Tuesday, July 03, 2007

¿DE VACA LOCA A VACA DISIDENTE?

¿Et lux in tenebris ..?
Gabriel Ruiz-Ortega (comp). Disidentes. Muestra de la nueva narrativa peruana. Lima: Revuelta, 2007. 326 pp.

The lion and the calf shall lie down together but the calf won't get much sleep.
Woody Allen

Tras una larga historia de intentos de publicación -cuyos meandros exceden el espacio de esta columna y que ilustran la inestabilidad del negocio editorial en el país- llega a librerías esta compilación del periodista, blogger y cuestionado novelista Gabriel Ruiz-Ortega. Haciendo eco de una percepción impulsada por los medios periodísticos, por algunos críticos literarios y, desde luego, por los mismos autores, Ruiz-Ortega plantea —a través de reunir para el cotejo a veinte narradores publicados luego del año 2000—, la aparición de una “generación” de escritores peculiarmente distinta, caracterizada por la variedad de tópicos y la amplitud de su riqueza verbal, que los distingue de los narradores previos, especialmente a los que les cupo publicar durante los años noventa. Ciertamente, parece un criterio de delimitación impreciso, basto e incansablemente repetido por cada nuevo grupo de escritores –articulado o espontáneo- que son editados por las mismas fechas y que busca, como es natural, reconocimiento y éxito profesional (la tradición de la originalidad es una moneda de cambio prestigiosa en todas las artes desde el romanticismo, como señalan Friedrich y Paz en sendos tratados). (SIGUE EN EL PRIMER COMMENT)

71 Comments:

Blogger DINTILAKO said...

(SIGUE)

Ruiz-Ortega fundamenta sus afirmaciones en una historia personal de la narrativa de los años noventa, en lo que se ha dicho sobre los jóvenes autores más exitosos de su compilación — las más de las veces categorías de uso periodístico nunca adecuadamente contrastadas—, en sus gustos personales —que intuye que lo distinguen generacionalmente—, y, sobre ellos, propone panoramas genealógicos nacionales e internacionales que explican las características de la “generación actual”, suerte de filiación azarosa que los hace “descender” artísticamente, de modo borroso, pero en algún punto definitivo, de los aportes de Iván Thays y Óscar Malca (preciosas rara avis de los años noventa locales, una época en general improductiva en el Perú según el compilador). Por ello, parece decirnos que los escritores que junta no solo son distintos en los términos que le provocan, sino que ostentan la sensibilidad de quien los compila porque son objeto de su gusto personal, “generacionalmente” dirimente, y, desde luego, se facilita el camino a entender que la novedad de los convocados también puede transferirse a quien los presenta. Aunque nunca se arriesga a decirlo, tal afirmación implícita planea sobre ese texto tan llamativamente ajeno al periodismo, a la crítica literaria, al comentario impresionista, pero registro confuso de todo ello, que titula “La generación de la disidencia”, con fallido afán de bautizo definitivo de sus contemporáneos, que Ruiz-Ortega antepone a los escritos compilados.

Los textos reunidos y sus autores, en orden de aparición, son “El inventario de las naves” de Alexis Iparraguirre, “Un paréntesis de alegría” de Antonio Moretti, “La última entrega de Jesús Macarena” de Augusto Effio Ordóñez, “Seltz” de Carlos Yushimito, “Las floralias (fragmento)” de Christopher van Ginhoven, los breves “Piscina” y “Salvavidas” de Claudia Ulloa, “El presidente Lincoln ha muerto” de Daniel Alarcón, “Eucaris” de Daniel Soria, “Los escribas de Æ” de Edwin Chávez, “La construcción (fragmento)” de Ezio Neyra, “Los puertos extremos” de Johann Page, “Sin cobijo en Palomares” de Juan Manuel Chávez, “Sublime Sorrento” de Leonardo Aguirre, “Poeta Cedrus (fragmento)” de Luis Hernán Castañeda, “La tierra más lejana” de Marco García Falcón, “Un beso en la frente” de Miguel Ruiz Effio, “Buscando a Forster” de Pedro José Llosa, “Hospital” de Santiago Roncagliolo, “Tsunami” de Susanne Noltenius y “Dentro de una tubería rota” de Víctor Falcón Castro. Como se comprueba al revisar nuestros archivos, a no pocos de ellos hemos dedicado extensas reseñas y para conocer más sobre sus obras remitimos a columnas anteriores. Sin embargo, resulta indispensable observarlos en conjunto y revisar a otros que no hemos comentado para efectuar una necesaria confrontación con las afirmaciones de Ruiz-Ortega, la pertinencia de hablar de la totalidad de ellos como una promoción de escritores novedosa o si se puede hablar de ellos como promoción siquiera.

Un “noventero” infiltrado

Aunque no discutiremos la historia personal del ambiente literario de los años noventa que hace Ruiz-Ortega, resulta llamativa la inclusión de un texto como el de Daniel Soria “Eucaris” en la compilación. El cuento trata de un hombre, narrador en primera persona, que se da al trago en dosis monumentales en ausencia de su madre, residente en Estados Unidos, y que malvive en su departamento hasta convertirlo en una pocilga, e incluso abandona toda la frondosa jardinería materna a su suerte, al punto que solo queda una planta de eucaris, cuando la ausente anuncia su pronto e intempestivo regreso. No obstante el protagonista ejercita una ironía autoparódica cuyo primer antecedente es John Fante, la entraña alcohólica nihilista es claramente bukoswkiana, y ello explica en parte que el final tierno del relato —ternura única en el conjunto de cuentos, hay que reconocerlo— chirríe por su aliento nacional, específicamente bryceano, que sintoniza poco con los referentes dionisiacos y disolventes que animan toda la historia. Se trata de un “disidente” indisolublemente conectado a lo que, según Ruiz-Ortega, es la tradición narrativa imperante durante los noventa —que sitúa por completo ajena al papel catalizador de la dupla Malca-Thays— y mejor vinculada con uno de los subtítulos pretendidamente irónicos de la introducción de Disidentes, el que dice “A mi me gusta juerguear”. El cuento de Soria es “noventero” por derecho propio porque solo puede entenderse a través de la simpatía que produjo el élan vital de Charles Bukowski y sus ancestros en las distintas camarillas literarias del Perú de los noventa. Es un cuento que no debería estar en el libro, según los criterios de la presentación. Sin embargo, cabe admitir que existe una diferencia entre este textos y aquellos que el crítico Marcel Velásquez reunió bajo las siglas de JUM (juventud urbana y marginal) en su conocido ensayo “La cena de las cenizas: novela y posmodernidad en el Perú contemporáneo” (http://ajosyzafiros.perucultural.org.pe/Novela90.doc), pero es una diferencia que Ruiz-Ortega no percibe: Soria tiene la suficiente astucia artística como para detectar y emular unas estrategias narrativas que posan de espontáneas en sus precedentes norteamericanos, pero que resultan de un intenso entrenamiento para aparentar que se carece de estilo (si por estilo se entiende la proliferación de imágenes y metáforas, el hipérbaton gramatical o semántico). A diferencia de Tola, Rilo y otros narradores peruanos con predilección por la narrativa del llamado “realismo sucio”, Soria esquiva el anecdotario insustancial —la creencia de que basta contar con simpleza una anécdota cuyo interés radica en sí misma— y enhebra una historia que imita el monólogo más simple sobre un día cualquiera, pero que entraña, en la desnuda presencia de acciones sin objetivos, una nítida red simbólica que declara la derrota de un individuo frente a la vida. De lo anterior se sigue que, en “Eucaris”, antes que un “disidente” del modelo JUM “noventero” de narrativa local, aparece el epígono más destacado del que tenemos noticia en el Perú de la marginal —eso sí— escuela narrativa que inventa Fante, a partir de sus malentendidos creativos con la lectura de Joyce, y que Bukowski asume con peculiar originalidad. Así, Soria es un continuador de la tradición de los años noventa tal como la entiende Ruiz-Ortega; y, si pasamos por alto errores gramaticales que requerían un corrector de estilo, quizá lo único objetable del narrador de este eficiente relato sea tentar la mezcla del impulso de sus autores guía con el pathos bryceano, radicalmente distinto del de estos, a pesar de señas superficiales de semejanza (la coloquialidad, la más engañosa). Al final, el recurso al tono cariñoso de Bryce torna inútil tanto nihilismo. Fuera de ello, se trata de un cuento que, debido a su elaboración y cuidado, anima a seguir lo que Soria haga en el futuro. Pero, conviene recalcar, no se trata de un escritor iconoclasta, como se dice, sino de un discípulo aplicado de un modelo narrativo que, en palabras de su compilador, se quiso seguir, no funcionó y que ahora los escritores dejan de lado. Soria no lo hace, e incluirlo en Disidentes contradice la propuesta de la compilación si se señala que el primer mérito de los ahí reunidos alejarse de la estética caracterizada como “noventera”.

¿Los hijos de todos o los hijos de nadie?

Una reflexión semejante —también en dirección contraria de las aseveraciones de Ruiz-Ortega— suponen los textos compilados de una distinguida trouppe, la integrada por Luis Hernán Castañeda, Edwin Chávez, Johann Page, Carlos Yushimito, Leonardo Aguirre, Alexis Iparraguirre, Augusto Effio y Marco García Falcón. El relato de Castañeda es una notable crónica –en clave paródica- de las dificultades personales que suscita el encuentro de un joven aspirante a narrador, rico y misántropo, con un poeta adolescente, pobre y pretencioso, suerte de fantasma del primero, quien siente su acoso hasta en el terreno erótico. Se trata de “Poeta Cedrus”, un fragmento de la historia que encuadra los cuentos del libro Casa de Islandia, frecuentemente catalogado como novela. Conviene tener en cuenta que la novela es un discurso expansivo y no un muestrario cerrado de posibilidades de escribir relatos cortos. En este sentido, el libro de Castañeda dista mucho de ser la expresión de un único y dilatado argumento, sino que reúne muchas historias de una única línea, universos cerrados en sí mismos, que alternan con una historia-marco, también cerrada sobre sí. Esta resulta más difícil de percibir por los comentarios sobre las historias enmarcadas que efectúa el narrador de la historia-marco, pero ello también ocurre en El castillo de los destinos cruzados o Las ciudades invisibles de Italo Calvino, libros a los que nadie llama novelas, por más que en algunos de los cuentos el narrador, además de relatar historias, comenta su textura o pasa a contar su propia historia. El fragmento de Casa de Islandia seleccionado para Disidentes es el de mejor factura de los muchos que integran ese primer libro. Por su naturaleza torrentosa y, sin embargo, acertada en la confluencia de tensiones y tópicos —en especial, sobre el enfoque académico que se hace de la imagen del poeta— pertenece también al grupo de los mejor logrados de la muestra y reafirma el virtuosismo en el estilo del autor. Sin embargo, dado que el espíritu declarado de Disidentes es resaltar las confluencias de los seleccionados y su diferencia específica respecto de otros autores, resulta forzoso advertir que el proyecto artístico de Castañeda, junto al de los de los narradores mencionados al iniciar este párrafo, pasa por ser una de las muchas realizaciones de un mismo modelo estético: el libro de cuentos como unidad de sentido autónoma, superior a la suma de sus partes. Los focos en los que se funda tal tradición en nuestro país se remontan hasta Pobre gente de París de Sebastián Salazar Bondy (1958) y Los inocentes de Oswaldo Reynoso (1961). Pero la peculiaridad de dotar a la colección de cuentos de una historia-marco parece ser patrimonio privativo de este grupo, por lo menos en el ámbito local, probablemente por el influjo de lecturas que inciden en un ámbito común, y de las que no se puede excluir el Decámeron, Las mil y una noches, los libros de relatos de Italo Calvino, textos de acceso relativamente restringido en la actualidad, pero de mayor presencia y accesibilidad en el medio universitario. No es extraño que todos estos autores tengan formación académica y, además, se vinculen al entorno del activismo editorial; que la mayoría surja vinculada al auge de editoriales independientes que se inicia el 2004; que los más de ellos mantengan nexos con instituciones universitarias luego de graduados, o hayan escrito en fecundo contacto con ellas; y que muchos parezcan acusar la influencia de otros miembros del mismo grupo (así, la de Castañeda sobre Effio, es explícitamente reconocida; véase nuestro artículo “That ‘70s show”). Menos probable –inverosímil, en verdad— parece una influencia magistral de Iván Thays en estas constantes colectivas, como intenta probar Ruiz-Ortega respecto de Castañeda, Page y Chávez, sobre todo si se tiene en cuenta que la obra de los dos primeros se gestó en un contexto ajeno a su influencia (al calor de las conversaciones sobre el proyecto editorial estruendomudo, según ha referido más de una vez el editor Álvaro Lasso). Incluso el libro de Chávez tiene, en clave, alguna referencia al periódico de poesía que por entonces la editora imprimía, justo, paradójicamente, en el cuento “Los escribas de Æ”, seleccionado por Ruiz-Ortega para identificar al escritor bajo los asertos de su prólogo y en consecuencia, como prueba del magisterio de Iván Thays. Tal cuento, que sitúa la imaginación creativa de Chávez en el contexto universitario, y que presenta continuas alusiones veladas a su actividad extracurricular como miembro del equipo estruendomudo, lo ubica, más bien, en un fenómeno que excede un presunto influjo magisterial independiente, y se explica mejor en el contexto de lecturas y experiencias del medio académico, lo que es un vínculo significativo con Casa de Islandia, Parque de las Leyendas de Gallardo y, por vocación erudita intertextual —lograda o no en el texto de Chávez— con El inventario de las naves de Iparraguirre, Las islas de Carlos Yushimito y Paris personal de García Falcón. Evidentemente, aquí existe un grupo de escritores con motivos e influencias comunes claramente identificables, pero no bajo el limitado e improbable parámetro propuesto por Ruiz-Ortega (una formación magistral), sino, más bien, como fenómeno de epicentro múltiple, asociado a la vida universitaria de principios de siglo, que tiene un claro foco en la Universidad Católica, en donde inicia sus labores estruendomudo editores, empresa independiente cuyo despegue alienta proyectos escriturales semejantes (como puede comprobarse, los textos de estudiantes universitarios de San Marcos y de focos más alejados al medio académico son apenas del 2006, si se revisan pies de imprenta de los autores que conforman este grupo). No obstante, conviene decir, el éxito de este esquema de escritura –el libro de cuentos como unidad superior a la suma de las partes- resulta desigual. Así, “Poeta Cedrus (fragmento)” es el único texto dramática y estilísticamente acabado de Casa de Islandia, texto en donde resaltan más bien las largas tiradas de hermosa y culta prosa poética, pero de argumento, en la mayoría de los casos, a la deriva. Por su parte “Los escribas de Æ”, un cuento de redacción virtuosa, es incapaz de plantear algún conflicto o una línea de acción discernible hasta muchas páginas luego de iniciado y, pasado el primer impacto de la notoria riqueza léxica, el lector no puede dejar de preguntarse para qué la emplea, al servicio de qué está, pues ni el arrebato extático ni la sutileza argumental justifican expresiones así de solemnes e inútiles (en las que puede incluirse el término escriba para referirse pomposamente a quienes trabajaban bajo la dirección de Æ). Y, del mismo modo, Johann Page insiste con un texto fallido de su libro Los puertos extremos, relato del mismo nombre, de sintaxis pretendidamente cortazariana, pero que trasunta impericia en todo aquello propio de la narración de Cortázar: asunto interesante y personajes definidos desde la primera línea, procedimientos de extrañamiento sintáctico ordenado y progresivo, influjo sutil de voces incrustadas cuyo fin es sugerir modificaciones inquietantes a la trama antes que dilatarla, etcétera, etcétera.

Intercambio de cumplidos

Sin embargo, el modelo de escritura que sugerimos contiene una constante adicional al ideal de un libro de cuentos unitario y que, si bien en diferentes grados, ha terminado por infiltrar las distintas formas de expresión del grupo de escritores definido líneas arriba: se trata de la representación, con menor o mayor intensidad, de vías de acceso a mundos fantásticos o universos paralelos, jocosos o crueles, idílicos o alucinados, inofensivos o particularmente peligrosos cuando los confrontamos con nuestra noción pedestre de realidad. No se trata de una peculiaridad propia de los cuentos seleccionados por Ruiz-Ortega, pero sí resulta apreciable en los libros de los cuales se desprenden estos. Ciertamente, señalarlo no resulta novedoso, pero sí manifestar que esta tendencia ha alcanzado incluso al autor más apegado a la tradición realista del conjunto: el peruano-norteamericano Daniel Alarcón, quien ha recibido más de un comentario elogioso no solo de la crítica, sino de muchos de los autores incluidos en Disidentes y que siguen la consigna de entender a un libro de cuentos como superior a la suma de sus partes. El relato de Alarcón, “El Presidente Lincoln ha muerto”, sitúa en el primer plano de la narración la historia de la disolución del romance de dos ancianos homosexuales, despedidos de una pequeña empresa de telefonía en el desértico suroeste norteamericano, anécdota a la que se contrapone el idilio que sostuvo uno de ellos, Manuel, en su temprana juventud con el difunto presidente Lincoln. La explicación para el declive del amorío otoñal se hilvana con la justificación emotiva que arguye Hank, el otro anciano, para el asesinato del bienamado presidente Lincoln: el agotamiento del amor por exceso conduce al odio. Ambas líneas de acción, enunciadas por Manuel, se sitúan en una ucronía, en la que ha mediados del siglo XIX ya existen aparatos de radio para transmitir el atentado del Teatro Ford y en la que al suroeste norteamericano lo atraviesan carreteras que serían imposibles de imaginar hasta bien entrado el siglo XX, (por no mencionar la homosexualidad de Lincoln, mera presunción, y la locura de la señora Lincoln que, como se sabe, no pasó de depresión severa por el asesinato de su marido). Ciertamente, el desempeño de Alarcón no resulta tan efectivo ni conmovedor como el que efectúa en su libro inaugural Guerra en la penumbra. En “El presidente Lincoln ha muerto”, su principal virtud es la descripción de paisajes y de recorridos en automóvil, en los que destaca la sensibilidad para transmitir, a través de un puñado de sensaciones sutiles, la verosimilitud de la contemplación o de la experiencia del viaje. Sin embargo, el montaje de las dos secuencias de acciones —el amor presente y el amor pasado— resulta fallido si se tiene en cuenta la rápida explicación del desempleo repentino de los ancianos, apresurado y extemporáneo, referido en un flashback que hace confusa la distinción de los tiempos antes mencionados en el relato, sobre todo luego de una poética retrospección sobre el difunto presidente, que concita toda la atención del lector y frente a la cual la revelación final se nos presenta como carente de importancia. Por sobre esta apreciación, resulta evidente que el impulso creativo de Alarcón se desplaza hacia territorios que han transitado y transitan los escritores locales —exploradores usuales de realidades paralelas— ya sea por un influjo semejante (Alarcón ha declarado simpatizar con las fantasías de Italo Calvino; he ahí una buena pista a seguir) o por un tácito reconocimiento del atractivo de las fantasías perseguidas por sus contemporáneos. El cuento muestra las inexactitudes de un explorador en selvas nuevas, pero es una buena señal de la capacidad de Alarcón para adentrarse en distintas propuestas narrativas.

Viejos conocidos

Por otro lado, resulta ostensible la mejor disposición artística de los textos de Effio y Yushimito, aunque estos presenten los defectos que ya expusimos en nuestro artículo sobre ellos; se trata de errores de errores de diseño propios de la primera experiencia narrativa. Así, en “Seltz”, Yushimito se olvida de dejar entrever, siquiera para una verificación retrospectiva, que su protagonista se disfraza de mascota de la tienda de electrodomésticos hasta que lo dice en la última línea y desbarata el final; en “La última entrega de Jesús Macarena”, Effio deja adivinar muy pronto cuál es el desenlace de la morosa anécdota de su visitador médico. Otros textos resultan menos atractivos: Leonardo Aguirre, quien publicó Manual para cazar plumíferos en el 2005, se copia a sí mismo, con el demérito de la falta de novedad, en su inédito “Sublime sorrento”; Santiago Roncagliolo cuenta una anécdota que ya se publicó en Selección peruana (Lima: estruendomudo, 2005) y que, animada de por sí, entraña, de modo inesperado, una imprecisión usual en los que se inician en la escritura de cuentos: plantear secuencias de acciones paralelas inconclusas porque supone –erradamente— que con ello se consigue un efecto de final abierto. Antonio Moretti aparece en esta muestra con un texto de su colección Matiz de azul, “Un paréntesis de alegría” que explora el reprimido lolitismo de un crítico literario de gacetilla y profesor de academias preuniversitarias; es un cuento cuyo esfuerzo expresivo pierde cualquier resonancia significativa y contenido emocional por acentuar un registro formal estándar (y a veces subestándar) sin propósito estético visible, como si el autor prefiriese esgrimir la formalidad apenas como defensa de la incorrección, antes que arriesgar las posibilidades de flexionar el lenguaje hacia los fines propios de una voluntad artística original o, al menos, revisionista. Resulta destacable, por algunas virtuosas intuiciones y por un sentido general de la forma del cuento y de la visión de autor, Víctor Falcón, en “Dentro de una tubería rota”, quien confunde afortunadamente la economía del lenguaje con el inflexible despojo de perspectivas subjetivas —natural en su oficio de guionista— y consigue escritos compactos, cuyo estremecimiento proviene de la anécdota dura; sin embargo lo hace dentro de parámetros expresivos previsibles: sus anécdotas sobre burgueses sentimentalmente marginales se expresan sin mucha variedad a través de un firme conservadurismo lingüístico. Del mismo modo, es relevante el trabajo de Susanne Noltenius, de quien ya hemos hablado en una oportunidad como una escritora primeriza digna de atención, dueña de una mirada propia sobre la vida privada de la mujer profesional en una sociedad capitalista y que participa en Disidentes con el que, creemos, es su mejor cuento, “Tsunami”. Por su parte, Marco García Falcón revisa las posibilidades de reconciliación, a través de la memoria, de un arquitecto con su hermana, una poeta suicida en París, en “La tierra más lejana”, relato galardonado por el Premio Adobe de Cuento 2000, y Alexis Iparraguirre despliega las posibilidades de un serial killer omnímodo que se inspira en la Ilíada y las presurosas deducciones de los policías que luchan por atraparlo en “El inventario de las naves”, cuento del libro del mismo nombre, que mereció el Premio Nacional PUCP de Narrativa 2004. Ambos cuentos, junto con los de Castañeda y Alarcón, constituyen de modo palmario el grupo de realizaciones más sólido de la muestra (en esto concordamos con lo que El Comercio ha reseñado al respecto; véase http://www.elcomercioperu.com.pe/EdicionImpresa/Html/2007-06-03/ImEcLuces0733353.html). Sin embargo, cabe destacar que, salvo en el caso de peruano norteamericano, se trata de historias relativamente conocidas, naturales de un debut que ya cosechó elogios, y que un escritor principiante debiera prontamente reemplazar, en busca de la superación artística, por mejores trabajos (y no perpetuarlos como los usuales “cuentos de antología”).

Hechas las sumas y restas

De lo expuesto anteriormente se puede decir que —si alguna constante puede seguirse del trabajo de muchos de los escritores presentados por Disidentes — es que existe un movimiento de escritura más o menos espontáneo, cuyo preferencia estética, inicialmente, parece ser el orientarse por diseñar libros de cuentos unitarios para su presentación en sociedad, en los que refieren, de modo más o menos intenso, la exploración —conflictiva o no— de pararealidades, y cuyo origen, presumimos, proviene de las lecturas universitarias, en particular de la Universidad Católica, y que se difunde por el éxito editorial independiente (conviene tener en consideración la primigenia editorial estruendomudo). Pero esa caracterización localmente novedosa no se condice con patrón alguno de filiación expuesto por el compilador Ruiz-Ortega en su curioso (por decir lo menos) texto introductorio. Además, este movimiento de escritura no incluye a un cuentista eficaz y genéticamente dispar como Daniel Soria, que desarrolla su propia tradición escritural, por completo afín al nihilismo bukowskiano, por su propio rumbo; y es un movimiento que coincide, en alguna de sus vertientes, con los intereses creativos de Daniel Alarcón (habría qué preguntarle al novel escritor cuánto se siente afectado por la literatura peruana actual luego de sus visitas al Lima durante el año 2006). Ello nos dice que el vago panorama homogéneo que Ruiz-Ortega presumiblemente fundamenta en crónicas de periódicos, impresionismo y en trascendidos del mundo académico — ese panorama que describe como una variedad de estilos y propuestas que implica la suspensión de los vínculos con lo que llama lo más “negativo” de los años noventa (salvo por la obra de Malca y Thays)— no solo es evidentemente falso, sino que implica un desconocimiento llamativo del funcionamiento y filiación de los cuentos que compila (a esto no añadimos, por brevedad, un visible empleo de muletillas de mal gusto: “narrador cuajado”, pp 22y 58; “orfebre de la palabra”, p.136; “hace gala”, 192; “enfermo de literatura” y “a todas luces”, 246, etcétera). Como es obvio, decir que Disidentes registra una variedad de tendencias no es lo mismo que decir que existe al menos un modelo de libro y/o estética más o menos extendido, al que se suman algunas expresiones narrativas de la década pasada que cobran mayor brío que entonces, y otros textos con alguna suficiencia narrativa, que se manifiesta en paralelo, pero aún sin autores con propuestas estéticas bien definidas detrás de ellos. Comprobado esto, no se puede hablar de una “generación” en los términos que plantea el compilador, que desde luego no existe, y sorprende que, habiendo pasado tanta información relevante por alto, relativamente disponible, o extrapolable a partir del análisis textual, este pueda pretender la categoría de crítico literario o al menos crítico periodístico (la información de periódicos no debiera reñirse con la verdad y en la presentación de Disidentes parece tenderse a ello).

No obstante, se puede señalar un inmenso favor que el trabajo editorial de Ruiz-Ortega hace al lector. Disidentes permite una confrontación rápida y decisoria sobre lo que se está escribiendo en estos momentos, un ámbito por lo general disperso y poco atendido por su naturaleza emergente, en publicaciones de tiraje reducido y mal distribuidas, usualmente en manos de editoriales independientes, entusiastas pero limitadas, y del que solo teníamos noticias aproximadas por la bastante arbitraria –aunque no por eso menos interesante- colección Selección peruana (1985-2005). No es falso, además, que en Disidentes existen algunos excluidos “ilustres”, cuya ausencia responde con seguridad a las inevitables rencillas literarias que trasunta el ciberespacio –en la actualidad, el medio más activo de intercambio sobre temas literarios-, pero, si pasamos por alto el texto introductorio carente de fundamento, podemos acceder a un meridiano cumplimiento de una metas mejores que deja adivinar el subtítulo; Muestra de la nueva narrativa peruana; efectivamente, es ello, lo que no es poco.

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

hermanito, si el prólogo no vale nada y el antologador no ha comprendido su trabajo ni ha establecido bien sus criterios, entonces de qué hablamos? Reunir por internet un grupo de cuentos de gente diversa lo puede hacer hasta mi sobrinito de diez años.

miguel

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

mucho crolo en pisidentes

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

saben a qué responde que la vaca loca velázquez se ocupe de tan turbio personaje y su antojología????? De las disculpas que Orto le pidió en su blog por haber dicho en San Marcos que Marcel erala vaca loca. Si no postean esto ya sabré a quién mandárselo.

Martín

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Iván Thays rara avis!!!! ahahahahahahahaha, qué tal roca!!!!

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

buena iparraguirre, canonizándote a ti mismo, jajajaja

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

ala... q aburrida esa reseña.... tanta cosa para que el propio iparraguirre diga "thays no influencia a nadie" y "yo también merezco estar entre los wonderboys"... fuiiira, balú

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Estupenda reseña, Alexis. Gracias por colgarla tan rápido en este blog, solo cinco segundos después de que apareció en Terra. Eso es eficiencia.

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La Vaca comenta a Iparraguirre? Bien, Alexis, ya sabía que tú eres un escritor autocrítico.

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

ya te pasas de pendeyvis, gordo. o sea que eres juez y parte. no tienes decencia, no? cómo se te ocurre reseñarte a ti mismo? por lo menos sé más solapa, pes, y evita mencionarte

July 03, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La vaca loca Velázquez intentando despistar cvomo siempre sobre su identidad. Ya sabemos que eres tú. Aqui ya hay un comité para pegarte como en San Marcos.
Tu alumno de la Ruiz de Montoya que hincha de Thays y Ruiz Orto

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

"Wonder boy". Hmmm eso suena a frase del blog de Thays, que como siempre viene con sus calum,nias. Ojo atento, dinthilacos.

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

CHISMEDATOS

1. Buena, vaca vélasquez, aquí te descubres como el crítico de polendas que eres y no como el timorato lamebotas de PEISA que aparentas ser.

2. No tienes que defenderte difundiendo que la vaca es Iparraguirre porque bien sabemos que todo eso lo maneja tu pata Coral, con quien vendías libros en San Marcos, y que te tiene cogido de los cojones en otra de sus turbias maniobras con fines retorcidos (como cuando mando a Ruiz Orto a entrevistarse con todos los escritores jóvenes para espiar qué pensaban de él y lo desenmascaró Aguirre). Deberías dejar de estar a su servicio. ¿Qué sabe de ti?

3. No ceses tu labor crítica. Independientemente de tu moral, eres un intelectual valioso. Me gustan tus columnas de la vaca y me dan ganas de ser toro.

Un beso.

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Ay, Alexis, o Balú, como te dicen Thays y su mancha, con esto te vendiste solito: eres la Vaca Profana y además administras esta pocilga virtual. ¡Y había quienes ilusamente pensábamos que sólo eras responsable de lo primero! ¿Tanta miseria, tanta envidia, tanto resentimiento, pero sobre todo tanta cobardía puede haber en una sola persona? Yo que te creía con algún valor -intelectual, por lo menos-, pero ahora sí que te me caíste...

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

El pobre Ruiz-Orto no es que capaz de hablar de lo que no sabe. La única antolgía que podría hacer sería acercade puchos: que si el Marlboro Rojo es más rico que el Pall Mall, que con mi cervezita prefiero el Marlboro Light y cuando ando misio fumo Montana o Chucky Strike, huevadas...

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

No confundir, Alexis es la Vaca y Thays es la Loca. Y el gordo Salas la empleada doméstica de la Regia Faverón.

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Desde que se sabe quién se esconde detrás de la vaca, esas reseñas, a pesar de sus desesperantes excesos retóricos, han perdido toda validez (si alguna vez la tuvieron). Ahora se entiende, por ejemplo, por qué se echó abajo la antología "Viajeros perdurables" de Thays, su gran enemigo, y por qué ahora se empecina en probar que el conductor de "Vano oficio" no ha dejado escuela en la última generación. Una vez más, el reseñismo al servicio de inquinas y agendas personales. Enemigos de Yogui: ya están avisados.

Fidelio C.

July 04, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Es increible la rapidez con que Luis Hernán "Cocinero de Salas" Castañeda, Johann "Marimba" Page, Iván "Escritor joven" Thays, José Miguel "Goméame" Herbozo y Edwin "Europa Europa" Chávez pueden ingresar a Puerto el Hueco y lanzar una retahila de comentarios asegurando que Alexis Iparraguirre es la vaca profana. Porque, Herbozo, tu chonguito de escritor circular lo conocemos todos porque parabas mentándoselo a Gallardo en la Católica. No andes diciendo en el chifa que tus amigos del winning son inocentes.

Sincérense, pues, muchachos, tanto que odian a los anónimos, dígnense en poner su nombre cuando chonguean en Puerto el Hueco y admitan que les gusta, les fascina, les aloca la cochinada.

Y como dicen más arriba, el mérito de Ruiz Ortega es pobrísimo: su intento de conceptuar esa generación es fallido, fracasa en englobar mediante un comentario los textos que, supongo, exceden su capacidad como crítico y como creador (siempre y cuando pensemos que Ruiz Ortega tenga capacidades críticas) e intenta acuñar términos referenciales hacia esta nueva generación. (desde luego, apoyándose solamente en la autoridad de su malditismo, aquello de que está quedándose ciego como Borges y quiere escribir una novela por año).

Desgraciadamente, quienes creen que R.O. es escritor y, peor aun, quienes le creyeron el cuento de que era editor (cuando una antologia asi la hace un niño de 10 años, como bien apuntaba alguien), estan creando un monstruo, así como crearon la ficcion de Edwin Chavez como escritor revelación.

Finalmente, la ausencia de algunos elementos en Disidentes como Carlos Gallardo y Sergio Galarza llaman la atención. ¿Cuál fue el criterio de Ruiz Ortega para no seleccionar a Gallardo y recoger a otros de menor calidad narrativa? El único criterio parece tener nombre y apellido: G.F.P.

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Aún sigo muñequeado por el 2-2

Saludos,

IVAN

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

MI VERDAD

¿Recuerdan que Gustavo Faverón Patriau fue el único blogger que le hizo un cherry a Disidentes? Saben por qué lo hizo, porque él monitoreó esa antología, junto con Thays. Pero la relación Thays-Infame Orto acababa de ser denunciada por mí en Notas de Limbo, así que si el cherry lo hacía Thays era roche. Recuerden tb que Faverón Patrón de Chulillos no abrió comentarios a ese post.

Sobre la Vaca Loca, es claro que son tres: Marcel Velázquez, alexis Iparraguirre y García Falcón. El mismo Velázquez me lo ha dicho varias veces. Pero muchas más cosas sé de Velázquez, y serán reveladas pronto en Notas de Limbo. Por ejemplo sus tropelías en la Ruiz de Montoya...

Alexis varias veces ha intentado que yo actúe en favor de su grupito de resentidos contra los mafiosos de pacotilla Thays-Faverón, pero nunca me he prestado porque desprecio a unos y a otros. Yo juego solito mi partido.

Por qué no me presté al juego de Alexis???? Pues porque intuía que por un cachito de publicidad era capaz de hacer cualquier cosa. Como seguir construyendo a ese fantoche llamado Orto. Hoy la realidad me da la razón.

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Qué chistoso Corral. Piensa que todos son de su condición:

"Desde que se sabe quién se esconde detrás de la vaca, esas reseñas, a pesar de sus desesperantes excesos retóricos, han perdido toda validez (si alguna vez la tuvieron). Ahora se entiende, por ejemplo, por qué se echó abajo la antología "Viajeros perdurables" de Thays, su gran enemigo, y por qué ahora se empecina en probar que el conductor de "Vano oficio" no ha dejado escuela en la última generación. Una vez más, el reseñismo al servicio de inquinas y agendas personales. Enemigos de Yogui: ya están avisados."

Y si yo te digo que la vaca son Thays e Iparraguire que hacen todo esto por publicidad y la loca de Velazquez se presta a la intriga?
Y si te digo que Cueto sabe todo esto y lo apoya sonriente?
Adónde irías a lamer las bolas?
Adónde se esconderías tus miserias?
Acaso no te acuerdas cuando fumabas marihuana y le hacías fellatios a los policias de Quilca?

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

El gordo salas es escuelero de las chicas del scarlett.
Jesús González Castro (?) es la vaca, según mi acceso a la ofi de Terra. ¿Alguien sabe quien es?

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

no es marcel, no sean inocentes como el ruis orto... es alexis iparraguirre. y las reseñas no son buenas, tira de ignorantes: pura jerga academicosa para repetir lo que cualquier lector de bagaje mínimo puede notar en prima.

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La vaca es Marcel. Confirmado: se cita así mismo en el artículo

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

postea MI VERDAD, cerdo, o será peor...

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

el único lameortos que puede llamar "rara avis" a Thays es Marcel Velázquez, pronto aparecerá en Vano Oficio como pago por eso, recuérdenlo, y además, descarado, Thays hará su cherry a Disidentes para que no se diga que se reprimió de hacerlo por la denuncia de Choral...

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Bien pendejos thays y su patas. si balú está en la antología porque se la querría bajar? No vendería nada!

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

¿Alguién puede sostener con pruebas textuales y cronológicas la genealogía pelucona-cachorros? Con juegos de winning, les creo pero lo tro difícil, ah...

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

¿Habrá algo medianamente interesante en la próxima Feria del Libro además del libro de Harry Potter?

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

FAVERON Y EL METODO BRYCE

Parece que además de la famosa carta de recomendación a Cornell, Faverón ha tiene algunas otras deudas con Alfredo Bryce. Una de ellas sería su método de investigación bibliográfica para nutrirse de temas cuando la inspiración languidece. Uno de los últimos posts aparecidos en Puente Aéreo, titulado "Ese dedo meñique", parecería ser una burda reelaboración a partir de una columna escrita en el 2004 por Jaime Bedoya (tal como un comentarista se lo hizo notar). Ambas tratan de la propensión de nuestros intelectuales y periodistas a aparecer en las fotos en la clásica pose de Vallejo, apoyando el mentón en la mano. Incluso el párrafo humorístico en el que Faverón sentencia la estadística del asunto ("63% de los peruanos dedicados a la escritura o al pensamiento, y el 69% de los dedicados a ambas cosas a la vez..") parece inspirarse en la referida columna (dice Bedoya: "...la inveterada muletilla del YO PIENSO DE QUE empieza a anteceder el 57% de las conversaciones amicales, siendo seguida por su variante menos invasiva, el A MÍ ME PARECE (22%)."

En todo caso, a diferencia de lo sucedido en los casos de Bryce, Cueto y Jáuregui, aquí más que plagio parece haber "re-creación heroica".

July 05, 2007  
Anonymous Anonymous said...

ajajajajaja, pon mi verdad, te estás echando solo...

July 06, 2007  
Anonymous Anonymous said...

esa cosa "Mi Verdad" no es de Choral:

-Jamás echaría a su pata Velázquez

-Nunca denunció nada de Faverón.

-Ya no se ocupa de Orto hace meses.

-Acabo de conversar con él en Crisol y me ha dicho que no ha enviado nada a PEH, ya se ha olvidado de Orto, y me ha dicho más bien que está preparando una entrevista, "picante", son sus propias palabras, a Alexis Yparraguirre.

Imposible, pues, ese texto es un intento de Faverón de desprestigiar a sus enemigos y competencias. Yparraguirre, Choral, Velázquez. No se dejen sorprenderrrrrrrrrr


C.L.S.

July 06, 2007  
Anonymous Anonymous said...

la reseña que le hace Iván Thays a Disidentes en el último CARETAS es la prueba fehaciente de que ese pobre hombre trabaja para la seudomafia faverón-thays.

Es el pago por la vileza que ha destilado desde su hediondo blog el seudoletrado antologador.

El pobre no sabe que Thays es hombre muerto como narrador, que solo le hacen cherrys en periódicos olvidados sujetos despreciables como Vílchez de la Primera, y que nadie le hizo caso al relanzamiento de su programucho para escolares.

En fin, todo el mundo tiene derecho a servir a quien quiere, pero servir a santos que no hacen milagros debe ser bien feo, pobre Orto.

July 06, 2007  
Anonymous Anonymous said...

estos patitas. primero se consideran "disidentes" y ahora se flagelan como "perdedores"

http://bp3.blogger.com/_2PGg2IpvpxI/Ro6osZ1ia1I/AAAAAAAAAVo/T0mKkivikNE/s1600-h/portada+antologia.jpg

July 06, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Leído en un blogsucho
(http://adruid.blogspot.com). Miren cómo un impresor se autoinvita a un coloquio de narradores sanmarquinos... y encima le tiran arroz...

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Saludos, mi nombre es gabriel rimachi sialer, estuve revisando una paginas sobre letras y encontré la suya. Soy escritor y director del sello Casatomada, y bueno, quisiera saber si puedo participar en el evento que organizan. No hay peor gestion que la que no se hace. Un abrazo cordial,
Gabriel Rimachi Sialer
www.rcasatomada.blogspot.com
www.rimachisialer.blogspot.com

12:46 PM
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Estimado Gabriel:

Me da gusto saludarte y felicitarte por tu labor editorial. Actualmente ya hemos definido una lista para el evento Narradores en San Marcos por lo que cualquier otra participación, en esta oportunidad, sería imposible de gestionar. Sin embargo, sería de mucho provecho tener noticias tuyas y de tu trabajo.

un fuerte abrazo

1:38 PM

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

"LOS DISIDENTES DE LOS DISIDENTES", JEJEJEJEJEJEJE, LOS CHULILLOS DE FAVERÓN Y THAYS, ORTO-SINGRAFÍA Y MAXITO COPERO DE REY MOCHE PARECEN ESTAR EN COMPETENCIA DE A QUIEN SE LE OCURRE LA MAYOR ESTUPIDEZ. PUNTO PARA MAXITO.

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

qué falta de dignidad, por dios: o sea que rimachi (mucho gusto) vende su antojología como "los choteados por ruiz orto"...jajaja... qué jodido eso de ser choteado por un pelafustanes (pa que luego lo choteen también en el blog de otro pelafustanes... ala... báñese con ruda, don rimachi)

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La presencia de Rimachi calienta el ambiente. Parece que el negocio es hacerse ricos con antojologías. Yo haré la mía con las mejores pataletas de faveron (dado que el no lo hace y se está perdiendo plata). Incluiré su cartita de ciudadano ejemplar a Reaño.

Atento Cordelio

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

noooooo.... rimachi se invita solo a un encuentrito de escritores sanmarquinos y le tiran arroz??? que feo, con eso ya desprestigió su antologia.

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

QUE LAMENTABLE QUE UN ESCRITOR DE TALENTO Y DE VERDAD CONTRACULTURAL, COMO OSCAR MALCA, QUE ESCRIBIO ESA NOVELA DE CULTO LLAMADA "AL FINAL DE LA CALLE", SE HAYA COLUDIDO CON LA GAGA THAYS PARA HACERLE PROPAGANDA A SU ANTOJOLOGÍA "DISIDENTES". PORQUE SABEMOS QUE GR-O SOLO PUSO EL NOMBRE.

QUÉ MAL, CÓMO TE HAS VENDIDO SIGFRIDO LETAL. DECEPCIONAS A LOS JÓVENES CON ESTO Y CONFIRMAS QUE ESTAS ALINEADO CON FAVERÓN.

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

"Nacidos para Perder", el mayor acto de lucidez de Max Palacios

La historia de la literatura peruana ya tiene un lugar para Max Palacios. No será por sus monolíticamente mediocres libros de cuentos cuya patria es el más coherente olvido, ni por su novelita ridícula de adolescente de 38 años. No. Será por ser promotor de uno de los mayores ridículos perpetrados por escritor peruano alguno en su historia, solo comparable al retrato laureado que se hiciera José Santos Chocano.

Max Palacios ha participado, evaluado y promovido una antología de cuentistas titulada "Nacidos para perdedores", un título cuya primaria autoironía se vuelve con babeante ferocidad contra el mismo antologador, que ya sabemos que no es el buen Rimachi sino Palacios. Nacidos para perdedores, claro, y quién más autorizado para encarnar y dirigir ese despropósito mayúsculo que el profesorucho de pre, que el bamboleante bailaor del Yacana de madrugada, que el torpe lorito norteño que espeta fechas y nombres a sus soñolientos alumnitos de la Trilce de Lima.

La antología es todo un ejemplo de perfecta armonía entre las capacidades literarias de un don nadie y el título de su última creación: "Nacidos para perder". Dios, cómo reclamar ya no un puesto en la Selección Nacional de Estruendomudo, sino siquiera un lugar entre los mediocres Disidentes de Orto. Bien hizo este último en dejar de lado a Max en su antojología. Es su mejor aporte a la literatura nacional.

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

hay que ser bien acomplejados para participar en una antología que se llame así... pero era lógico, salvo los ganadores alarcón y ronacyulo, embaucados por pepachi, el resto es puro looser

July 07, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Haciend divisiones y multiplicaciones, queda claro que faveron-thays+ chulillos quieren difundir que Iparraguirre es la vaca. Objetivo: desprestigio. Pero la vaca dice cosas sensatas a mi enteder, cómo eso desprestigia, qué Salas lo explique, el que ama explicar (preparen sleepings). ¿Acaso Iparraguirre es el miedo mayor de la mafia? ¿Es el raíz de menos uno, ese número que los griegos colocaron bajo prohibición porque no lo podían calcular y su ciencia se venía abajo? Eso parece porque no solo lo silencian sino que se arriesgan a ser señalados de "anonimos" (qué miedo) y entran a puerto el hueco a calumniarlo. Si Iparraguirre es el objetivo de todas las convulsiones gastricas de Salas y de las hemorragias biliares de Fav, ¿a qué se debe?¿Cuan poderoso es Iparraguirre? ¿Tiene doctorados, becas, medios? ¿Tiene o pretende el monopolio de la decencia que conduce al monopolio de la palabra académica, como pretenden esos fascistas? ¿Qué tiene? Nada. Solo es un profesorcito de Estudios Generales que escribe sus libros. ¿No es eso una típica imagen del abuso del poder mediatico, discursivo, alienanter contra un individuo comun solo porque los poderosos imaginan, piensan, alucinan, se pajean conque ese hombre pequeño puede tener algo, no saben qué, que los puede hundir? ¿No es esa la paranoia de los desequilibrados adictos al monopolio del discurso que temen la palabra libre de alguien y la suponen escondiendose ahi donde sea (en este caso en un escritor y profesor pobre que tuvo el talento para escribir un libro que, al parecer, no pueden aceptar por malevolencia, ceguera o miedo)?
Yo creo que todo esto se debe reflexionar. ¿Iparraguirre esconde algo? ¿O los mafiosos temen como loquitos de poder? ¿Qué cosas esencial, central, inigualable, puede quitarles él?

July 08, 2007  
Anonymous Anonymous said...

todo lo que hace una antología, aunque sea tan misia como "Nacimos para perder". Por no perderse el figurar en ese bodrio los escritores realmente jóvenes le dan sangre a draculín Palacios, cuarentón frustrado que va por su cuarto libro y no pasa nada. Cómo puede pasar algo también, si el hombre se la pasa repitiendo fechas y nombres en sus clases de la pre. Pobechito...

July 08, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Comentarios:

Ambos títulos hacen referencia a un malditismo que no es tal. Todos tienen un aire de lo que no son. Esto va a ti, (ya no tan) joven escritor: Por mucho que quieras, y por mucho acné que tengas en el rostro, no serás Charles Bukowski, asúmelo. Ni eres un disidente (¿de qué?), ni un perdedor (salvo en Winning Eleven). Imposible. No puedes ser Bukowski sentado en las escalinatas de la Facu de Letras (PUCP/San Marcos, que ya se van pareciendo cada vez más).

El título de ambos libros debió ser Candy (por los dibujos animados, no por la canción de Iggy Pop), Fresita o Rainbow Bright.

July 08, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Lester Bangs:

Estar dentro de una universidad no te convierte necesariamente en escritor. Estar fuera tampoco. Por lo visto, los escritores recientes (?) salidos de las facultades que mencionas no te convencen, y estás en tu derecho a opinar así. Pero nada está dicho: tal vez el próximo escritor peruano que llene tus expectativas tenga maestría, doctorado y Ph.D. Y para colmo, tenga casa en Asia...

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Bailar al son de la arquitectura

por Alberto Fuguet



¿Se puede coreografiar la arquitectura? ¿Se puede montar un ballet en torno a, no sé, las obras de Frank Gehry? Probablemente no. De ahí el dicho. Bailar acerca de la arquitectura. La frase trata de captar aquello que es imposible. O que, por excéntrico y sin sentido, no vale la pena. Dicen que el que inventó esta frasecilla fue Elvis Costello durante una entrevista a la revista Musician en 1983: "Writing about music is like dancing about architecture: it's a really stupid thing to want to do". O sea, escribir de música es como bailar acerca de la arquitectura. "Es algo realmente tonto", concluyó. Algo imposible, inútil, futil.



La frase fue mal interpretada y muchos críticos de música se sintieron tocados, y hasta molestos, pero si se escudriña la respuesta de Costello es tan simple como sincera: la música se escucha. Punto. Así se procesa, se entiende, se conecta con ella. Y, a lo más, se conversa acerca de ella. Y si quieren, si están de ánimo, se puede bailar. ¿Pero escribir de música?
¿Cómo?
¿Se puede escribir de cine? ¿Cómo se reproducen, por escrito, las sensaciones y emociones que provoca, por ejemplo, Wong Kar Wai o, no sé, para estirar la cuerda, uno de Bela Tarr?



¿Es posible? ¿Vale la pena?
Sigamos: ¿se puede escribir acerca de la literatura? ¿Escribir acerca de lo escrito? ¿Los libros acaso no se leen? ¿No fueron hechos para eso? Entonces qué: ¿se cierra este suplemento?, ¿se fusila a todos los críticos profesionales y a los miles de opinadores anónimos circulando por la red? Por cierto que no. Sin duda que no.

Digamos las cosas como son: el mundo no termina en los libros o en los dvd o en los discos, sino parte ahí. Un libro fallido puede iluminarnos ante lo que implica perder un hijo o que una empresa se venga abajo. La labor del crítico, me gustaría pensar, es ser un vocero del vocero, un puente; es contarnos esas cosas que ese determinado libro le provocó. Su misión es que nos den ganas de leer un libro o, si considera que está frente a una afrenta chanta, abyecta, explicar por qué, pero desde el punto de vista moral, terrenal, humano, más que buscar razones estrictamente literarias y, por lo tanto, eventualmente irrelevantes.

Al final, escribir sobre las artes no es intentar reproducir ese arte o canonizarlo o buscar sus defectos, sino hablar acerca del mundo. Lo importante es la gente, es el mundo, no la obra ni menos el artista. Los creadores y sus obras son simplemente una excusa, un medio, para zambullirse en el mundo, en el estado de las cosas, y si el artista realmente es bueno, logrará que el tipo que está escribiendo acerca de él no lo mencione, pero sí que termine hablando de sí mismo. Acaso ésa es la meta final: provocar recuerdos en los autores y lograr que el crítico deje de ser crítico y sea simplemente un lector con suerte, con tribuna, un tipo que logra usar su sitio para abrir puertas más que cerrar rejas. Pero para eso tiene que creer en cosas, creer en sí mismo, ojalá, y creer también en el mundo, estar agradecido, creer que las cosas sí pueden cambiar, que este mundo es mucho mejor gracias a que hay creadores de todos los tipos y que no todos tienen que ser buenos o malos, sino que tienen que tener la misma cantidad de curiosidad como de generosidad.

Tal como tiene que tenerla un crítico.

Para eso tiene que tener fe, tiene que estar tranquilo, tiene que creer no sólo en los personajes, sino en las personas, tiene que darse cuenta si dejó de interesarse en el mundo y empezó a refugiarse en el cine, en la biblioteca, en su iPod, en el computador, donde sea.

Cito a Javier Porta Fouz, el editor de la revista de cine argentina "El Amante":

"... mi interés por el cine no puedo entenderlo sin prestarle atención a mi curiosidad bastante omnívora: esa de conocer el mundo. Conocer y mirar el cine para ver más y mejor el mundo, y en definitiva, mirar hacia el mundo... (el crítico) tiene la responsabilidad de descubrirle al lector otras películas que le hablen de otros mundos preocupándose por cómo lo hace. Es decir, quien escribe crítica de cine debe preocuparse por cómo escribir".

Qué pocos logran eso. El mejor crítico no es aquel que sabe más, sino aquel que es más curioso y se siente más llano viviendo en este mundo. Los peores críticos, columnistas y comentaristas son aquellos a los que no les interesa lo que les rodea y están presos dentro del determinado gueto artístico por el que optaron. Aquellos que huyen y se esconden del mundo y creen que esas obras reemplazan al mundo se equivocan. La labor del arte -para mí, al menos- es recordarte que sí, estás en este mundo y que, te sientas bien o mal, el mundo es primero y el arte viene después. Si no todo se vuelve ruido, un ejercicio tan inútil como intentar bailar al son de la arquitectura.

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

total, quién hace la antojología Nacimos para Loosers? Pepachi o Maxito? Cual de los 2 loosers?

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

los de ruiz orto salen paraditos a diferencia de los trimachi.

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

jajaja. Ya suelten al pobre draculín palacios, qué malos son velázquez y paolo de lima para darles tan duro con eso de "el mayor acto de lucidez de max palacios" y el rollo contra oskar malca. cómo se nota el desprecio, por favor.

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Notición

Daniel Salas aprovecha su vuelta por Lima para publicar blog basura Fantomas Perú.

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

no pasa nada con la competencia de disidentes. riamchi y palacios mezclan papas y camotes: base 5 como iwasaki, guich y donayre; noventeros como ildefonso, rengifo, trelles y el propio palacios (pendejo pa antologarse a sí mismo); adefesios como málaga, vega y moretti; inéditos como uchofen, polo y cadenas (de dónde salieron estos? vecinos de rimachi? parroquianos del yacana? alumnos de la academia de maxito?).

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

LA GAGA THAYS NO HA DICHO ESTA BOCA ES MÍA SOBRE LA CENSURA A QUIJANO. TIENE TODO EL DERECHO, PERO QUE NO ME VENGA A DECIR DESPUÉS QUE ES DEMOCRATICO JUNTO CON SU PAREJA MAFIOSA FACHERÓN, PAR DE REACCIONARIOS FACHOS!!!!!

July 09, 2007  
Anonymous Anonymous said...

el tio oquendo tira flores a la antojologia de ruiz orto. la mafia cierra filas con DISPLICENTES. wena favi, eso es poder!!!!!!

July 10, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Gabriel Ruiz-Bodega replica la antología de Rimachi-Palacios con otra Antología, aún más radical.
La nueva antología de narrativa joven se titula: RECONTRAMARGINALES: DEFECADOS POR LA SOCIEDAD.

Dice Ruiz-Bodega en su prólogo:

" Los jóbenes narradores aquí conbocados viven unas existenzias agenas a todo dizfuerso mediatico, en realidad ellos son los verdaderos artistas cuyas obras pasaran a la posteridad aunque hoy la mesquindad de algunos criticos les niegue el axeso al panteón de la conzagrasion."

Y como prueba de su audacia, Ruiz-Bodega ha convocado para esta selección a autores de culto, todos ellos enemigos de la foto, del canje adulatorio y cuyas opiniones siempre polémicas han contribuido a desenmascarar la autocomplacencia de ciertas "vacas sagradas" de nuestras letras. Así desfilan por esta antología ermitaños como Fernando Ampuero, de quien solo se conserva una foto de fines de los sesenta. Alonso Cueto, novelista enemigo de homenajes y celebraciones. Fernando Iwasaki, cuyos manuscritos en servilletas fueron rescatados de la basura por un ángel editor. Willy Niño de Guzmán, quien no ha vuelto a publicar en ningún medio de prensa desde 1979. Enrique Prochazka, cuentista borgiano desaparecido de la faz de la tierra por voluntad propia. Iván Thays, escritor y crítico conocido por su intemperancia que lo llevó a dar batalla contra la crítica literaria adulona que abunda en la prensa local. Enrique Planas, ácido entrevistador, despedido de todas lás páginas culturales por la forma temeraria en la que disparaba preguntas impertinentes a autores consagrados. Luis Hernán Castañeda, joven novelista cuya breve obra está llena de ironía y crítica al establishment. Santiago Roncagliolo, discreto autor radicado en España que encarna el modelo de looser, víctima de nuestra sociedad globalizada.

Hay que agradecer a Ruiz-Bodega que les haya dado una oportunidad a estos autores cuya obra permanece casi totalmente inédita, con excepción de algunos textos aparecidos en revistas de circulación clandestina o en ediciones caseras que una vez agotadas nunca más se pudieron encontrar. Todos ellos además se mantuvieron alejados del ruido mediático y fueron descaradamente marginados del circuito cultural local: con excepción de medios combativos y subterráneos como El Comercio, Somos, Caretas, Cosas, Etiqueta Negra, Gourmet Latino, Vanidades, Gatopardo, Cosmopolitan Latinoamérica, Gisella, Vano Oficio, Polizontes, G3, Oh diosas, Aventura Culinaria, etc. Repito con excepción de esos ignotos fanzines, los medios les negaron todo acceso: ni un artículo, ni una entrevista, ni una foto, ni una reseña, ni una línea.
Esta última antología de Ruiz-Bodega es una reivindicación de los más olvidados.

July 10, 2007  
Anonymous Anonymous said...

en lo que sí le gana Disidentes a Nacimos para Perder es en la edición, en el objeto... se nota que Rimachi & Palacios ahorran como judíos

July 10, 2007  
Anonymous Anonymous said...

antología temática? what? cuál es el tema? el fracaso está x todos lados n la lite peruana, no entiendo cuál es la novedad.ya,pues, pepachi,x q no dices abiertamente q querías copiarte d ruis orto???

July 10, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Yo creo que todo está bien claro: la ortensiona no funciona ni como antologador ni como nada.
Al parecer, esta era una nueva oprtunidad para que orto pueda sacarse de encima la pésima fama que le dio el librucho que publicara con una editorial fantasma producto de su invención. Sin embargo, ortensia no aprende la lección y reúne en una antología cuentos de manera arbitraria o solo porque tal es pata de favi y el otro enemigo de ildefonso. Bueno, ahora solo le queda a la chola ortensia seguir pidiéndole un sencillo a su papito faverón y andar presumiendo que tiene caché porque atiende visitas en el "recibidor" de su casa, que, valgan verdades (y si no, que lo diga coral), es una pocilga inmunda y apestosa como él.

July 11, 2007  
Anonymous Anonymous said...

sí, huele a pichi, igual que la antología de maxito palacetes.

coral

July 11, 2007  
Anonymous Anonymous said...

la existencia de seres como gabriel ruiz no es más que la respuesta a un fenómeno muy común en nuestra sociedad. penalizar a este sujeto por sus constantes tropiezos no sería, en tal sentido, del todo justo -por usar algún término-, puesto que se dejan de lado aspectos importantes alrededor de esta persona. en primer lugar, el aludido proviene de una familia de muy precaria condición; por ello, la necesidad de superar una magra posición económica explica el fiel servilismo y la subordinación de ruiz frente a lo que podríamos llamar esfera de poder.
no se debe dejar de lado, asimismo, que ruiz no posee ningún tipo de formación superior (lo que es muy notorio, por cierto), de manera que su intromisión en el espectro "oficial" se ve justificada en el hecho que "querer pertenecer a" un ámbito que le otorgue cierta confianza o seguridad; ser "parte integrante de" algo es finalmente un propósito bastante frecuente en sujetos marginados que buscan revertir su situación como fin último. así pues, valerse de estrategias o de mañas representarían pasos válidos para este tipo de personas. no es por tal razón extraño que el antedicho haya habilidosamente antepuesto un guion a su segundo apellido para obtener así un apellido compuesto y, según él, mucho más "estilizado" que el original soso y ordinario.
por otro lado, apelar a la misericordia ajena pregonando que se padece alguna enfermedad podría calificarse también como otra de las constantes de este sector social del que ruiz no es ajeno. según ruiz, un cáncer maligno en el ojo (no sabemos cuál) le quitará totalmente la visión dentro de poco tiempo. puesto que los tratamientos son inútiles ante el insalvable problema, el aludido se propone como ejercicio "catártico" escribir una novela por año. sin embargo, de ruiz solo se sabe que publicó un libro en una editorial que apareció de entre las tinieblas y que, aseguraba, tenía los derechos de otras tres novelas del mismo autor que "pronto verían la luz" y que, no obstante, nunca se conocieron ya que, al parecer, nunca fueron escritas. no olvidemos que la opera prima de ruiz llenó de frustración al autor, lo que no es para menos a juzgar por la pobrísima calidad de un libro, si se le puede llamar así, que jamás podría incluirse dentro del ámbito "oficial" que tanto deslumbra a este personaje.
por lo expuesto anteriormente, se hace evidente que ruiz no es sino, lastimosamente, una víctima más de la coyuntura local que obliga a muchos de nuestros jóvenes, prontos a pisar la raya de la madurez, a servirse de "estrategias" para superar la frustración, ora dejándose domeñar por el yugo de los más fuertes, ora a través de tretas que, en lugar de irritar o divertir a algunos, deberían hacernos reflexionar sobre posibles soluciones.
paciencia y buen humor, reza el dicho.

July 12, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Yo prefiero que sea Vaca Disidente a que se transforme en Vaca Voladora como la discoteca de ambiente de Lima.

July 12, 2007  
Anonymous Anonymous said...

ptm, qué frustrado ese ruiz para ponerle guion a su apellido. tenía que ser ortensia!!!!!!

July 13, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Lo de Repichi y Palazos no será tal vez una autobiografía ? Digo, a juzgar por el título...

July 14, 2007  
Anonymous Anonymous said...

BUENA PEPACHI!!!!! AHORA SÌ LA HICISTE LINDA CON LA ANTOLOGÌA, TE FORRARAS DE PLATA Y SALDRAS EN SOMOS!!! PORQUE... SALDRÀS, NO? SOLO FALTA QUE DIGAN QUE ERES HIJO DE JAIME BAYLI (A VER SI EL ORTO AHORA NO SE VA A CONVERSAR CON POGGY PARA QUE LO LLEVE DEL CULO AL CANAL) QUE SIGAN LAS ANTOJOLOGIAS!!!!

July 15, 2007  
Anonymous Anonymous said...

NO PASA NADA CON NACIMOS PARA LOOSERS. YA ESTA ASEGURADA LA FOTO DE CHIMBORRA RIMACHI EN LA RAZON.

July 16, 2007  
Anonymous Anonymous said...

No pasó nada con la antología de los loosers. Cambiemos de página. Ah... vi al gordo Salas en Lima peléandose con la seguridad del Kentucky de Larco. Volaban cajitas felices...

July 18, 2007  
Anonymous Anonymous said...

La Hortensia será una bestia, pero hay que reconocer que su antología contiene a los que realmente pintan. Pepachi y Maxito, en cambio, han sacado no sé de dónde (seguro los recogieron del queirolo, del yacana o del sky) una tira de desconocidos que escriben hasta sus manos.

July 18, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Qué cague de risa que le llamen Ortensia. le dicen así porque es chola o maricona?

July 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Me comprè las dos antologías, en la de "pepachi" casi todos los cuentos son buenos, la lei con gusto, se nota que hay un concepto... En los disidentes, en cambio... hay carne... pero entre papas y camotes y arroz con mango... varios escritores buenos (los de SELECCIÒN PERUANA) entre otros no tan buenos... demasiados "disidentes"... que penita, Ballardo debe estar depre... tirar la plata de la familia de esa manera... si pes, yo tambien tire mi plata...
cuanto habra pagado por esa cojudez, ballardo??? ves la tapa y no da ganas de comprarlo... eso si es ser loser!!!! cuanto cobro la gaby por ese engendro???

July 22, 2007  
Anonymous Anonymous said...

asu, qué veloz: lo de pepachi se presentó hoy y el anónimo anterior dice que ya leyò todo el libro y encima lo comparó con Disidentes. qué falso. todo lo que hacen por joder los secuaces de pepachi

July 23, 2007  
Anonymous Anonymous said...

Ese anonimous de las 4:06 huele a grafitti de baño. ¿No será que se quedó perdido en su limbo?

July 24, 2007  

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