PUIG, DUCHAMP Y LA ÚLTIMA INDIGESTION DE LEO
Genios iletrados
Leonardo Aguirre
Recuerdo una conversación en la Facultad de Comunicaciones. Acabando la clase de Dramaturgia, mi amigo Percy y este servidor nos encontramos para cotejar nuestros temores: la mayoría de los compañeros había visto veinte veces más obras de teatro que nosotros. El objetivo del curso era escribir una obra y Percy dudaba de su éxito frente a tan capaces (y bocones) rivales. Yo no dudaba. Por eso le dije: “No importa la información que tengas encima si no tienes el talento para utilizarla”. Dicho y hecho. El profe no me dejará mentir: Percy y yo (disculpen la pedantería) presentamos las mejores obras. Me acordé de mi compinche luego de leer, en “El Mercurio” de Chile, la noticia sobre la publicación de las cartas de Manuel Puig. Se pregunta el articulista: “¿Cómo es que un niño de provincias, que llena la plana de signos de exclamación y visita los museos al trote, llega a ser uno de los mayores escritores argentinos del siglo XX?”. Y dice también: “A lo largo de las 172 cartas aquí recopiladas se habla poco o nada de literatura (...) Puig es solo Puig, un turista argentino de clase media, un cinéfilo voraz, un hijo responsable que se lava los dientes...”.
En el mismo suplemento, el escritor chileno Alberto Fuguet sentenciaba: “Ahora, con varios libros a cuestas, capto que un escritor no es más que un lector que publica. Publica resúmenes de lo que ha leído”. Será tu caso, Beto, pero no generalices. Leer como descosido no te hace mejor escritor. Me parece de una lógica muy elemental suponer que, para producir literatura, se debe consumir solo literatura. Hay otros insumos. Hablemos de cine, como en el caso de Puig. Incluso, pensemos en la TV, como en el caso de mi amigo Percy, que pasa más horas viendo dibujitos japoneses que leyendo los libros que yo le presto. Coincido con Duchamp: el artista convierte en arte todo lo que toca. Todo lo que consume. El escritor que posee talento puede pasarse la vida viendo pornos y producir libros memorables. En mi biblioteca, Boquitas pintadas comparte la fila con volúmenes vetustos que seguro Puig nunca llegó a leer.
(SIGUE EN EL PRIMER COMMENT)
Leonardo Aguirre
Recuerdo una conversación en la Facultad de Comunicaciones. Acabando la clase de Dramaturgia, mi amigo Percy y este servidor nos encontramos para cotejar nuestros temores: la mayoría de los compañeros había visto veinte veces más obras de teatro que nosotros. El objetivo del curso era escribir una obra y Percy dudaba de su éxito frente a tan capaces (y bocones) rivales. Yo no dudaba. Por eso le dije: “No importa la información que tengas encima si no tienes el talento para utilizarla”. Dicho y hecho. El profe no me dejará mentir: Percy y yo (disculpen la pedantería) presentamos las mejores obras. Me acordé de mi compinche luego de leer, en “El Mercurio” de Chile, la noticia sobre la publicación de las cartas de Manuel Puig. Se pregunta el articulista: “¿Cómo es que un niño de provincias, que llena la plana de signos de exclamación y visita los museos al trote, llega a ser uno de los mayores escritores argentinos del siglo XX?”. Y dice también: “A lo largo de las 172 cartas aquí recopiladas se habla poco o nada de literatura (...) Puig es solo Puig, un turista argentino de clase media, un cinéfilo voraz, un hijo responsable que se lava los dientes...”.
En el mismo suplemento, el escritor chileno Alberto Fuguet sentenciaba: “Ahora, con varios libros a cuestas, capto que un escritor no es más que un lector que publica. Publica resúmenes de lo que ha leído”. Será tu caso, Beto, pero no generalices. Leer como descosido no te hace mejor escritor. Me parece de una lógica muy elemental suponer que, para producir literatura, se debe consumir solo literatura. Hay otros insumos. Hablemos de cine, como en el caso de Puig. Incluso, pensemos en la TV, como en el caso de mi amigo Percy, que pasa más horas viendo dibujitos japoneses que leyendo los libros que yo le presto. Coincido con Duchamp: el artista convierte en arte todo lo que toca. Todo lo que consume. El escritor que posee talento puede pasarse la vida viendo pornos y producir libros memorables. En mi biblioteca, Boquitas pintadas comparte la fila con volúmenes vetustos que seguro Puig nunca llegó a leer.
(SIGUE EN EL PRIMER COMMENT)
22 Comments:
(VIENE)
Cosas de la ignorancia
(tomado de luzdelimbo)
Nuestro colaborador Gabriel Ruiz-Ortega (La cacería, 2005) dirige su justificada indignación de escritor contra un artículo titulado "Genios iletrados", publicado por un controvertido blogger en el prestigioso diario La República. Luz de limbo está abierto a una eventual respuesta.
Ayer me levanté tarde, como de costumbre, prendí el ordenador, me conecté a Internet y me puse a ver las páginas de los diarios, y alguno que otro blog. Mientras tomaba mi café no podía creer lo que iba leyendo en la columna "Cosas de la tribu" de La República. Después de leer el artículo de este controversial personaje me hice una pregunta: ¿Qué es lo que lleva a alguien a resaltar un disparate como el que afirma en su columna? Pues bien, para empezar puedo decir que estos equívocos provienen de una mala lectura del artículo que cita. Y a esto debemos sumar una falta de información sobre el autor argentino, Manuel Puig, a quien pone como ejemplo para justificar sus cada vez más expuestas carencias intelectuales... Si el desatinado columnista desea más datos sobre la solvencia intelectual de Manuel Puig, le sugiero que le dé una miradita al número 38 de Hueso Húmero, en el que vemos un intercambio epistolar entre Puig y Abelardo Oquendo con relación a Boquitas Pintadas, que al parecer es la única novela que el periodista ha leído de Puig, y estoy ahora más seguro que nunca de que la leyó mal, tan mal como el Bukowski de Quilca que cree que con borracheras, salidas de putas y un poquito de humor le rinde justo tributo al autor de La máquina de follar y La senda del perdedor, desconociendo la considerable formación literaria de Bukowski, que iba a la par con la intensidad de su vida. El columnista de "Cosas de la tribu" remata su artículo con una forzada cachita al escritor Alberto Fuguet, al afirmar que “leer como un descosido no te hace un buen escritor”. Aquí nos topamos con la mediocridad en estado puro, esa que muestra a raja tabla su envidia maquillada de desdén por aquellos que han leído más o saben más. Gozar de este par de regalos, la lectura y el saber, no te hace mejor escritor, eso es evidente. Pero si uno es escritor tiene que ser consciente de que la lectura voraz y profunda es clave por una cuestión de respeto por el lector y por sí mismo. Además, aunque intentes nutrirte de otras artes como el cine, la pintura, el cómic, el teatro, la música, estas no te sirven de poco si desdeñas el formato en que te estás moviendo. ¿O cree este blogger forajido que a Hanif Kureishi le fue más que suficiente con fumarse toda la marihuana del universo y escuchar sin parar a los Beatles para escribir El álbum negro? ¿A lo mejor sueña con que a Jonathan Lethem le haya servido más que sus estudios de teoría literaria el consumo compulsivo de cómic, rock y LSD a la hora de escribir La fortaleza de la soledad? Con muy buena onda le recomiendo a mi amiguito blogger que lea, de principio a fin, la biografía Manuel Puig y la mujer araña, escrita por Suzanne Jill-Levine, para que así, por medio de la boca de ella y no de la mía, se entere bien de la formación literaria que se escondía tras una de las mentalidades más creativas de Latinoamérica.
Todo esto ha sido dicho con la mejor voluntad. Es necesario hacerle saber a este periodista en ciernes que hay que informarse bien antes de escribir un artículo, que es grotesco ventilar y justificar la ignorancia propia, y mucho más aferrarse patéticamente a algo tan gaseoso como el talento.
Como decía Baltasar Gracián: equivocarse una vez es de humanos, equivocarse dos veces es demoníaco. ¿Cuántas veces van que te equivocas, amiguito blogger?
El arte del futbolista ciego
(Tomado de puenteaereo)
Cierto artículo de La República y una réplica de Gabriel Ruiz Ortega en el blog de Víctor Coral me llevan a hablar nuevamente de alguien a quien no pensé referirme más, o al menos no por un tiempo.
El artículo, que por un momento me pareció una respuesta a mi post Los sabios idiotas no existen, es el texto más descabellado que le he leído a Leonardo Aguirre. Descabellado hasta el punto que uno se pregunta qué sentido tiene que un diario de circulación nacional pierda espacio en albergarlo. Es, en su aspecto más lamentable, una defensa de la ignorancia, y en su lado más simpático, una romántica reivindicación de la literatura como fenómeno paranormal: "el artista convierte en arte todo lo que toca".
Lo primero es grave: en medio de la enorme escasez de espacios periodísticos que defiendan la idea del estudio, la lectura y la reflexión como elementos vitales para rescatar a nuestra sociedad de su triste agujero, uno de nuestros pocos escritores con tribuna celebra la carencia de todo eso --lectura, estudio y reflexión-- y sostiene que ni siquiera los escritores necesitan de ello. Aguirre parece creer que, si alguien tiene eso que él llama "talento" (talento del cual él mismo parece el mejor ejemplo que le pasa por la cabeza), puede construir muebles con sólo tener un martillo, aunque en su vida le sea dado ver un sillón o una mesa. Piensa, por decirlo así, que, Ronaldinho podría jugar como juega aunque jamás en su vida hubiera visto un partido de fútbol. Pues no es así: Ronaldinho podría hacer malabares inconducentes y las más inverosímiles maniobras con un balón, pero su ignorancia de las leyes y los secretos del juego le impediría tanto seguirlos como quebrarlos, tanto apropiarse de ellos como reinventarlos. Y eso mismo, mutatis mutandis, es lo que podría hacer un escritor sin lecturas o con un número reducido de lecturas: verborragia y palabreo, una escribidera sin sentido ni valor. Y eso no es literatura. Para darle cierto sentido a su argumento, Aguirre se inventa un rival fantasmático: alguien que habría sostenido alguna vez que "para producir literatura, se debe consumir sólo literatura". ¿Quién --en los últimos, digamos, tres mil años-- ha dicho eso? Nadie. Es más, ¿quién es capaz de imaginar a una persona que pueda sólo consumir literatura, sin exponerse a ningún otro input, a ningún otro estímulo, a ningún otro lenguaje? Una vez más: nadie.
He aquí, justamente, una de las utilidades de la lectura: si Aguirre leyera más y se mirara menos el ombligo, no escribiría cosas como ese artículo, y la cultura peruana ganaría para sí esa esquinita de papel que La República le ha concedido a este escritor, paradójico propulsor de la idea de que la gente no debería leer mucho, incluyendo, supongo, sus propios libros.
Mario Michelena dijo...
Ahora bien, por hacer de abogado del diablo cabe decir que el argumento de Aguirre no es nuevo, y que muchos escritores renombrados lo han usado, o han recurrido a ideas empartentadas a esa. Todo muy derivativo del romanticismo, la sacralización del talento y las "iluminaciones", supongo. Incluso un escéptico como Ribeyro destaca en sus diarios, más de una vez, que conocer en persona a sus escritores más admirados le ha resultado un chasco, y que en persona los autores de piezas de teatro o novelas admirables le han parecido sujetos bobos y relativamente iletrados. Incluso describe su encuentro con uno de ellos, tras un largo viaje en tren. El sujeto parece incapaz de retener la información de que JRR es peruano, y lo único que parece interesarle de la región de la que proviene es el clima. Por eso le pregunta todo el tiempo: ¿y, entonces, hace calor en Chile? JRR en lugar de atribuir eso a una posible senilidad, lo hace a aquella bobez insondable que ha encontrado ya en otros grandes escritores. La diferencia quizás es que JRR no ve el asunto con la alegría con que lo ve Aguirre.
Mario Michelena dijo...
No quiero que se me malinterprete: Ribeyro no presenta la situación que describe como una que establezca un principio, tipo "hay que ser insondablemente bobo para escribir bien", lo considera más bien una cosa paradójica, una excepción a lo que se esperaría. Pero resalta el haberlo visto antes.
Que cage de risa, ahora faveron le hace la patería a Duchamp
Y quien es el flaco con lentes, ese que se ha metido en la foto. Parece del Opus Dei.
El indigesto parece Gabrielito, que se ufana de haber leido un munton,y encima lo acusa a Leo de demoníaco. Parece que estos empiezan a parecerse a los del santo oficio. Y luego tenemos al desacertado Faveron que como siempre confunde las cosas, parece que se ha olvidado que en el futbol precisamente lo que más se espera de Ronaldinho es su improvisación, su magia inverosimil. Faveron debería dedicarse a comentar partidos de "fulbito de mano".
oeye leìto, ya viste el post feo que te ha sacado coral en su blog, què feo, quedas supermal!!
miriam
Es interesante que se haya planteado esta suerte de relación casi mágica entre el artista y su obra de arte(citando un poco a Duchamp), apesar de que la persona que lo plantea no nos de ninguna credibilidad. Pero creo que es bueno considerar la posibilidad de este tipo de relacion causa-efecto aunque suene un poco romantico. Así habría que citar a un escritor últimamente tan valorado como igualmente olvidado por sus mismos admiradores, me estoy refiriendo a Robert Walser, un típico escritor "ignorante" y por lo mismo genial.
Walser es un escritor digno para los fetichistas y sibaritas de toda calaña, y por eso siempre incomprendido, siempre negado, un futbolista ciego, ni más ni menos.
La pedanteria académica es un virus incurable, que no se quita ni siquiera leyendo a Walser, Salinger o a Pynchon. Algo de eso ya lo sabe Villa-Matas, así que no es necesario hacerse pasar por él.
Qué asco Leo aguirrezelada y Cabriel Ruiz ortega Rimachi!!! Los dos hablando de lo que no saben!!!
Qué asco! Si tan solo aprendieran a escribir bien...
Ese zambito bañado en lejía y que usa unos anteojitos de lo más snob tiene cara de haber sido un monaguillo a quien sodomizaron durante mucho tiempo. ¿Quién diablos es para que lo pongan con los demás infelices?
¿...?
Chicos, alguien sabe quien es ese chico de lentes, no será un amigo de leito
Karen, puede que sea del Opus Dei, asi que no te hagas muchas ilusiones, por que esos no se ven con "paraguay", ni con el pensamiento.
Ay, pero qué iluso e idiota eres lector anónimo y desempleado!! Ese de ahí no es más que la pareja de Cabriel Ruiz Rimachi Ortega, ex de Carlos García Yupanqui Miranda Grajeda y qué está financiando el libro que Gabriel Ruiz pagará con su potito. Por qué creen que sale a polemizar con el más ranqueado de los criticos peruanos, el buen leito "NONECESITOLEERPARAESCRIBIR".
Ya empezo la reventada de cohetes sin explicación, absolutamente gratuita y argollera de los criollos en el blog de Facherón. No es gratuito: obedece a su amo Cueto en el propósito que aquel comparte de considerarse padres de una "generación" de escritores (al menos eso, si literariamente son mas esteriles que nonagenaria en pindinga). Qué verguenza, señor Facherón. Es usted un inmoral!
webadas hablan, oe
culto con calle.
qué nivel plumífero ignaro, así quieres seguir en esto de las letras? crees que tu amistad con ezio neyra dará para tanto? no seas tontito y recapacita...
víctor coral cordero
El cusqueño de veintitantos, Nilton Arredondo, deberia sacar su cuento por dignidad. Yan ken Quipu no es para dar una mirada a lo que se está¡ escribiendo aquí en cusco o en arequipa (me cuentan unos amigos de un colectivo que han enviado textos, pero nada de publicarlos). Esto ya es el colmo! Solo es un revientacuetes asqueroso. Por dignidad deberíamos dejar de visitar esos blogs. Sugiero que se amarren las manos y no clickeen ninguno de los blog en mención o de lo contrario reforzar las baterias en todos los frentes contra estos asquerosos fascistas.
A ver si cuando publique mi libro, que ya viene pronto, me van a sacar siquiera una notita en sus medios.
GABRIEL RUIZ ORTEGA
¿Por qué no siguen con sus piezas "de investigación" en Garganta Profunda? ¿Ya se cansaron de remecer el ambiente con sus "destapes"?
Víctor (con ve de vicuña) Corral se empecina en arrimarse a las dizque luminarias de la blogósfera. Quá patético es leer cómo él y su chupe de a 5 x medio (Kabriel R-O Rimache), atacan a los demás para quedar bien con los dos súper blogers. Por qué no se hace algo para evitar que Gárgola de huaca y su nuevo Robin de Andahuaylas escriban sus wadas tan descabelladas.
P.D. El brito de anteojitos es nada menos que el autollamado "blanquito" Mario Moreno Michelena Cantinflas (ver archivo de Faverón). Un rastrero racista y posero de la Pucp.
Tu may...
se le a visto a ruizguionortega saliendo del dentista con corral, acompañandolo en la decima primera muela que le implantan al poto con extremidades ,luego de haber cobrado 100 verdes a su futura mesa de noche
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