Empieza con la frase “Jaime Bayly tiene el mérito de la oralidad ” A ver ¿qué significa eso? ¿Es la oralidad un mérito en sí misma? Luego dice que Bayly tiene “una facilidad enorme para yuxtaponer sucesos”, pero a continuación nos dice que carece de “cualquier idea de composición que no sea la de las escenas casi inconexas” ¿En qué quedamos? ¿Aprobó su cursito de Lógica I con Diógenes Rosales Papa este reseñador amateur? Porque, o sabe yuxtaponer los sucesos o no lo sabe hacer. La reseña prosigue regurgitando este tipo de paparruchadas, haciendo que el lector se pregunte si nuestro crítico asomará en algún momento con alguna idea interesante, (por Dios Gus, aunque sea UNA !!)
Luego, a mitad de la nota, ensaya lo que aparentemente es una queja por el gran éxito comercial de Bayly (“no hay nada extraño, pues, en el éxito de Bayly”) tratando de convencer a los lectores de que dicho éxito se debe a cualquier cosa menos a algún valor de tipo literario. ¿Porqué mejor no opta Faverón por escribir abiertamente sobre Bayly, el personaje, si es que tan mal le cae, y deja que el libro sea comentado por quienes tengan la intención de hacer una crítica literaria?
Continúa Faverón diciendo que “no hay nada que lo fuerce más al éxito que su conservadurismo”. ¿Es legítimo que alguien que se hace llamar un profesional de la teoría y la crítica literaria escriba semejante estupidez? A ver Sr. Faverón explíquenos un poco esa singular teoría de que “el conservadurismo fuerza a las personas al éxito”. Cual de los siguientes postulados sería el correcto:
a)Sólo los conservadores alcanzan el éxito
b)Las personas exitosas lo son porque una energía de conservadurismo los empujó a ello.
c)Algunos exitosos no son conservadores.
d)Las personas conservadoras tienen más probabilidades de alcanzar el éxito.
e)Alcanzar el éxito nos llena de conservadurismo.
De inmediato, cometiendo el pecado más elemental que cualquier crítico debería evitar, atribuye a Bayly las opiniones de sus personajes y da por ciertos los hechos relatados en la ficción (“la falaz audacia social de desnudar chismes y exponer pecaminosas trastiendas”).
En otro momento dice:
“El resultado de esa escasa preocupación por las estructuras narrativas, por la organicidad global del texto, es una fragmentación dolosa de las historias contadas y una frustración de los personajes en su posibilidad de aparecer como caracteres coherentes”
En ese, que es su esfuerzo mayor por hacer crítica literaria, Faverón revela por qué no está calificado para esa tarea: ¿qué tienen que ver “las estructuras narrativas” con “la organicidad global del texto”? ¿Cuál es la sutilísima conexión que Faverón no se da el trabajo de explicar?
Un poco más adelante leemos:
“Ray Loriga, Bret Easton Ellis y Alberto Fuguet, escritores de talentos muy distintos son las fuentes más obvias de Bayly en cuanto a esta leve mejoría estilística. Pero son fuentes que terminan abaratadas por la imitación y allanadas hasta el extremo de lo esquemático. Y habría que notar aun que ellos mismos son, en buena parte, reediciones afeitadas de Kerouac, Salinger y Bukowski.”
¿Qué tiene que ver Alberto Fuguet con Charles Bukowski? ¿Por qué no incluir también a Beckham, Schwarzenegger y la Chilindrina? ¿Alguien tiene una respuesta?
Dice en otro párrafo:
“Hay una total ausencia de búsquedas lingüísticas”
¿Qué mierda se supone que debe buscar Bayly? ¿El Santo Grial de la gramática? ¿El Eslabón Perdido de los verbos?
Y a renglón seguido remata:
“La rapidez que ofrece la lectura parece directamente proporcional al apresuramiento de la escritura misma.” ¿Humor involuntario? Sin duda, es una frase con una enorme carga confesional. Quien leyó apresuradamente, y mal sin duda, es el mismo Faverón a juzgar por la torpeza de lo que nos ha entregado.
Como quien se quita la careta, Faverón se aproxima a la conclusión de su reseña con esta observación:
“Es imposible pensar en los libros de Bayly como factores de debate acerca de cualquier asunto trascendente”
Una vez más toda su crítica parece reducirse a que el autor le cae mal: la reseña parece una radiografía del prejuicio: era imposible que Faverón escribiera un comentario desprejuiciado de este libro .
Reproduzco aquí una columna de Jerónimo Pimentel, aparecida ayer en Caretas, que extrañamente no ha sido rebotada en ninguno de los blogs de literatura.
Creo que mi amigo Jerónimo -como de costumbre- se desborda, pero su columna plantea tópicos que no sólo alentarán el lamentable chismorreo puñalero de la autófaga chologósfera literaria, sino que pueden incentivar algo más constructivo: un debate necesario y urgente sobre las características mínimas de nuestra televisión pública. Aquí va.
1. Creo que JP destaca algo que ya había notado en nuestros críticos: la poca resistencia a las opiniones disidentes y tomar sus espacios para dar rienda suelta a venganzas privadas. Sólo Dios y ellos saben porque los críticos literarios parece que tuvieran una tendencia a pelearse peor que políticos peruanos (lo cual ya es bastante decir).
2. Se supone que en la televisión pública deben reflejarse todas las manifestaciones artísticas, no sólo las que le gusten al gobierno o, menos aún, al director de cada uno de los diversos espacios culturales. Hace tiempo que no veo un programa completo de Vano Oficio (más o menos, desde la época en que Hernán Medina dejo el programa), pero puede uno percatarse que no están todos los escritores, ni todas las tendencias. El ejemplo de lo que debe ser un crítico y cómo conducir un programa mostrando el abanico de propuestas es lo que hace Bedoya en “El Placer de los Ojos”. Ello no le impide tener una opinión personal - muchas veces dura - sobre lo que comenta.
3. Si la televisión estatal aspira a tener un estándar de calidad internacional, debe mejorar la presentación de sus programas. Sonaly Tuesta no tiene un rostro telegénico, pero tiene un carisma personal que hace traspasar la pantalla. Tony Zapata es bastante didáctico en su programa. Quizás nos haga falta alguien tipo Skarmeta para hacer algo parecido al “Show de los Libros” que hace unos años hacía. ¿Alguién sugiere algún nombre?
Por lo general no comento sobre aquello de lo que no estoy bien informado, así que soltaré sólo dos temas que sí sé de “Vano Oficio”. 1) Conozco a Hernán Medina, y sé de su aporte al programa productor, Thais le sacó tarjeta roja, sin mayor explicación, parece que Hernán le “robó cámara” porque, como bien dice JP, la producción levantaba el programa. 2) De pronto es demasiado extrema la comparación, pero con una escenografía pobrísima, con invitados a veces poco mediáticos, todos podemos pasarnos buen tiempo frente al tío Denegri porque siempre será interesante; y el programa de Ricardo Bedoya, con una edición y una locutora de ultratumba siempre tendrá algo bueno qué decir en su programa. Pero yo ponía a Thais y era un zapping inevitable en el acto.
Temas aparte de las broncas que puedan haber entre Thays y mi amigo JP, el hecho es que “Vano Oficio” no justifica su presencia, y es una pena. Ser el lunar, en un canal que ya lo es, no es precisamente rescatable.
¿FAVERON DONDE ESTAS?
Ivan Thays hace que todos pensemos que sí es un vano oficio, porque lo hace soporifero y tedioso, por su estilo enrevesado y su atropellada forma de hablar. ¿Porqué no ha dicho nada el blog métome-en-todo de Gustavo Faverón?.
(Pongo como ejemplo que hasta ha hablado de la periodista Patricia Salinas de “Expreso” y una columna que escribió sobre cine). ¿Patería?. Ahora solo falta que el domingo, Alonso Alegria en “Perú 21″ critique a Jeronimo Pimentel.
Podrìa lanzar varios nombres (y que en realidad es algo que el Estado debería tomar en cuenta, yo, como muchos, veía Vano Oficio hace años cuando una mejor producción del programa, me permitía aguantar a Thays, contra el que no tengo nada en contra personal o prfoesionalmente, pero tener el poder mediático de llegar a millones de televidentes con un material tan interesante como la literatura, debería tomarse más en serio), decía, varios nombres como el de Alonso Cueto, que hizo del Dominical un buen espacio, cuando lo dirigía. Otro que puedo mencionar por ahí, y en realidad ha santo de nada, es Javier Arevalo, quien está detrás de la gran idea del Plan Lector obligatorio en todos los colegios. OPtros por ahora no se me ocurren, quizá Alvaro Lasso, un editor joven y que ya está triunfando como tal en una buena apuesta por la lectura. Bueno, en realidad, se podría buscar entre las jóvenes canteras de la literatura, porque sería un despropósito convocar a personajes tan pasados como Ampuero, Balo Sanchez (en realidad, a éste no lo descarto del todo), etc.
A mi también me interesa el tema de por qué los literatos tienden a andar peleándose entre sí. Creo que la mayoría tiene un ego gigantesco y son de esos que creen tener una respuesta para todo. Se ven por encima del vulgo. Cuando encuentran a alguien que no les da la razón, no dice lo que quieren oír, no se parece a ellos (quizá porque es menos fashion) o les resulta una amenaza (por motivos ¿profesionales?) se dedican a hacerle la guerra y se ponen de acuerdo con su patrulla salvadora o mejor, con su ademufe, para hacerle la ley del hielo o dejarlo fuera del círculo.
Claro, esta es una atrevida conclusión mía que podría tener poco de cierta, aunque se asemeje un toque a la realidad
Quizás nos haga falta alguien tipo Skarmeta para hacer algo parecido al “Show de los Libros” que hace unos años hacía. ¿Alguién sugiere algún nombre?
Ahí está el detalle, juntar telegenia con inteligencia.
La ultima: Se anuncia el despido de Thays del canal nacional y su reemplazo por Viscoso Coral. Intrigados por este cambio consultamos al jefe de prensa y nos respondio: "Es cosa de imagen, hemos buscado una figura fotogenica para levantar el rating..." (Plop)
Yo creo que la bronca canibal se debe a que nuestro nivel de lectoría es bajísimo. Si tomamos en cuenta el comentario de Beto Ortiz en la famosa polémica de andinos y criollos, Bryce Echenique en vivo apenas vende 600 libros en Wong... calculen el resto.
Pero nuestros escritores (andinos y criollos) siguen soñando con el lector ideal (o sea, un gringo, un argentino o un español), no se les ocurre idear la manera de aumentar el volumen de lectores en su propio país. Pregúntenles y responderán que eso es cosa del Estado. Vargas Llosa, con todo el apoyo que le dió a Toledo, además de su amistad con el ex Ministro de Economía y Finanzas Javier Silva Ruete, ¿hizo luego algo por que cambiaran las cosas en el Perú? ¿Apoyó la Ley del Libro, metió su cuchara?
Y qué decir de la crítica. El fin de semana, Abelardo Oquendo en su columna "Inquisiciones" criticó a esos escritores mediáticos que son paseados como modelos por las editoriales que publican sus libros. Qué feo, ¿verdad señor Oquendo? Ahora solo falta que nos diga donde están haciendo su gira esos escritores: ¿en Tarapoto, en Moquegua, en Puno quizá? ¿Podemos criticar que en otros países existan estrategias de venta de libros mientras en el nuestro hay más universidades que librerías?
telegenia con inteligencia:
m o n i c a b e l e v a n.
orfeo prieto
Posteen esto Dintilhacos, la mafia ataca a Caretas.
Cuentazo de las mil palabras?(Gustavo Faveron)
Uno de los lectores asiduos de este blog, y uno de sus comentaristas más interesantes y serenos, sin duda, es Mario Michelena, con quien alguna vez conversé en El Comercio, hace unos siete u ocho años, calculo yo. Mario me hace llegar un reclamo que creo absolutamente justo difundir, ya que, al parecer, quienes deberían responder directamente se niegan a hacerlo desde hace ya un buen tiempo.
La revista Caretas convocó hace varios meses a su concurso Cuento de las mil palabras, especificando que los originales serían recibidos entre el 26 de enero y el 4 de mayo del año 2006, y que el fallo sería emitido en junio de este año. Pues bien, estamos terminando noviembre, cinco meses han pasado desde que el último plazo venció, y Caretas no sólo no emite su veredicto, sino que, según cuenta Michelena, da una excusa distinta cada semana o anuncia la inminencia del fallo sólo para darle largas nuevamente, y así semana tras semana. El concurso de Caretas, que otorga un premio minúsculo, goza, en cambio, de un prestigio cimentado en el aura de seriedad que con justicia ha rodeado a esa revista por décadas. Este "olvido", lamentablemente, parece echar sombras sobre el concurso y sobre la revista.
"El concurso de Caretas, que otorga un premio minúsculo, goza, en cambio, de un prestigio cimentado en el aura de seriedad que con justicia ha rodeado a esa revista por décadas. Este "olvido", lamentablemente, parece echar sombras sobre el concurso y sobre la revista."
todo porque te metieron tu chiquita en la seccion Respondemos de caretas
lector aguzado dijo...
A estas alturas del partido creo que es un buen tema el del "peruano profesional". Antaño era un tema de peleas y de no pocos desafueros ideológicos el tildar a alguien de "latinoamericano profesional", es decir, de indicar que alguien tenía la capacidad de investirse, para la ocasión, de escenografía de palmeras, con alguna pirámide maya de fondo y habano cubano en mano para posar en la foto que felices los gringos sacaban en sus giras turísticas, mientras estos pensaban "qué graciosos estos indígenas" y les repartían unos cuantos dólares por la monería. De "latinoamericano profesional" fue acusado Carlos Fuentes, porque supuestamente encribía largos rollazos ensayísticos para definir una identidad latinoamericana que solo servía para producir orgasmos entre los académicos norteamericanos, tan adefesieros ellos, y que nunca tuvieron una trascendencia real ni en la discusión política o literaria local. Un "peruano profesional" sería aquel que, premunido de pasamontañas, vestuario a lo Inka trail, gesto de compromiso social y mirada etnica para la cámara señala la imperiosa necesidad de testimoniar sobre la violencia cuando maldita sea el puto interés que tuvo el mequetrefe en cuestión, cuando entre los ochentas y el dos mil se las pasó libando litros de cuzqueña en pubs de miraflores, levantándose alguna que otra hippie despistada y escribiendo textistos simbolistas que remataba a luca para juntar para el porrito. El escritor "peruano profesional" también puede ser joven afeminado con vocación frustrada de modelo de pasarela o expendejin hijo de izquierdosos y coquero recuperado, pero todos comparten un imperioso arrribismo por subirse a la moda, que incentivan una vez más los gringos, de hablar sobre la maldita violencia. Ahora, cuando ya dejaron atrás sus devaneos juveniles -que también pueden incluir solitarias partidas de monopolio, por siaca, porque arribistas hay entre todos, incluso entre los monses-, salen a clamar moralidad, conciencia de la pérdida, y participán en sesudas mesas redondas con cara de duelo, señalando el dolor de las vícitmas, la necesidad de reparación, el desprecio hacia las comunidades nativas, pero sin descuidar la sonrisa para la cámarra y la línea de activismo social indispensable para el curriculum profesional en el extranjero. Bajo el auspicio de las extravangancias que se les ocurren a los gringos (DEBE APARECER un movimiento literario que hable de la guerra con Sendero) , un conjunto de nuevos escritores y críticos está dispuesto a vender el alma al diablo por ser peruano victimizado de corazón, violéntólogo para más señas, y así acceder al soñado olimpo de las letras y de las becas gringas ad aerternum. Aprovechen mientras dure. Ya los quiero ver mañana cuando los gringos piensen que lo adecuado es hablar del pajaro loco o del culo de la virgen.
Orfeo Prieto ha dado en el clavo.
Mónica Beleván para conductora de un programa sobre literatura. Estupenda idea.
Faverón dándose su parte:
"Fuentes confiables pero aún no revelables (es decir, con nombre propio, pero anónimas por ahora para el amable lector) nos dicen que El Cuento de las Mil Palabras de Caretas ya tiene ganadores.
La revista planea, a diferencia de años anteriores, una premiación estilo Academy Awards: con una ceremonia en la que los nombres triunfantes sean descubiertos a última hora.
Las invitaciones a los implicados empezarán a cursarse en días próximos, pero, como la revista intenta mantener el secreto hasta el final, coordinar la presencia de los escritores sin informarles exactamente cuál ha sido su suerte resulta un pequeño parto organizativo.
Si el dato no me ha llegado con errores --y no hay motivo para suponerlo--, Caretas debe estar explicando esto mismo en un aviso en su edición de mañana jueves (donde, por cierto, también debe aparecer la respuesta de Iván Thays al improbable artículo de Jerónimo Pimentel publicado en la revista la semana pasada)".
Yo quisiera saber a cuento de qué este delincuente encubierto de las letras nacionales, puede saber, influir e incluso jactarse de saber qué pasa en la redacción de Caretas? O es que Bedoya le debe pleiteisia porque su tono de curita en púlpito. Señores de Caretas, ya es hora de expulsar a es genuflexo que de periodista no tiene nada.
Nota bene: O sea que los anónimos valen cuando Faveron sabe quiénes son.
En pocas palabras, como no gane el premio Mario Michelena, hay de Caretas.
Ya está circulando la réplica de Thays a Pimentel. Falacia ad hominem. Dices que vales porque te presento Vargas LLosa y deslizas sibilinamente que Jerónimo está detrás de puerto el hueco. Eso es aportar pruebas?
Respuesta a Caretas (de Thays)
A los enemigos gratuitos hay que cultivarlos, porque son el mejor filtro para calibrar nuestros aciertos: aquello que les duele más, es aquello que hacemos mejor. Hace unas semanas, Gustavo Faverón y yo rechazamos la reseña negativa que una periodista de CARETAS hizo a una novela de Ampuero. Desde entonces, nos han llovido insultos de parte de un par de personaje de TV y anónimos en internet que usan un lenguaje sospechosamente parecido al de Pimentel. En dicho artículo, sin embargo, además de los insultos de siempre, se me difama.
Es una mezquindad (que rechazan todos los que estuvieron relacionados al programa en esos años) decir que mi ex productor Hernán Medina fue en una época el único responsable de Vano Oficio. A nivel de contenido, siempre he sido yo el responsable, y en el lado de post-producción tanto Hernán como yo compartíamos el mérito luego de horas en la isla de edición donde ambos aportábamos ideas. Lamentablemente, hace unos años alguien hizo creer al ex gerente del canal que yo no solo no hacía nada sino que incluso me apoderé del dinero de un premio. Eso fue suficiente para que arbitrariamente, sin pedirme explicaciones, me despidieran del canal. Felizmente, pude conversar con el ex presidente Eduardo Bruce y éste me contó lo que se decía por los pasillos. Demostré entonces, con documentos, que la Fundación Príncipe Claus ofrece premios a personas pero también a instituciones, por lo que si hubieran querido premiar al programa lo hubieran hecho directamente. Además, que mi candidatura fue propuesta muchos meses antes de que existiera el programa, a raíz de un artículo sobre mi obra publicado en Holanda. No tuve relación con la Fundación hasta que gané el premio, así que nunca vieron un video de Vano Oficio. El premio me lo otorgaron en calidad de ser un escritor con proyección (Vargas Llosa hizo la presentación de mi obra) que, además, participa escribiendo reseñas y dirigiendo un programa de TV. Todo esto se lo hubiera dicho también a Pimentel si me consultaba, pero él prefirió publicitar un chisme. Desde entonces Vano Oficio es una coproducción y mi sueldo depende de conseguir un auspiciador, pues el canal no lo asume. Por ello, trabajo gratis hace dos años.
Ciertamente, no existe ningún conductor de programa literario en el mundo que no haya sido acusado de mafioso. En mi conciencia queda que jamás he invitado a alguien pidiéndole una compensación y que todos los logros que he obtenido como escritor o agente cultural han sido en mérito a mi obra, aunque la arrogancia de algunos que creen tener una opinión canónica no les permita aceptarlo. Además, en el programa presento escritores de cualquier estética y generación, “excluidos” o “hegemónicos”, de diversos tintes políticos. Jamás he censurado a nadie aunque, como absolutamente todos los directores de programas de entrevistas de cualquier medio, solo invito a aquellos que tengan algún interés para los espectadores. Si alguien no alcanza un nivel de calidad, o pretende levantar broncas de cafetería, ¿para qué convocarlo? Muchos escritores, a los que invité en atención a su obra, como Tulio Mora y Jorge Pimentel declinaron. Un amigo me convenció que debía invitar también a Miguel Gutiérrez, pese al reparo que tengo por su postura política. Lo hice, pero tampoco aceptó. ¿Qué hacer? En el Perú existe una fuerte división ideológica entre escritores y yo puedo representar ante algunos el grupo social que rechazan, y temen que les saque en cara sus discutibles simpatías políticas (en algunos casos incluso apologéticas de Sendero Luminoso); o simplemente les parezco “sobón” porque mantengo mi amistad con Ampuero y Cueto, y rechazo que juzguen sus obras sin argumentos.
En fin, algunos creen que tener un programa de TV o un blog literario tan leído me confiere un poder supremo y, desde entonces, si no pongo a X en mi antología, o si no lo reseño, es porque lo he “censurado”. No es así. Simplemente, ejerzo mi opinión y si discuto con alguien lo hago con argumentos y no con insultos o difamaciones, como lo prueba este artículo.
"solo invito a aquellos que tengan algún interés para los espectadores"
Falso. Por que el señor Thays, si es que tanto le interesan los espectadores, no le dedicó una nota siquiera para mencionar que un joven escritor(Alexis Iparraguirre) ganó uno de los premios más prestigiosos.(ya que lo otorga La Católica)Y por que luego la misma Universidad curiosamente una vez que ya había trascendido quien era el ganador, se demora no solo en la publicación, sino en la cobertura de los resultados del premio(Acuerdense de como fue toda la cobertura previa para publicitar el evento PREMIO NACIONAL PUCP, La Catolica movió toda su maquinaria de prensa y publicidad) pero cuando salieron los resultados practicamente se desentendieron y el autor tuvo que encargarse de promocionar su libro.
¿Que juegos de poder y de mezquindades habra detras de todo esto?.
¿Y qué tiene que ver Thays con la ineficiencia de la católica?
Al parecer Faveron ha ampliado su campo de participación madiática, ya no solo escribe en Somos sino también ahora en Caretas. Claro si Thays tiene su programa de Tv. a nivel nacional, que es el único programa televisivo sobre literatura. Por que Faveron no puede escribir en las dos revistas de mayor tiraje del país. Y despues se quejan de que en los Blogs literarios los opinantes sean Anónimos.
Es que acaso alguien puede pensar que solo es por ineficiencia que la catolica se desentendió del asunto?
Independientemente si la Católica quizo o no plucitar a Iparraguirre, Iván Thay no invitó a su programa al ganador de 10000 dólares y del concurso de narrativa mejor visto de ese año en el mero. Además, se dedicó a desprestigiar entre líneas al premio en una entrevista a Enrique Planas. En cambio sí invitó a los ganadores de Poesía y Ensayo. Todas esas son pruebas que constan en los archivos de TV PERu. ¿eso es estar pendiente de los intereses del público o de tus intereses, momia con peluca?
Acaso no es mas sospechoso aun que el mencionado ganador del premio lo ganara, teniendo un cargo alli y que el que gano poesia tambien? Supongo que por un prurito de moral la universidad se desentendio de unos resultados clamorosos. Thays podra ser todo lo que se quiera pero que no lo promocionara a su enemigo es sintoma de ser logico.
Iván said...
Acepto que soy subjetivo a la hora de invitar autores al programa, y que no invitaría a nadie que como persona me parezca moralmente repudiable, como considero a Alexis (tampoco invitaría a Miguel Gutiérrez o Dante Castro), lo que no tiene que ver con simpatías o antipatías (pese a las burlas contra mí, sí me interesa mucho entrevistar a Yrygoyen o Jerónimo Pimentel, así como invité a su padre Jorge P., a Gonzalez Vigil o a Tulio Mora, que no aceptaron Sin embargo, nadie puede implicar por eso que a la hora de emitir juicios literarios estoy guiado por mis simpatías. No quisiera que luego, si comento el libro de Alexis, se piense que mis reparos -de tenerlos- son por enemistad, como algunos imbéciles piensan que mis halagos por la obra de Luis Hernán Castañeda o Alonso Cueto son por amistad. Una cosa es la persona, y otra la obra. Eso está clarísimo para mí.
Veamos la siguiente lógica, Thays empieza diciendo :
"Acepto que soy subjetivo a la hora de invitar autores al programa, y que no invitaría a nadie que como persona me parezca moralmente repudiable, como considero a Alexis."
Y en medio de sus delirios morales termina contradiciendose flagrantemente afirmando:
"Una cosa es la persona, y otra la obra. Eso está clarísimo para mí."
Con esos argumentos ya se puede apreciar el grado de profundidad crítica y moral de estos individuos metidos en medios culturales de difusión nacional.
Sobre Toda la sangre:
Después de la aparición de Toda la sangre, antología editada por la editorial Matalamanga sobre los años de violencia política en nuestro país, se vienen organizando un serie de eventos por el interés que este ha despertado entre algunos escritores e intelectuales. Lo que no me queda claro es hasta donde podemos avanzar con ellas. Es decir, que es lo que puede aportar discutir un tema que sin ser reduccionista, encuentra su origen en algo que a todos nos queda bastante claro y es: la flagrante desigualdad social y económica existente en nuestro país; o a alguién le queda dudas sobre ésto?
Si algo deseamos lograr con estas discuciones deberiamos plantearnos que alternativas tenemos para oponernos a un fenómeno como el que surgió en los años 80's, y que no es lejano que se vuelva a repetir, como muchos analistas afirman.
¿Que pueden hacer escritores e intelectuales que desde su torre de marfil solo escriben y discuten sobre ello sin asumir ninguna responsabilidad ni compromiso?
Nuevamente aparecen los post transformados conforme pasan las horas por Faverón. ¿Qué intenta que alguien replique lo obvio de sus comentariós de indignante tono cátegórico plagados de desinformación?
"Eso tiene mucho que ver con la pobrísima concepción que la gente tiene del circuito literario en el Perú, cuya imagen se ve cada vez más y más reducida al flaco papel de ser una red de promoción (o una trampa letal) para las carreras de unos y otros autores."
"Se le pide a Iván que invite a ciertos escritores no por el potencial contenido de la conversación, sino porque las "horas/pantalla" serían un espaldarazo, un comercial, una ayuda para las ventas, un atisbo de consagracón, etc, etc. Todo muy pequeño, todo muy absurdo."
A eso dedica tu amigo su programa, ¿lo has visto por casualidad?.
Vago Oficio es un encuentro de vanalidades, donde los temas son la cocina literaria ("hay fulanito, qué interesante cómo te inspiras"), los rankings ("el mejor libro del año es el de mi amiguito de Winning...") cosas de ese tipo, salpícadas de entrevistas mermeleras a internaqcionales para aumentar la agenda de contactos.
ACLARACIÓN
Caretas no es la revista de mayor tiraje del país, de hecho no llegan a vender 10.000 ejemplares a la semana. Las de mayor tiraje, por si acaso, son Gisela y Magaly TV, que pasan de 30.000 números.
La tele en la hoguera
Quizá uno de los síntomas más clamorosos de lo pobre que es a veces el debate cultural en el Perú se encuentre en los términos en que se critica a Iván Thays por su programa televisivo Vano oficio, el único espacio de conversación literaria en la televisión peruana.
Algunos sostienen que el conductor de Vano oficio margina sistemáticamente de su programa a ciertos escritores, y mencionan a esos escritores con nombre y apellido: Miguel Gutiérrez, Jorge Pimentel, Ricardo González Vigil, Alexis Iparraguirre.
Otros objetan a Iván que su programa carezca de originalidad o muestre unos estándares de producción limitados, y comparan a Vano oficio con espacios televisivos extranjeros, obviando siempre que esos otros programas se construyen con presupuestos comparativamente enormes, mientras el de Iván es poco menos que gratuito (y el mismo Iván trabaja ad honorem).
Nunca he escuchado a alguien que objete el contenido del programa desde un punto de vista que trascienda, aunque sea por milímetros, la frontera de las preferencias o los rechazos personales.
Incluso cuando se menciona a Gutiérrez, Pimentel, González Vigil o Iparraguirre, la crítica se disuelve tras la mención. En otras palabras, se pide, por ejemplo, que Iván entreviste a Iparraguirre; pero a nadie le importa señalar cuál sería la importancia de hacerlo. Se pide la presencia de Pimentel, pero nadie explica cuál es ese tema imprescindible que debería ser tratado sí o sí en la televisión pública, y que sólo Pimentel sabrá tocar.
No digo que no exista ese tema. No dudo que Iparraguirre, Pimentel, González Vigil o Gutiérrez pudieran hacer programas muy interesantes: digo que ninguno de los que atacan a Iván con el argumento de los escritores marginados muestra el más mínimo interés en señalar cuáles son las ideas, los asuntos, los temas que deberían ser discutidos en un programa como Vano oficio.
De hecho, da la impresión de que quienes hacen esa crítica la hacen con los ojos puestos en su agenda (de teléfonos) y no en nada que pueda parecerse a una agenda intelectual, es decir, a una idea de cuáles son los asuntos que la televisión estatal peruana podría tocar en un programa literario y que no están siendo llevados al público.
Eso tiene mucho que ver con la pobrísima concepción que la gente tiene del circuito literario en el Perú, cuya imagen se ve cada vez más y más reducida al flaco papel de ser una red de promoción (o una trampa letal) para las carreras de unos y otros autores.
Se le pide a Iván que invite a ciertos escritores no por el potencial contenido de la conversación, sino porque las "horas/pantalla" serían un espaldarazo, un comercial, una ayuda para las ventas, un atisbo de consagracón, etc, etc. Todo muy pequeño, todo muy absurdo.
Un paso adelante se daría si los críticos de Iván, en vez de pedir groseramente la cabeza del conductor de Vano oficio --y su pronto reemplazo por un personaje más afín a ellos-- dejaran de mencionar los nombres de sus amistades supuestamente marginadas y propusieran unos temas de los cuales sea imprescindible conversar.
Quién sabe, acaso se acabe descubriendo que, dado cierto tema, el escritor X o el escritor Y resultan presencias necesarias, y las cosas caigan por su propio peso.
Muy interesante inicitiva.
Desde ya me comprometo, en la medida de lo posible según lo franciscano de mi producción (si hay un viaje de por medio, por ejemplo, imposible), a recoger esas sugerencias (temas y autores) y llevarlas a pantalla.
Eso sí, advierto que no es posible entablar una discusión con dos autores (o más) simultáneamente por un impedimento técnico (el canal solo nos brinda dos cámaras, y una de ellas es una minidv personal, que sirve solo para tomas de apoyo)
Saludos
IVAN
Facheron: "Un paso adelante se daría si los críticos de Iván, en vez de pedir groseramente la cabeza del conductor de Vano oficio ... dejaran de mencionar los nombres de sus amistades supuestamente marginadas y propusieran unos temas de los cuales sea imprescindible conversar"
A ver Gus, por que quieres que no se mencione a los escritores marginados por Thays? (No "supuestamente" como dices, pues sabes muy bien que, por ejemplo, la exclusion de Iparraguirre por parte del mono gago es injustificable, como ya se demostro en tu mismo blog antes; del mismo modo, que escritores tan importantes como Gutierrez no acepten ir a ese programa caprichoso y banal habla a las claras sobre su calidad y sobre la estolidez tendenciosa de su huachafo conductor.
El tema puesto muy bien al tapete por Pimentel es la miseria del programa de Thays, asi que no desvies la conversacion. Y si Thays cree que con decir que no le pagan en el canal vamos a suspirar por su "altruismo" ad honorem, esta bien huevofrito. Existe lo que se llama capital simbolico, Thays. Autopropaganda, presencia mediatica: eso da poder y eso es lo que tanto tu como Facheron quieren, para actuar de comisarios culturales vestidas de seda -con el cuento ese que ya nadie cree de la "belleza", el "arte" ahistorico, la rotundidad provocativa y vacua, los galimatias enfermos de tia revejida, culterana y bizantina que quieren hacer pasar por sutileza e inteligencia. En pocas palabras: Ya nos harta la basura que ejectan y proyectan, queremos un programa literario televisado minimamente equilibrado e interesante, es mucho pedir?
Ja, ja, ja. asi es que thays es el malo de la pelicula, el culpable de todos los males de algunos escritores peruanos. Ja, ja ojalá thays tuviera el poder mediatico que le atribuyen, "sus favorecidos" estarian en las listas de los mas vendidos, serían finalistas de cuanto premio literario exista... Que facil es culpar a cualquiera de la propia mediocridad. Asuman compadres, esta vez pimentel la cagó.
Para demotrar lo dicho por el anonimo de las 11:16, lean semejante frivolidad en notas moleskine, se ve que Thays no puede con su genio:
Casi termina en desastre la visita de Gael García (quien está en la ciudad tapatía haciendo una obra de teatro con José Saramago basada en la novela Las intermitencias de la muerte) a la FIL Guadalajara. Mientras pretendía llegar al stand de Santillana, los adolescentes se avalanzaron sobre él y casi rompen los kioskos (en el de Random House cayeron los libros infantiles). ¿Qué libros buscaba Gael? La esquina de los ojos rojos, de Rafael Ramírez Heredia y México ante Dios, de Francisco Martín Moreno.
En la foto, Gael García en la FIL Guadalajara
Para cuando un vano oficio con ceci cero de aguirre?
¿quién puede ser tan osado como para ponerse a fiscalizar qué cosa escribe thays en su blog personal? pobres miserables.
se comprende que thays se interese en el actor "Gagael" García
¿como es eso de "Asuman compadres, esta vez pimentel la cagó"?
momentinto, falta la réplica de pimentón, que se viene con todo, ¿no pimentón?
thays no es el malo de la película, no que va, pero dice: "Eso sí, advierto que no es posible entablar una discusión con dos autores (o más) simultáneamente por un impedimento técnico"
La lista de Letra de Cambio, es la más ínitma lista de correos de los regios (donde Salas cuenta de su fijación por las rabadillas de toro) se sabe que Faverón ha sido contactado por Tv Perú para reemplazar a Thays en el espacio literario del canal estatal. Faverón, según se lee, grabaría secuencias didácticas y entrevistas vía teleconferencias y Hernán Medina, reenganchado por TV Perú, se encargaría de la post producción y ensamblaje postmoderno del producto. Aunque el gordo Salas señala reparos morales, otros connotados miembros de Letra de Cambio animan a Faverón.
Thays intenta atenuar el efecto bomba el artículo de Pimentel levantnado noticias del más genial de sus excluidos, el escritor Miguel Gutiérrez. Faverón, intenta decir que la mayoría de los excluidos por Thays se negaron a asistir al programa. Desde luego, se negaron por las difamaciones, broncas y comentarios sibilinos que Thays fabricó sobre ellos y con los que se ganó a pulso su odio. ¿El motivo de las majaderías de Thays? Que a tales escritores no les gustaban sus novelitas.
en azangaro alguien escribe: "Luego intervino el "crítico" (así lo llaman) Javier Agreda que balbuceó cuatro palabras y apagó el micro. Un papelón. Cabe preguntarse a título de qué lo invitaron pues habló puras incoherencias."
y qué quieren? si agreda fue fiscalizado en bata japonesa!
Totalmente de acuerdo con el anónimo de las 7:16, sí a los dintilhacos les gusta los New York Dolls, no veo por que a Thays no le pueda gustar Gael García Bernal.
Lo que ocurre es que simplemente thays es poco didactico en su programa, no vocaliza bien, cae chinche, tiene poco carisma con sus mismos entrevistados y casi nada de angel para los televidentes, por ello nadie puede ver completa la hora de ese programa. si el conductor no recibe un centimo de canal 7 con mejor motivo deberia dar un paso al costado para que otro que si respete su propio trabajo y sudor pueda conducir un renovado espacio, que tenga carisma y angel, pueda vocalizar bien, no sea pesado para el televidente comun y pueda respetar el sudor de su frente y cobre algo de dinero.
¿Responderá Pimentel este jueves? ¿O se chupará ante el cargamontón digitado por Ampuero via Gustavo Franelón?
Si pues, uno puede ser un capo en literatura (digo, es un decir) y carecer en absoluto de cualidades para ser presentador de televisión. Lástima que Pablo de Madalengoitia haya muerto
ya respondió Pimentes, vía
www.uterodemarita.com
http://uterodemarita.com/2006/12/04/mas-sobre-thays-pimentel/
El anónimo de las 7:16 (que sólo puede ser el mismo Thays o el impresentable Daniel Salas) dice:
"¿quién puede ser tan osado como para ponerse a fiscalizar qué cosa escribe thays en su blog personal? pobres miserables."
Aguanta el coche hermanito. Si los blogs son diarios personales que nadie debe fiscalizar, empecemos por reclamarle a Thays, Faverón y Salas que fueron los primeros fiscalizadores de la blogósfera, llegando incluso a hackear los blogs que ellos consideraban "basura". Por lo tanto, si el blog no es un diario personal donde uno puede escribir lo que le viene en gana (Thays dixit) entonces ¿por qué resultaría una osadía ponerse a fiscalizar lo que escribe Thays?
¿No sé supone que el blogger debe asumir un compromiso y una responsabilidad por todo lo que escribe? Decídete, pues.
Justamente, los blogs dejaron en claro que a todos nos gusta la peliculina. Es absurdo poner tu opinión en un espacio público como la red, para luego quejarte por que te fiscalizan (eufemismo para no decir que no les gusta la crítica).
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